Un reciente test situó al Internet fijo presente en el país como uno de los cuatro más rápidos a nivel global, con 263Mbps. La velocidad es un elemento diferenciador y a nivel corporativo, es posible acceder a servicios inalámbricos que incluso superan los 10Gbps.
La velocidad en Internet suele ser uno de los aspectos más decidores respecto de la calidad del servicio, y Chile es referente mundial al ser el cuarto país en banda ancha fija, superando los 263Mbps, de acuerdo con un reciente ranking de Ookla.
Si a nivel usuario el estándar es alto ¿Qué ocurre con las empresas? En el ámbito corporativo existen servicios de Internet inalámbrico que incluso superan los 10Gbps, mediante enlaces microondas que establecen una conexión sin cortes entre una estación base y el destinatario, que, por ejemplo, puede recibir la señal mediante una antena instalada en su techo.
Víctor Opazo Carvallo, gerente general de Netline, comenta que “estas velocidades son las que demandan algunos sectores cuyas funciones son críticas, y que requieren un gran ancho de banda y que este sea permanente para transmitir archivos y datos de gran tamaño de forma instantánea. Pero actualmente vamos por más y ya estamos por tener disponibles 20Gbps, y realizando pruebas para en un futuro próximo ofrecer hasta 40Gbps”.
Pero a nivel corporativo, la velocidad es solo uno de los atributos diferenciadores de Internet, ya que existen otros elementos altamente valorados y demandados, como son la rapidez en la instalación del servicio, el Uptime (o tasa de tiempo de conexión), la resiliencia o capacidad de la red de volver a suministrar Internet ante cualquier imprevisto o corte, y también la latencia, que permite lograr velocidades equivalentes tanto de carga como de descarga.
Estos atributos son extremadamente necesarios en procesos críticos de determinadas industrias, como por ejemplo el control a distancia y en tiempo real de ciertas actividades -como por ejemplo conducir un camión a distancia en minería-, o bien el control de temperatura para la preservación de ciertos medicamentos en el ámbito de la salud, entre muchas otras cuya naturaleza es crítica.