Los neuroderechos buscan proteger la integridad y la indemnidad mental de las personas en relación con los avances en neurociencia y tecnología.
Chile está a punto de convertirse en el primer país en incluir los neuroderechos en su Constitución. El proyecto de ley establecerá requisitos y condiciones para la utilización de neurotecnologías en las personas, con el objetivo de resguardar la actividad cerebral y la información proveniente de ella.
Esta iniciativa busca modificar el artículo 19, de la Carta Fundamental, para proteger la integridad y la indemnidad mental frente al avance de la inteligencia artificial. Además de proponer que el desarrollo científico y tecnológico esté al servicio de las personas y se lleve a cabo con respeto a la vida y a la integridad física y psíquica.
Los neuroderechos buscan proteger la integridad y la indemnidad mental de las personas en relación con los avances en neurociencia y tecnología. Estos derechos se centran en garantizar la privacidad mental, la identidad personal, el libre albedrío, el acceso equitativo y la no discriminación en el uso de neurotecnologías.
“Chile es el primer país que ha avanzado tan significativamente en este ámbito, posicionándose como un modelo para otras naciones que están comenzando a considerar regulaciones similares para proteger la privacidad mental y otros aspectos relacionados con las neurotecnologías”, explica Tomás Vera, director de Zenta Group.
Gracias a estos avances, en agosto de 2023, la Tercera Sala de la Corte Suprema de Chile dictó una sentencia en el que se demandó a la empresa Emotiv Inc. por la venta y comercialización de su dispositivo “Insight” en Chile. El demandante, el ex senador Guido Girardi, denunció que el dispositivo no protegía adecuadamente la privacidad de la información cerebral de los usuarios y que se exponía a diversos riesgos de uso de su información
“Aunque la ley de neuroderechos ha avanzado significativamente en el Congreso chileno y cuenta con amplio apoyo, su promulgación se ha retrasado por la necesidad de alcanzar un consenso completo entre los diferentes actores políticos y sociales, así como a las presiones y objeciones de ciertos sectores de la industria tecnológica que ven la regulación como una amenaza a sus intereses. Adicionalmente, estos neuroderechos hoy se encuentran consagrados en la constitución chilena a la espera de su ley”, informa Vera.
Tras la aprobación de la ley, se espera una protección de la privacidad mental de las personas, en conjunto con una legislación que va a proporcionar una regulación clara para el desarrollo y uso de las neurotecnologías, asegurando los derechos humanos. De igual forma, uno de los principales desafíos radica en la fiscalización de protocolos y mecanismos para las compañías que desarrollen estas tecnologías.