Los ojos del continente y del mundo del deporte se posan sobre Chile. Nosotros, mientras tanto, abrimos nuestros sentidos y expandiendo el conocimiento cultural, seguimos bebiendo del manantial inagotable y sabio del deporte.
Hace solo algunos días retornaban airosos y triunfantes, nuestros y nuestras jóvenes deportistas, luego de actuar brillantemente en las Olimpiadas Especiales de Berlín. Catorce preseas constituyeron el premio para el esfuerzo tesonero de un contingente cada vez más numeroso de voluntades que nos han enseñado que nada es imposible y que la discapacidad intelectual, en este caso, no representa obstáculo alguno para desarrollar el espíritu deportivo en sus más diversas disciplinas.
Esta semana, la ministra subrogante del Deporte, Antonia Illanes, la que ya venía llena de emociones y orgullo al representar al Gobierno de Chile en las Olimpiadas Especiales de Berlín, recibió en su despacho, a la Organización Mundial del Deporte para Sordos, que traen la representación de 4 de los 5 continentes y que preparan sus Olimpíadas mirando a Tokio 2025.
Hubo en el encuentro una lengua común: “El amor, la pasión sin fronteras ni distingos por una actividad sin igual e irremplazable: el deporte, el mismo que se constituye en un eslabón de unión permanente de todos los pueblos de la tierra, aún en las circunstancias más difíciles por lo que haya atravesado la humanidad. El deporte con un alarido de mejores tiempos para el mundo, hace un vibrante llamado a la integración, de todos, hombres y mujeres que, con la llama encendida de una antorcha resplandeciente, iluminan los nuevos tiempos, a los que los seres humanos debemos apostar”.
Hoy los sordos, desde Chile y desde su capital, ciudad sede de los próximos juegos Pana y Parapanamericanos, han lanzado al mundo un mensaje vibrante y esperanzador, frente al significado de la integración y amor profundo por una actividad cada vez más masiva y apasionante, como en el orbe, es hoy el bendito deporte.
Quienes hemos vivido una vida activando el deporte por el territorio, el continente y el mundo, nos sentimos recogidos y emocionados, en esta jornada silente, casi ausente de palabras pero profunda, sin ruido ni estridencia, en el que, en calidad de subrogante, la primera autoridad Deportiva de Chile, en representación de Gobierno del Presidente Gabriel Boric, extendió sus brazos para recibir a este selecto grupo dirigencial de los Sordos del Mundo que nos visitan y que invitan al Estado de Chile, a una reflexión acabada, respecto, a la importancia cada vez más extendida, que el deporte y su inclusión está alcanzando en todos los rincones del planeta.
Ayer en Alemania, fueron los deportistas con discapacidad intelectual. Mañana serán nuestros atletas parapanamericanos que aspiran en París a ser también nuestros representantes. Hoy, fueron los Directivos Internacionales del Deporte para Sordos, quienes nos vuelven a recordar, que para hacer deporte sano y alimentar el espíritu no existe la palabra inalcanzable.
Los Deportistas Sordos de Chile, con legitimidad, ya miran a Tokio 2025, para lo que será imprescindible la compañía y comprensión de nuestro Estado. A los sordos los hemos escuchado con atención; han hablado con el corazón palpitante y no menos apasionado por esta actividad que une al universo.
¡Gracias por la visita a Chile y por, como diría el inolvidable J.M., gracias por este canto a la dicha, por este canto al amor y por este canto a la esperanza!