En el año 2015 la Comisión Europea publicó el primer plan orientado a incorporar la economía circular en su desarrollo, específicamente en el área de materiales plásticos, enfocándose en la necesidad de incrementar el reciclado como pre-requisito para transitar hacia una economía circular.
En el año 2018 la Comisión Europea adoptó la estrategia europea para los plásticos, como parte de las acciones enmarcadas dentro del plan de la nueva economía circular, con la finalidad de incrementar el uso de plástico reciclado y además reducir los residuos plásticos.
Un elemento clave para ello es incrementar la calidad de los plásticos reciclados, y el uso de material plástico reciclado posconsumo. Es así que para el 2030 todos los envases plásticos en la Unión Europea deberán de ser reutilizables o reciclables de una manera económicamente eficiente.
Dado este escenario de liderazgo de la Unión Europea en materia medioambiental, es que la industria de envases se enfrenta al gran desafío de reciclar sus envases plásticos. En este sentido, casi todas las grandes empresas, tanto del sector agroalimentario como del sector transformador de envases, han publicado ya sus metas de recolección y reciclado para el año 2025.
El uso de plásticos reciclados posconsumo es por tanto un pre-requisito para la transición hacia una economía circular.
Chile no está fuera de estas iniciativas, la nueva ley REP (ley de responsabilidad extendida al productor), que establece que el que enajena el producto final debe de hacerse cargo de sus residuos, como la creación de la Oficina de Economía Circular en el Ministerio de Medioambiente van en la misma dirección.
En Chile aproximadamente son 14.500 empresas que generan alrededor de 2 millones de toneladas al año de envases y solo el 12% de estos residuos se reciclan. Con la implementación de la Ley REP en septiembre del 2022 las empresas ya debieron de informar al Ministerio de Medioambiente como van a gestionar sus residuos de envases y embalajes, teniendo para ello dos caminos, o bien lo hacen las propias empresas de forma individual, recogiendo los residuos de envases de su propia marca, o bien hacerlo de forma colectiva a través de un sistema de gestión, los cuales ya se están implementado en Chile.
Pero no basta solo con gestionar la recolección o reciclado de los residuos de envases, y específicamente de los envases plásticos, se requiere dinamizar y fomentar el uso de plástico reciclado posconsumo, de una forma costo-eficiente, lo que va a requerir de políticas públicas que incentiven este uso.