El estudio “Las telecomunicaciones latinoamericanas en la encrucijada de la compartición de infraestructuras pasivas”, resaltó que la cobertura de este sistema a nivel local estará sobre la media de la región, que sería de 36,99%.
La posición de liderazgo de Chile en la industria de las telecomunicaciones se verá incrementada en los próximos años, cuando desafíos como la implementación del sistema 5G alcance a una importante proporción de la población.
Según un estudio de la consultora Telecom Advisory Services, la cobertura de la población nacional con servicio 5G, en 2024, llegará a 38,79%, mientras que en 2025 será del 56,74%. México (54%) y Brasil (48%) serán, en 2025, los países que seguirán a Chile en el despliegue de la tecnología 5G.
De esta forma, la cobertura de este sistema a nivel local estará sobre la media de la región. Se espera que en esta zona la cobertura llegue a 36,99% y la de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) llegue a 83,51% al 2025.
En la misma línea, el estudio “Las telecomunicaciones latinoamericanas en la encrucijada de la compartición de infraestructuras pasivas”, realizado por Raúl Katz, añadió que Chile tiene una cobertura de 4G del 98% a diciembre del 2022. El registro deja al país sobre el promedio de los países de América Latina y El Caribe (89,84%).
El texto agrega que Chile está sobre la media de velocidad de carga de datos de los países de la región (12 Mbps versus 11 en 2021), aunque por debajo de la velocidad de descarga (20 Mbps versus 29 en 2020).
El estudio ahonda en el escenario que presenta el sistema 5G en el país. De esta forma, señala que dicha tecnología está presente en al menos el 70% de las localidades urbanas, y las conexiones 5G ya representan el 5,8% del total, concentrándose fundamentalmente en zonas como las regiones Metropolitana, Tarapacá, Antofagasta, Valparaíso, O’Higgins, Maule, Bío Bío, La Araucanía, Atacama, Coquimbo, Los Lagos y Los Ríos.
El estudio agrega que un factor decisivo para impulsar el progreso de las telecomunicaciones en la región ha sido la capacidad de la industria para promover la compartición de infraestructura entre operadores, preservando al mismo tiempo la competencia entre éstos.
¿Por qué? porque “compartir este tipo de infraestructuras puede acelerar la conectividad digital a menor costo (especialmente en los mercados menos desarrollados, donde el rendimiento de la inversión puede ser limitado), reducir los costos de inversión y los gastos operativos para los operadores, al tiempo que beneficia a los consumidores al mejorar la competencia, reducir los precios y aumentar la calidad del servicio”.
El texto recalca que el desafío de aumentar la cobertura está directamente relacionado al despliegue de torres de comunicaciones.
“La compartición de infraestructuras pasivas es fundamental para abordar los retos de la inversión de capital de la industria móvil de cara al futuro”, señala el texto.
Agrega que “los reguladores de América Latina deberían permitir y fomentar la compartición de infraestructuras y servicios como elemento clave para una mayor inversión en capital y servicios innovadores”.
El análisis realizado en este estudio valida los efectos positivos de la compartición de infraestructuras pasivas.
Por ejemplo, un país con una cobertura inicial de 4G del 80% y una adopción de usuarios únicos de banda ancha móvil equivalente a 60 % (niveles comunes en la región), se beneficiaría de la compartición de infraestructuras porque ese nivel de cobertura subiría 13 puntos hasta 93,03%.
Por último, como consecuencia del aumento de la cobertura 4G, los usuarios únicos de banda ancha móvil aumentarían de 60% al 61,55%, lo cual generaría, a su vez, un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita del 0,41%.