Entre más de 500 postulantes de 97 países, las iniciativas nacionales fueron elegidas por su trabajo en materia de inclusión y el uso de la innovación como herramienta fundamental para el desarrollo de estas.
Cada año Zero Project, iniciativa de Essl Foundation, busca en los cinco continentes programas innovadores que hayan demostrado su impacto en disminuir las barreras para la inclusión de las personas con discapacidad. Durante 2023 esta búsqueda se enfocó en proyectos sobre educación inclusiva y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICS) y el reconocimiento recayó en 77 iniciativas a nivel mundial. De ellas, dos son chilenas.
El primero es el Instituto de la Sordera, reconocido por su proyecto educativo en el Colegio Jorge Otte Gabler que destaca por ser el único establecimiento intercultural bilingüe del país que ofrece educación a niños y jóvenes sordos vulnerables.
En la escuela conviven distintas culturas, sobre todo la de las personas sordas y todo está creado en la lengua de ellas para reconocer su identidad. Todo está adaptado para ellos e incluso el director del colegio es una persona sorda.
“Luchamos por el derecho a la educación de las personas con discapacidad y en el caso de las personas sordas lo hacemos en su lengua. Al convivir entre ellos ayudamos a que formen comunidad e identidad, la que sólo es posible si están en contacto con otras personas con sus mismas características”, asegura su directora ejecutiva, María Verónica de la Paz.
Este proyecto educativo también asesora a colegios regulares de otras regiones del país para que al recibir a jóvenes sordos tengan la capacidad de incluirlos de la manera correcta.
El otro programa chileno que destacó a nivel internacional es el Centro UC Síndrome de Down, con su Programa de Estimulación Integral del Desarrollo. Está dirigido a niños y niñas entre 0 y 6 años con síndrome de down y considera una modalidad grupal de tres participantes y sus familias, las que reciben una estimulación interdisciplinaria mediante kinesiologías, terapias ocupacionales, fonoaudiologías, estimulación por medio de artes y psicoeducación.
“Este es un reconocimiento a nuestro compromiso con la reducción de brechas y la calidad de vida de las personas con síndrome de down. Estamos muy orgullosos de recibir este reconocimiento internacional, ya que refleja el trabajo que hacemos día a día para facilitar al máximo el desarrollo integral de las personas con síndrome de down y, a su vez, nos pone en contacto con agentes de cambio a nivel mundial”, explica Macarena Lizama, directora ejecutiva del Centro.
“Esperamos que el próximo año sean incluso más los programas nacionales galardonados para que podamos como sociedad ir creando un ecosistema de la inclusión que elimine las barreras que muchas veces interponemos entre las personas con discapacidad y el resto de la comunidad”, reflexiona María Ignacia Rodríguez, coordinadora de Zero Project para Latinoamérica.
El reconocimiento además va de la mano con una gran oportunidad para las dos iniciativas. Ambas expondrán sus programas, misión, logros y desafíos en la sede de la ONU en Viena, Austria donde compartirán experiencia con los otros 75 proyectos ganadores en febrero de 2024.