Con ocho años de funcionamiento, más de 300 familias migrantes se han beneficiado de esta iniciativa que realiza la Universidad Católica del Maule y que además entrega herramientas interculturales a los estudiantes de la carrera de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación.
Pierre Rogers es haitiano y lleva más de seis años en Chile, cuando llegó en busca de una oportunidad hasta la Región del Maule. Sin manejar el idioma, las posibilidades de poder surgir eran limitadas, por lo que poco a poco, movilizado por la necesidad, comenzó a aprender español.
Primero fueron palabras sueltas y luego frases informales, las que le permitieron comenzar a derribar la barrera idiomática y optar a comunicarse con la gente.
Sin embargo, luego de manejar lo más elemental del idioma, sentía que, si quería dar el siguiente paso, era necesario depurar sus conocimientos, por lo que cuando conoció la existencia del programa Español para Migrantes que realiza la Universidad Católica del Maule, de forma gratuita, no lo pensó dos veces y se inscribió.
“Venir a este curso para aprender español me parece muy importante porque eso me permite mejorar mi lenguaje y ser capaz de comunicarme. Antes de venir a este curso, sí, yo sabía muchas cosas en español, pero sabía hablar de manera informal”, contó Rogers.
“Los profesores me ayudaron mucho a mejorar mi lenguaje. Ahora sí, hablo de manera formal y me puedo comunicar bien con la gente”, agregó el haitiano que en el primer semestre de este año obtuvo la aprobación del curso de español y actualmente, además de trabajar, en las noches está estudiando en un instituto profesional en Talca.
En la ceremonia de certificación de aquellos migrantes que en Talca y Curicó realizaron este curso el primer semestre, el rector de la Universidad Católica del Maule, Claudio Rojas Miño, valoró esta iniciativa dirigida por la académica Giselle Bahamondes, perteneciente a la Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación.
“Uno de los desafíos que nos interpelan en estos momentos, como miembro de nuestra fe cristiana y del cual tratamos de contribuir desde nuestro proyecto académico, es precisamente ayudar a uno de los mayores grupos que son necesitados de servicios, como lo es el grupo migrante”, dijo luego la autoridad.
Por su parte la Dra. Bahamondes, coordinadora del programa Español para Migrantes, sostuvo que “si pudiera hacer un balance del programa, diría que ha sido bastante exitoso, que partió en el año 2016 y ya lleva ocho versiones consecutivas, desarrollando siempre el mismo propósito, que es contribuir a derribar la barrera idiomática de nuestros hermanos migrantes con el apoyo de un equipo de voluntarios”.
“Hemos atendido a más de 300 familias. Durante todos estos años hemos trabajado con más de 40 voluntarios”, detalló. “El programa con el tiempo se ha ido fortaleciendo, impartiendo cursos en Talca y en Curico, en nivel A1 y B1, principalmente para adultos. Sin embargo, este año quisimos ir por más y decidimos atender a niños y adolescentes migrantes que han venido a Chile gracias a la ley de reunificación familiar”, agregó.
Paola Alegría Salvatierra, voluntaria y estudiante de cuarto año de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación, entró hace dos años y contó: “Estaba buscando formar parte de algo en la universidad, poder contribuir un poquito aparte de venir a clases. Me hablaron del Programa y decidí involucrarme en esto y no me arrepiento para nada. Lo vi como una muy buena oportunidad para consolidar mis aptitudes como docente y para poder ver un poco más de la pedagogía aparte de lo que se ve tradicionalmente”.
Desde la sede de la Universidad Católica del Maule, también hubo palabras de felicidad tras la certificación de un nuevo grupo de egresados, tal como lo dijo el Dr.
Para Enrique Muñoz Reyes, director de la sede de Curicó, donde se realizó una segunda versión del curso, esta iniciativa “es una herramienta de integración social para personas venidas de diversos países. Han hecho un aporte enorme acá en Curicó, haciendo clases a personas después de la jornada laboral, con la finalidad de que ellos puedan aprender el idioma e integrarse en forma positiva y proactiva en nuestra sociedad”.
Para seguir fortaleciendo este programa, es que, tras una postulación interna de un concurso de vinculación, Giselle Bahamondes junto a su equipo se adjudicaron un proyecto, que les permitirá a los estudiantes voluntarios aprender criollo haitiano para facilitar las clases y también adquirir nuevas competencias interculturales.
“El proyecto adjudicado tiene que ver con el fortalecimiento de las competencias comunicativas e interculturales del equipo de voluntarios. En esta línea vamos a tomar cursos de criollo haitiano y paralelamente vamos a trabajar en el desarrollo de las competencias interculturales de los mediadores voluntarios a partir de lo que he aprendido en mi especialización en Didáctica del español como lengua extranjera, en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica”, detalló la líder del programa Español para Migrantes.