Opinión
Desde la pandemia, la creación de empleos formales se ha transformado en un obstáculo difícil de superar. Quizás un camino a recorrer es reconocer que Chile, por su diversidad territorial, tiene muy múltiples vocaciones productivas, y que el talento humano que se desarrolla en cada región responde a diferentes realidades. ¿Cómo unir ese talento con requerimientos productivos específicos?
Una colaboración más activa y concreta entre la educación y las empresas públicas y privadas podría ser la respuesta. Por ese motivo, en una alianza entre Inacap y la CPC, hemos llevado a cabo la feria laboral más grande de Chile. Un hito que surgió inicialmente como una manera de favorecer la búsqueda de empleo para exalumnos y estudiantes de nuestra institución, pero que, por segundo año consecutivo, la hemos puesto a disposición de toda la comunidad, abierta a todos nuestros compatriotas.
El empleo y generación de oportunidades para hacer de Chile un mejor país, que crece y se proyecta, es parte de nuestro ADN. Por nuestra experiencia en todo el territorio nacional, sabemos que cada región representa realidades muy distintas entre sí. Para dar respuesta a esta heterogeneidad, la feria laboral se llevó a cabo de manera presencial en las 16 regiones de Chile. Adicionalmente, la habilitamos de manera online, de tal forma que nadie se quedara sin acceder a las opciones disponibles.
Y los resultados este año fueron extraordinarios, pues pudimos ser puente para movilizar a las empresas, al sector público y privado, en beneficio de todos. En efecto, la vinculación que tenemos con los sectores productivos y de servicios
desde cada una de nuestras 28 sedes, a través de diversas instancias, con las empresas, con la CPC y sus gremios, permitieron que este año 1.195 empresas (un 44% más que el año pasado) se hicieran parte de la Feria con más de 21 mil ofertas laborales.
Entre estas miles de opciones laborales, se ofrecieron cupos técnicos, profesionales, prácticas, empleos full time, part time y oficios. De manera complementaria, hicimos un especial esfuerzo en levantar soluciones para dos grupos tremendamente necesarios: (i) 2 mil cupos para empleos inclusivos (ley del 1% de discapacidad) y (ii) un 55% del total de los cupos no exigían experiencia previa, lo que es muy relevante para el empleo joven. Estas cifras respaldan un trabajo arduo de coordinación, lleno de entusiasmo. Además, pensando en cada uno de los postulantes, incluimos asesorías de apresto laboral en cada Feria presencial, así como orientaciones para elaborar un curriculum (y llevárselo impreso), recomendaciones para enfrentar una entrevista de trabajo, entre otras.
En definitiva, más de 90 mil personas postularon a un trabajo en nuestra feria laboral, desde Punta Arenas hasta Arica. Esto demuestra que debemos trabajar unidos para generar las oportunidades que el país y las personas requieren. Hacia el futuro, quizás uno de los mayores desafíos es que podamos hacernos expertos en la construcción de puentes que unan a la ciudadanía con las empresas de todos los sectores, públicas y privadas. Ese rol nunca debiera ser ajeno a las instituciones de educación superior, pues instituciones educativas que solo se miran a sí mismas se transforman en intrascendentes para generar impactos
reales en productividad, descentralización y movilidad social.
Adicional al amplio apoyo de empresas de todos los tamaños y la participación de múltiples representantes de Inacap y la CPC, en las últimas dos versiones de nuestra Feria Laboral nos acompañó la ministra del Trabajo, así como los gremios de las pymes, instituciones públicas y privadas, organismos del Estado, personeros de Gobiernos Regionales y Locales. Cada año trabajaremos para que sean más los que se sumen a esta cruzada por la empleabilidad.
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