Durante los últimos años se han establecido múltiples desafíos respecto al Juego Responsable debido a que las apuestas y casinos online se han potenciado desde la pandemia. En ese sentido, la necesidad de legislar y crear políticas que cuenten con la participación del Estado, los casinos, la sociedad civil y la empresa privada se ha vuelto esencial para el resguardar a las personas de los riesgos de jugar.
El Juego Responsable busca promover la educación en los consumidores respecto a los riesgos y las decisiones que se toman durante las actividades de recreación y entretenimiento. Este desafío se intensificado con la pandemia, ya que la industria, las apuestas y los juego de azar se han desarrollado en plataformas online.
Este año la Superintendencia de Casinos y Juegos presentó la Estrategia de Juego Responsable, esto con el fin de educar a los jugadores y a la sociedad en general respecto a esta actividades además de informar sobre posibles conductas problemáticas e incentivar buenas practicas.
Mariela Huenchumilla, experta en Juego Responsable y la única representante de Chile y Latinoamérica en ser certificada por International Gambling Counselor Certification Board (IGCCB), explicó la importancia de crear políticas públicas en torno al juego problemático, ya que a pesar de las diversas peticiones y llamados de las distintas organizaciones a las autoridades del país, este no es considerado como una enfermedad o un asunto de salud pública, pese a que organismos internacionales sí lo consideran así.
Además, destaca la prevención como una piedra angular en una política de Juego Responsable. Por eso, afirma, que es importante trabajar la prevención de conductas problemáticas desde muy temprana edad y se hace más necesaria en la era de la digitalización.
Según el cuarto Estudio de Prevalencia impulsado por la Corporación de Juego Responsable y la Universidad Andrés Bello, en 2022, el 8,3% de la población del Gran Santiago estaba en situación de juego problemático tras la Pandemia del Covid-19. El mismo estudio señalaba, en su versión 2018, que dicho segmento llegaba solo al 2,2%.
En ese sentido, Huechumilla afirma que este estudio demostró que hay muchas más personas jugando online, situación que es peligrosa porque Chile no cuenta con ninguna política o ley para resguardar a las personas. Es por eso, que la especialista recalca la importancia de un trabajo colaborativo para legislar esta temática.
