Chile, al ser un país con una marcada agenda industria, resulta relevante conocer estrategias y prácticas que pueden ayudar a revertir los efectos de la operación industrial en los suelos.
Chile es un país que tiene una deuda pendiente en materia de recuperación de suelos, a través de la eliminación de agentes contaminantes hasta que se llegue al límite seguro tanto para el medioambiente como para salud.
En este contexto, El Mostrador conversó con Germán Monge, director de la Línea de Negocios de Gestión Sostenible de suelo del Grupo IDOM, para conversar sobre los avances que ha tenido el país en relación a la materia internacional.
“Veo a Chile como se posicionó España hace 20 años, mirándose en otros países como Alemania y Holanda. Nosotros aprendimos de otros, y Chile está aprendiendo de otros. Es un proceso en el que uno ve que se ve avanzando en buena dirección tomando, tomando las mejores lecciones aprendidas en lo que ha sucedido en otros ámbitos geográfico peor adaptándolo ala reliadad chilena”, explica el experto.
“En el caso de Chile, teniendo en cuenta que su tipo de contaminante entre otros, muchos vinculados al ámbito de los hidrocarburos, entiendo que las medidas de biorremediación son bastantes adecuadas”, añade.
La Biorremediación es un concepto científico que explica el proceso natural que realizan ciertos microorganismos para recuperar la calidad de suelos contaminados. Se trata de bacterias que nacen naturalmente y que se alimentan de estos agentes contaminantes. El tipo de microorganismo va a depender del lugar y las características del terreno (sal, agua, cantidad de oxígeno).
Según el experto, una de las principales ventajas para utilizar la biorremediación es la disponibilidad del espacio y la
climatología. A diferencia de países expertos en la materia como Holanda, en el territorio chileno se crean las condiciones perfectas para ser un pionero en la región.
