Diversas organizaciones de la sociedad civil desarrollaron la “Caja de Herramientas de Buenas Prácticas para el Acogimiento Familiar”, donde se busca impactar positivamente en el trabajo y las relaciones entre los niños, niñas y adolescentes y sus familias de origen y familias de acogida.
Cada año, en Chile, aproximadamente 120.000 niñas, niños y adolescentes son atendidos por el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia. De ellos más del 10% son separados de sus cuidadores principales por decisión de un Tribunal de Familia, ingresando a programas de cuidado alternativo, ya sea en residencias o con familias de acogida.
En ese sentido, las familias de acogida han demostrado ser la opción más favorable para estos niños, y en 2024, el 66% de quienes están en cuidado alternativo viven con familias de acogida, lo que representa un significativo avance respecto a años anteriores.
Así surge la Alianza de Fundaciones por el Acogimiento Familiar, una colaboración entre diversas instituciones cuya finalidad es mejorar el sistema de acogimiento familiar, fortaleciendo la coordinación entre actores clave y promoviendo el aprendizaje y las competencias de las organizaciones de la sociedad civil y otros intervinientes.
Por eso conversamos con Matías Marchant, presidente del directorio de la Corporación Casa del Cerro y académico de la Universidad de Chile, y África Morales, profesional de gestión y desarrollo de aprendizaje de Fundación Ideas para la infancia.
“A partir de 2021, el Estado de Chile se compromete con generar un profundo cambio en la forma en que los niños van a ser acogidos cuando han sido vulnerados en sus derechos y requieren ser separados de sus familias de orígen”, enfatiza Matías Marchant.
“Se está promoviendo el cambio hacia el cuidado por parte de familias de acogida que puedan recibir a una cantidad limitada y pequeña de niños y niñas, donde se les pueda brindar todo lo que una familia provee en un ambiente casi natural”, detalla.
Así han surgido iniciativas desde algunas organizaciones de la sociedad civil que aporten a las políticas públicas para restituir el derecho de niños, niñas y adolescentes a crecer en un entorno familiar.
“Todo este proceso se realiza en función de la restitución del derecho de vivir en familia, y si lo pensamos desde el acogimiento familiar estamos trabajando con niños, niñas y adolescentes con experiencias de trauma y con riesgo en el desarrollo. Es una tarea difícil, no cualquier dispositivo sirve para poder sostener y reparar esta experiencia, por lo tanto es de suma importancia que otras entidades se vayan sumando”, sostiene África Morales.
El trabajo conjunto de estas instituciones ha llevado al nacimiento de la “Caja de Herramientas de Buenas Prácticas para el Acogimiento Familiar”, donde se promueve e incentiva una semilla de cambio que puede ayudar a equipos en todo Chile a transformar sus prácticas, relaciones y resultados en su trabajo con las familias de origen, familias de acogida, niñas y niños.
“Muchas veces estamos ocupados de mejorar los ambientes y los entornos que rodean a un niño que ha sido vulnerado en sus derechos. Se los ha sacado de las instituciones o de los centros residenciales, se les lleva a familas de acogida, se observa cómo funcionan las familas de acogida, cómo funcionan sus lazos interiormente y en su comunidad. Pero lo que nosotros pensábamos que hacía falta era que existieran instrumentos que nos permitieran a nosotros relatar y narrar de la manera más precisa posible cómo era el proceso que están viviendo los niños en sus familias de acogida”, destaca Matías Marchant, de la Corporación Casa del Cerro.
“Esta grilla viene también a abordar un tópico sensible que es que, mientras más pequeños, sobre todo si aún no acceden al lenguaje hablado, los niños no puedan expresar por sí mismos cómo se sienten, qué perciben y qué les sucede dentro de las familias de acogida. Por lo tanto esta grilla, que queremos compartir con la comunidad y organismos que estén ocupados de la protección, permite tener más herramientas para ver cómo ha sido la adaptación y si además se ha logrado llevar a cabo el proceso reparatorio anhelado y comprometido por el Estado de Chile”, complementa.
En el caso de la Fundación Ideas para la Infancia, la buena práctica “es una metodología de análisis de casos, que está diseñado para los equipos que acompañan la trayectoria de las familias de acogida, y la idea es poder entregar las herramientas y desarrollar habilidades que permitan acompañar de mejor manera este proceso”, asegura África Morales.
“El aprendizaje es integral, no solo de contenidos y conocimientos sino que es a partir del desarrollo de competencias, pero también es un aprendizaje de poder mirar al otro en sus necesidades, en poder tener una mirada sensible respecto de las necesidades que ahí hay, pero también respecto de lo que les va pasando a los profesionales en este andar”, agrega.
Puedes conocer el detalle de la “Caja de Herramientas de Buenas Prácticas para el Acogimiento Familiar” aquí.