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Salud digital, el desafío que tiene Chile para avanzar hacia la interoperabilidad y lograr sistemas más eficientes Salud

Salud digital, el desafío que tiene Chile para avanzar hacia la interoperabilidad y lograr sistemas más eficientes

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May Chomali, doctora y directora ejecutiva del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud, advirtió que Chile sigue careciendo de una definición en términos de la interoperabilidad de sus distintos niveles de atención, pese a disponer de las capacidades tecnológicas. Este freno a la salud digital, explicó la facultativa, impide contar con registros longitudinales de todo el ciclo vital de los pacientes, que sigue siendo, de forma casi espontánea, el “principal custodio” de datos clínicos de alto valor para el sistema.


El Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS) advirtió sobre el estancamiento de la transformación digital de la salud chilena como consecuencia del retraso en la adopción de la interoperabilidad entre los distintos niveles del sector.

La definición de un estándar para compartir datos y la conexión de múltiples establecimientos ya es una realidad en dos países de la región, Colombia y Uruguay, que pese a haber estado en condiciones similares o incluso levemente por debajo de Chile, hoy le superan en su estado de avance.

Así lo expuso la directora ejecutiva del organismo, May Chomali, quien señaló que el país dispone de todas las condiciones tecnológicas y humanas para impulsar la interoperabilidad del sistema sanitario, pero este sigue operando de forma fragmentada y sin coordinación dentro de la red. 

“No solo es algo necesario, sino también imperioso y como país estamos atrasados”, señaló Chomali, quien analizó la situación actual de Chile en una sesión de la Comisión de Salud del Senado, en el contexto de la discusión del proyecto de ley sobre interoperabilidad de fichas clínicas, que actualmente en trámite en el parlamento.

Las tecnologías y capacidades técnicas y humanas están presentes en Chile. Solo falta una decisión política para conectar a todo el territorio nacional, y estamos convencidos que esta es la política pública más importante que debe empujar el Ministerio de Salud en el transcurso de esta década, agregó.

En Chile, no se ha definido un protocolo de interoperabilidad, aunque proyectos como el de la receta electrónica utilizan el estándar FHIR, desarrollado por HL7. Este sistema es el mismo que utilizan aplicaciones de teléfonos inteligentes que en países como Estados Unidos comparten datos con centros de salud.

Dicho estándar ha dado pie a que en el país se instale un capítulo local de HL7 que busca promover el uso adecuado de este protocolo de intercambio de información con fines sanitarios.

En esta línea, en su exposición ante los legisladores, la experta alertó que las brechas en salud conectada se relacionan con aspectos de acceso y calidad de las atenciones, como las listas de espera o el incremento de los costos, pero también con posibles fraudes relativos a licencias médicas, por ejemplo. 

De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, un 5% de los consultorios a nivel nacional no cuenta con ningún tipo de registro electrónico. Dicha cifra se dispara en otros niveles: un 25% en las áreas de hospitalización, un 56% de los pabellones y un 79% de los laboratorios.

Es algo que necesitamos resolver con urgencia y es importante llegar a todo el país”, indicó la especialista.

Países de la región avanzan

Frente a los integrantes de la Comisión de Salud del Senado, Chomali expuso que Colombia y Uruguay,  previo a la pandemia, estaban en un nivel similar de avance o incluso inferior a Chile. Actualmente, ambos países han dado importantes pasos en su transformación digital.

En el primer caso, se lograron conectar cinco departamentos de forma completa. Mientras, en el segundo, se ha instalado una política pública de salud orientada a consolidar un registro electrónico de cada ciudadano. La iniciativa se denomina Historia Clínica Electrónica, y es un documento que contiene de forma clara, precisa y detallada todos los datos de un paciente.

Así, los profesionales de la salud tienen la posibilidad de evaluar a la persona de forma integral, teniendo en cuenta su familia y su historial médico, según describe el Ministerio de Salud Pública uruguayo.

En 2022, Colombia estaba bastante más atrasada que nosotros y hoy ya trabaja para hacer interoperable el resto de sus regiones. En tanto que Uruguay es una referencia en temas de interoperabilidad de ficha clínica. Esto demuestra que no es una tarea imposible”, señaló la doctora.

