El Plan de Reactivación Educativa busca mitigar los efectos que dejo la pandemia y la no presencialidad en la comunidad escolar. En este contexto, se realizó una ciclo de conversaciones con especialistas y expertos en tema, tanto del mundo civil, público y privado. Claudio Orrego, gobernador de la Región Metropolitana y Rafael Rodríguez, gerente de Desarrollo y Estudios de la Fundación San Carlos de Maipo y director de Bien Público, participaron en la tercera y última conversación del ciclo sobre los desafíos educacionales y cómo la innovación puede servir para desarrollar nuevas herramientas en este ámbito.
El Plan de Reactivación Educativa nació con el propósito de superar los efectos que dejo la pandemia en la educación chilena. Para eso, el trabajo colaborativo se transformó en una herramienta esencial para apoyar a las comunidades educativas.
Este año, se establecieron tres ejes de trabajo: convivencia y salud mental, fortalecimiento de aprendizajes y revinculación y asistencia.
En este contexto, Claudio Orrego, gobernador de la Región Metropolitana y Rafael Rodríguez, gerente de Desarrollo y Estudios de la Fundación San Carlos de Maipo y director de Bien Público, desarrollaron un dialogo en torno a los desafíos de la educación respecto al Plan de Reactivación Educativa y cómo la innovación puede contribuir a ejercer iniciativas en torno esto.
“Tener a los niños en el sistema escolar es una tremenda tarea y buscar metodología innovadoras como lo que hacemos hoy en día con la Fundación San Carlos, Bien Público y otros actores va en esa línea”, destacó Orrego.
Este año, a través de un trabajo colaborativo, el Gobierno Regional Metropolitano en conjunto con 11 organizaciones de la sociedad civil están realizando un proyecto para abordar dos temas que preocupan sobre la educación hoy en día: la asistencia y la retención escolar.
En ese sentido, la iniciativa se realiza en 20 establecimientos educacionales y se estima que beneficiará alrededor de 13 mil estudiantes y docentes de 13 comunas de la región.
Bien Público es una corporación sin fin de lucro que cuenta con 12 socios que son fundaciones. “Queremos llevar grandes programas con alto nivel de evidencia, con equipos sólidos y buen alcance y experiencia y convertir eso, trabajando en conjunto con otros actores relacionados con la política pública, en programas con mayor alcance a nivel nacional”, destaca Rodríguez.
“Lo que se propone es generar bienes públicos, entendiendo bienes públicos como buenos programas sociales, en el ámbito de la educación, ojalá en primera infancia, para desarrollar mejores trayectorias educativas”, agrega.
Por su parte, Claudio Orrego, concuerda con esta idea y explica que con trabajo colaborativo “lo que se ha logrado es sumar recursos monetarios para validar metodologías y documentar evidencia que permita al Estado. en su burocracia y también en su escala nacional, poder fundar programas basados en evidencia”.
Respecto a los planes sobre el futuro, los expertos esperan que este proyecto pueda mejorar los resultados de la rendición escolar, que disminuya la deserción y que el ambiente escolar se vea beneficiado para que el día de mañana se pueda replicar este tipo de iniciativas y tengan un mayor impacto.