Social
Especialista explica que la discriminación por la edad es una conducta normalizada y abre camino a vulneraciones de connotación más graves en la población mayor, como la violencia intrafamiliar.
“¿En serio sacarás documentos para manejar?”, “¿estudiarás a tu edad?”, son expresiones que frecuentemente escuchan las personas mayores. Si bien parecen simples apreciaciones y cuestionamientos, en realidad repercuten en aquellos y aquellas que las reciben, ya que es una actitud que implica generalización e impide reconocer la individualidad de las personas mayores.
Esto es lo que se conoce como viejismo, visión preferentemente negativa y estereotipada de la sociedad que propicia la categorización y discriminación.
El 15 de junio se conmemoró el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, fecha en que se llama a reflexionar sobre las distintas violencias que afectan a los y las mayores, entre ellas el viejismo.
“Generalmente, las personas mayores son vistas como un grupo homogéneo, con características negativas vinculadas a las pérdidas, deterioro y aislamiento. Esta actitud se conoce como edadismo, que es, en sí mismo, una de las primeras formas de violencia y maltrato dirigido a las personas mayores y, que en este grupo etario, es conocido como viejismo”, puntualiza Ana Paula Vieira, psicóloga especializada en gerontología y presidenta de Fundación Míranos.
La especialista explica que existen distintos edadismos. El estructural, correspondiente a aquel que ocurre desde y en las estructuras de la sociedad; el interpersonal que se revela en las relaciones sociales cuando las personas mayores no se sienten integradas y escuchadas; y el autoinfligido o profecía autocumplida, que se da cuando las propias personas mayores internalizan la imagen social negativa, afectando de sobremanera su autoimagen y autoestima.
“En todos ellos está la posibilidad de que sufran vulneraciones. Lo más grave es cuando la propia persona internaliza estos viejismos, que conduce muchas veces a considerarse personas con menos derechos que otras, incluso, con menos derecho a solicitar ayuda o defensa”.
Actualmente, Fundación Míranos implementa un Programa de Acompañamiento a Personas Mayores que han sido víctimas de delitos, impulsado por el Gobierno Regional Metropolitano en la Zona Occidente y ejecutado junto a la Fiscalía. “Un 42% de los casos ingresados responde a delitos de violencia intrafamiliar ejercida por hijos, nietos, yernos, nueras, es decir, maltratos que vienen del círculo más cercano de las personas afectadas”, destaca Vieira.
El objetivo de la iniciativa es entregar acompañamiento especializado a nivel psicológico, social y jurídico, para que las víctimas mantengan sus procesos ante la justicia, siendo respetados e incluidos como sujetos de derecho.