A nivel local, CENS destacó dos casos emblemáticos de avance de interoperabilidad en el país: los servicios de salud Sur Oriente, en la Región Metropolitana, y el de Araucanía Sur, en la Región de la Araucanía, que integra a una red hospitalaria de 14 establecimientos en la provincia de Cautín, beneficiando a 668 mil habitantes de 21 comunas, siendo uno de los servicios más grande del país.

Esteban Hebel, doctor quien se desempeña como médico informático clínico del Servicio de Salud Araucanía Sur, detalló que las primeras iniciativas de salud digital en esta zona datan del año 2000, con los registros para urgencias y agenda de horas médicas. Desde entonces se han sucedido colaboraciones con universidades regionales y entidades estatales para mantener el proceso.

La demanda sobre los sistemas de información es muy alta con varios miles de usuarios activos y cientos de usuarios concurrentes en un día laboral normal, comentó el especialista, quien destacó que se han impulsado múltiples esfuerzos de integración de las aplicaciones sanitarias de mayor uso y también para los repositorios de datos.

Hebel remarcó que “nos piden que tengamos mejor comunicación, que tomemos mejores decisiones, que estemos mejor coordinados entre nosotros, con proveedores y las distintas organizaciones que forman parte de la red. Esto es fácil de decir, pero el sistema de salud es enormemente amplio y complejo”. 

Para el médico, la transición hacia un sistema de salud conectado es técnicamente algo desafiante, pero a la vez existe consenso a nivel técnico, ministerial y legislativo que es el siguiente paso que el país debe dar para mejorar los distintos componentes de la red.

En definitiva, “en estos momentos de desarrollo es impensable contar con una ficha clínica interoperable, pero sí es posible un ecosistema interoperable, donde compartamos la información precisa, necesaria y útil para la continuidad del cuidado en pos de la mejora del proceso clínico asistencial”.

Respecto a cuáles son los impactos de las brechas en interoperabilidad, el experto afirmó que la ausencia de un plan de interoperabilidad y de salud conectada a nivel nacional es algo que vamos a diario en la práctica clínica”.

Un ejemplo común es tener exámenes duplicados en un mismo evento de hospitalización, solicitados por médicos distintos que no se han visto y no tienen acceso al resultado previamente.

Acceso a fármacos de pacientes de enfermedades crónicas, herramientas de control de gasto, prevención de errores médicos, agilizar procesos administrativos-clínicos e incluso aportar evidencia para fines de investigación son aspectos en los que el ecosistema no puede avanzar por su brecha de interoperabilidad, de acuerdo al experto.

Salud conectada ahora 

Para Chomali, la evolución también depende de claras definiciones a nivel regulatorio y de gobernanza de datos. Todo esto permitirá avanzar en la interoperabilidad del sistema, y la consolidación de registros clínicos longitudinales, es decir, que integren toda la información del ciclo de vida de los pacientes.  

El actual funcionamiento de la red solo permite contar con fichas episódicas, donde el custodio es la institución de salud y en algunos casos el propio paciente, cuando accede a ella.

“Toda esta información termina repartida en diferentes lugares de atención y es el propio paciente el repositorio de la misma. En el mejor de los casos, estos datos de alta relevancia clínica pueden terminar en archivos personales; en el peor, almacenados en la propia memoria del paciente, una persona sin la formación para comprender la complejidad y riqueza de ese historial”.

Un reciente proyecto impulsado por la Departamento de Tecnología Médica de la Universidad de Chile, la Sociedad Médica de Laboratorio Clínico (SMLC), el CENS y patrocinada por el ISP, busca que los datos de los exámenes de laboratorio se alojen en sistemas que cumplan con buenas practicas que permitan que estos fluyan entre distintos niveles del sistema de salud.  Esta iniciativa tiene como propósito ir en beneficio de los pacientes y los profesionales que los atienden mejorando la eficiencia de los propios servicios.

El reciente informe de la Comisión Nacional de Productividad plantea entre sus recomendaciones la necesidad fortalecer el uso de tecnologías en el sector, debido a que aún existen brechas a todo nivel.

A escala global, organismos como la OMS y el Banco Mundial alientan a los países a establecer condiciones de base y políticas públicas sólidas para impulsar la adopción de tecnología como una herramienta para hacer más eficiente la gestión del sistema de salud

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