El 2 de abril nos invita a conmemorar el Día Mundial de la Concientización del Autismo. Es una oportunidad invaluable para reflexionar sobre la importancia de la inclusión desde la perspectiva de la neurodiversidad. Durante todo este mes, destacamos la necesidad de elevar la conciencia y fomentar la aceptación del autismo, así como de todas las neurodivergencias, y por tanto incluyéndonos todos y todas desde la neurodiversidad.
Es crucial reconocer que el autismo no distingue entre grupos étnicos, raciales, de género o económicos. Sin embargo, aún enfrentamos limitaciones en la conciencia y el entendimiento sobre esta condición en diversos sectores de la sociedad.
Uno de los desafíos más importantes es la falta de diagnóstico temprano, junto con otorgar apoyo adecuado y oportuno según se requiera, como así también la comprensión del autismo en todas sus manifestaciones. A menudo, las personas, especialmente las mujeres, reciben un diagnóstico tardío, lo que puede ocasionar dificultades en el ámbito educativo, laboral y social.
Recientemente, nuestros esfuerzos de investigación se centraron en analizar la inclusión sociolaboral de adultos jóvenes autistas y las barreras que enfrentan a diario en Chile. Identificamos que el entorno físico y la estructura de las tareas laborales son elementos cruciales que afectan la capacidad de las personas autistas para mantener un empleo. La sobrecarga sensorial y la falta de apoyo adecuado son factores significativos que influyen en su bienestar y productividad laboral.
Además, identificamos que las mujeres autistas enfrentan desafíos únicos, incluido un diagnóstico tardío y una discriminación más pronunciada en el ámbito laboral. Sus historias laborales suelen ser más erráticas, marcadas por empleos informales, lo que destaca la necesidad de un mayor apoyo tanto a nivel familiar, social e institucional.
Para lograr una inclusión real y significativa, es fundamental trabajar en conjunto para superar estas barreras. Los profesionales deben recibir capacitación adecuada en el diagnóstico del autismo, teniendo en cuenta la perspectiva de género, y se deben implementar medidas para adaptar los entornos educativos y laborales a las diversas necesidades.
Es esencial abordar la implementación de la Ley de autismo en Chile, promulgada en el año 2023 con el objetivo de promover la inclusión social, educativa y laboral de las personas autistas. A un año de su promulgación, aún falta profundizar en implementaciones concretas, subrayando la importancia de involucrar a todas las partes interesadas en la creación y desarrollo de políticas y prácticas.
Desde mi punto de vista, quiero reflexionar sobre la idea de que la inclusión por sí sola, como acto declarativo, no es suficiente. Debemos pensar en procesos que favorezcan la real convivencia entre todos los miembros de la sociedad. Esto implica no sólo garantizar el acceso a la educación y al empleo, sino también crear un ambiente donde la diversidad sea celebrada y respetada.
No concibo la investigación y la implementación de leyes sin la voz de las personas de primera mano. Las personas autistas y neurodivergentes, agrupaciones de familiares, profesionales de la salud y educación, la academia, todos y todas en nuestra neurodiversidad, estamos a la espera de ser convocados y convocadas para colaborar de manera efectiva en la implementación de la ley para promover una convivencia más amable.
Al celebrar nuestras diferencias y abogar por una sociedad más inclusiva, podemos crear un mundo donde todos y todas tengamos la oportunidad de alcanzar nuestro máximo potencial. En el Día Mundial de la Concientización del Autismo, durante todo el mes de abril y siempre, comprometámonos a seguir avanzando hacia un futuro más inclusivo y donde podamos convivir amablemente.