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¿Por qué muchas familias con hijos en espectro autista prefieren no viajar en vacaciones? Inclusión

¿Por qué muchas familias con hijos en espectro autista prefieren no viajar en vacaciones?

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Pese a que febrero es el mes favorito de los chilenos para vacacionar, un 78% de las familias con integrantes en el espectro autista dudan a la hora de viajar o visitar nuevos lugares.


Mientras muchas familias se preparan para disfrutar de su período de vacaciones o definitivamente ya gozan del clima estival hay quienes una vez más decidieron no moverse de sus hogares. Un porcentaje no menor de quienes tienen hijos u otros familiares en el espectro autista no vacacionan por diversas razones: la sobrecarga sensorial que implica viajar, interrupción de la rutina, cambios del entorno y sobresaltos en la dieta, son situaciones que podrían generar desde incomodidad hasta desregulación en quienes están en el espectro.

En Chile la prevalencia de TEA es 1 en 51 personas, lo que equivale al 2% de la población, cifra mayor a la media mundial y que aumenta cada año, convirtiéndolo en el trastorno de desarrollo de más rápido crecimiento a nivel global.

Según un estudio del sitio estadounidense AutismTravel.com un 78% de las familias con integrantes en el espectro autista dudan a la hora de viajar o visitar nuevos lugares y el 94% de los encuestados iría más de vacaciones si tuviera acceso a lugares donde el personal estuviera formado y certificado en autismo.

“Muchas familias sienten que el nivel de estrés aumenta para ellos si deciden vacacionar, debido a que en general, la gente no sabe cómo compartir con personas TEA y salir puede parecer desafiante, pero con la preparación y mentalidad adecuadas, puede ser una experiencia enriquecedora”, afirma Mikael Gayme, coach parental, CEO de BTC Chile.

El experto recomienda tres cosas fundamentales: “Primero ser sinceros como padres y definir ¿qué necesito yo para estar bien estas vacaciones? Es como la metáfora de la mascarilla en el avión, primero debo ponerme la mía antes de ayudar a que otros se la pongan, esto quiere decir que debo preguntarme ¿necesito dormir más y descansar? ¿apoyarme en mi familia para hacer posible ese descanso y pedirlo directamente? o si simplemente necesito generar momentos inolvidables y estar más cerca de mi hijo o hija”.

“En segundo lugar definir cuáles serán los objetivos que tenemos como familia en estas vacaciones, por ejemplo, si el enfoque será acompañarlo más en sus avances, ya que en el año no puedo estar tan presente, o simplemente queremos disfrutar y no lo voy a desafiar”, dice el también padre de un hijo TEA.

“Y por último comunicárselo a él o ella. Debemos explicarle a la persona TEA en detalle donde iremos, qué haremos, cómo es el lugar. Mi consejo es ponersea la atura del niño o niña, asegurarse de que esté haciendo contacto visual, y contarle; luego preguntarle qué entendió, este paso es fundamental para que logre bajar su ansiedad. Ayudarles a entender el contexto es clave, adelantarnos a los cambios de rutina progresivamente les permitirá comprenderlos de mejor forma”, agrega.

En vacaciones, pueden darse situaciones de sobreestimulación sensorial que podrían impedir que la persona TEA disfrute e, incluso, desencadenar una crisis conductual, ya que gran parte de ellas tienen alta sensibilidad a los sonidos o al tacto, lo que puede provocarles gran ansiedad en contextos, como la playa, aeropuertos u otros lugares con mucha gente.

Algunas recomendaciones

Viaje en auto o bus: Opta por trayectos cortos, en horarios en que el niño o familiar TEA pueda dormir, o en momentos de baja congestión. Si la persona con autismo sufre mareos por el trayecto, podría usar anteojos antimareo, que están diseñados para reducir el vértigo que produce el movimiento, ya que disminuyen el desequilibrio sensorial, la idea es probar previamente al viaje si los tolera e ir habituando de a poco su uso antes de salir de vacaciones. En Chile hay líneas de buses adaptados y con personal capacitado para trasladar a personas con neurodivergencia.

Aeropuertos y viajes en avión: El desafío de volar para personas autistas y sus familias es mayor ya que vivirán 8 instancias previas a llegar a destino las que incluyen, el traslado y llegada al aeropuerto, check in, control de seguridad, embarque, despegue, vuelo, aterrizaje y recogida de equipaje con nuevo traslado.

“Aquí es fundamental informarle con anticipación a tu hijo o familiar todo lo que ocurrirá desde que salga de casa, ojalá con varios días de antelación, esto ayudará a que responda de manera más flexible a los cambios, se reduzca la incertidumbre y aumente su participación. Algunas líneas aéreas cuentan con una infografía de cada paso del viaje, las llamadas “historias sociales” que puedes descargar desde sus páginas web e ir completando y coloreando. La idea es que le vayas contando y recordando sobre el proceso que vivirá hasta llegar a destino. Puedes elegir un lugar de la sala de embarque cerca de alguna ventana para esperar y en algunos casos, pedir embarque prioritario para que la espera en las filas sea más breve”, detalla.

Distintivo para viajar

Algunas líneas aéreas cuentan con un distintivo con soles o flores de colores para entregar a pasajeros TEA que necesiten apoyo especial. Además, el aeropuerto Nuevo Pudahuel, principal terminal aéreo del país, cuenta con un lanyard o cordón que identifica como pasajero con discapacidad no física a quien lo porta, lo que permite que personal de servicio al cliente entregue atención especial, ya que están capacitados para comprender que una persona neurodivergente necesita mayor tiempo para procesar información, reaccionar ante la sobrecarga sensorial, o que se dirijan a ella con lenguaje verbal claro, así como necesitar ayuda para a leer las pantallas.

La PDI cuenta hace algunos meses con casetas de control migratorio habilitadas de manera preferente para niños y adultos TEA, en los aeropuertos de Santiago, Antofagasta, Concepción e Isla de Pascua, las que están señalizadas con un logo infinito de colores, con personal capacitado para brindar atención inclusiva y garantizar acceso expedito al control migratorio.

Consideraciones en la playa y campings

Ya sea si vas a la playa o a algún camping lo más importante es proporcionar una “zona segura”, un espacio protegido al que la persona TEA pueda retirarse si se asiente abrumada, incluso puedes usar conos, cuerdas o cinta de color para marcar límites físicos. La idea es que ahí pueda tener una caja sensorial con objetos que lo calmen. Si te decides por acampar busca lugares bien mantenidos, con servicios accesibles y que ofrezcan un ambiente tranquilo y relajado. Los parques nacionales son una buena opción y en Chile hay más de 30 adaptados para personas en situación de discapacidad.

Si prefieres no salir de la ciudad

Si no saldrás de vacaciones fuera de tu ciudad, aconsejo los parques urbanos en regiones. En Copiapó está el Kaukari que es el primero que cuenta con señalética para personas autistas. En Santiago el Parque Metropolitano, tiene entradas gratuitas para personas con credencial de discapacidad y un acompañante al teleférico, funicular, zoológico y piscina Tupahue. Otras opciones en la capital son el museo Nacional de Historia Natural, el de bomberos y el MIM que tienen recorridos adaptados para personas en el espectro autista.

“Adecúa las actividades a los intereses y necesidades sensoriales de tu hijo, recordando siempre que no estás solo en este camino. Lo más importante es disfrutar del tiempo juntos, porque esos momentos son únicos y crean recuerdos valiosos. Cada pequeño avance y cada momento de conexión son logros gigantes y aprovechar el presente juntos es un gran regalo”, finaliza Mikael Gayme.

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