La revolución de la Inteligencia Artificial (IA) plantea desafíos y oportunidades para las universidades. Por un lado, se requiere una actualización constante de los planes de estudio y la integración de tecnologías emergentes en la enseñanza para preparar a los estudiantes para el mercado laboral del futuro.
Por otro lado, es crucial abordar las implicaciones éticas, sociales y económicas de la IA para garantizar su uso responsable y beneficioso para la sociedad.
En este contexto, El Mostrador en conversación con Claudio Rojas, rector de la Universidad Católica del Maule, analizaron cómo la educación se ha ido adaptando a la era digital.
“Las tecnologías cuando llegan, llegan. Yo creo que el tema es cómo abordarlas, cómo regularlas. Esto tiene que ver con la protección de datos. Es un tema muy sensible”, afirma. En ese sentido, destaca que “el rol de la academia está en el ámbito de los procesos formativos e investigación. En este último, no podemos no estar presente”.
“En el ámbito de los procesos formativos, la IA va teniendo exigencias y pensando en la empleabilidad, hay varias cosas de hacer. Ya en países avanzados, en el colegio se enseña programación, porque se ha estimado que los graduados tienen que tener una capacidad de interactuar con las interfaces en escenarios altamente computarizados. En esta línea, los estudiantes deben aprender esa capacidad de interacción algoritmizada. Eso es una exigencia hacia el tipo de educación que podemos entregar”, explica.
Se destaca que las universidades deben adoptar un enfoque proactivo en la investigación y la formación en inteligencia artificial, promoviendo la ética digital, la inclusión y la equidad en el acceso a estas tecnologías.