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El futuro de la biorremediación en Chile Sustentabilidad

El futuro de la biorremediación en Chile

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Escasez de suelos para construir vivienda, crecimiento periférico y desregulado de las ciudades, contaminación de aguas, crisis hídrica son solo algunas de las problemáticas que enfrenta día a día la humanidad y que se ha agudizado en los últimos años. Por ello, cada vez se hace más necesario contar con herramientas que desde la ciencia y la tecnología aporten para combatir la creciente presión sobre los recursos naturales como el suelo y el agua y, de paso, ayudar a combatir los efectos del cambio climático.


Escasez de suelos para construir vivienda, crecimiento periférico y desregulado de las ciudades, contaminación de aguas, crisis hídrica son solo algunas de las problemáticas que enfrenta día a día la humanidad y que se ha agudizado en los últimos años. Por ello, cada vez se hace más necesario contar con herramientas que desde la ciencia y la tecnología aporten para combatir la creciente presión sobre los recursos naturales como el suelo y el agua y, de paso, ayudar a combatir los efectos del cambio climático.

En Chile actualmente existe una norma relativa al agua, que regula los limites de calidad física, organoléptica, química, y bacteriológica en el agua potable; sin embargo, no existe una norma específica que regule el cuidado de los suelos o su regeneración.

A raíz de eso, expertos en biorremediación que trabajan en estas materias, señalan que es muy necesario contar con marcos reguladores que ayuden a conservar los ecosistemas y/o restaurarlos luego de los efectos causados por la acción humana.

Si bien hoy existen varias metodologías basadas en la naturaleza para solucionar ciertos problemas ambientales, es la biorremediación la que se ha ido posicionando progresivamente en nuestro país.

Se trata de una tecnología basada en la acción de microorganismos que están presentes en el mismo ambiente y que degradan la contaminación, acción que gracias al uso de tecnología aceleran el proceso. Según expertos, la técnica es económica, sencilla y segura, que no genera impactos negativos en las personas ni en el entorno

Pablo Cornejo, ingeniero agrónomo, doctor en Biología Agraria y actual académico de la escuela de agronomía de la PUCV, cree que en Chile se habla poco sobre biorremediación, “aunque existe una idea generalizada de que el uso de organismos vivos para la restauración de ecosistemas contaminados es quizá la mejor alternativa, la menos impactante y de menor costo para recuperar ambientes contaminados”, dice.

Para él es importante que antes de elegir una técnica como la biorremediación y para que el desarrollo de conocimiento tenga impacto real, “primero se debe reconocer que hay un problema de contaminación, asociado a una imagen perjudicial frente al público en general, tanto de la industria como de la autoridad”, comenta.

Asimismo María Cristina Yeber, licenciada en química, doctora en Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción y actual Directora Ejecutiva para la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) del Proyecto Ciencia para la Innovación Ci2030, comenta que “el uso de biorremediación dependerá del grado de contaminación y del tipo de contaminantes que contenga un residuo, ya sea líquido o sólido, por lo que no se puede generalizar, cada entidad debe tratar sus residuos implementando el tratamiento más adecuado que permita realmente proteger los ecosistemas”.

A pesar de que se han hecho avances en nuestro país para normar el uso de esta tecnología, Cornejo aún considera que “el marco legal donde se puede regular la contaminación en Chile es deficiente. +

Por ejemplo, recién en los últimos años y aún en el presente, se está avanzando en la Ley General de suelos para Chile, que resulta algo tardío si se considera que hasta el momento Chile es uno de los pocos (si no el único) países de la OCDE que carece de una legislación que permita una protección efectiva de los suelos”.

Yeber complementa y dice que “en la Constitución Política se indica el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación y que es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza. Por lo que es de gran relevancia mantener los ecosistemas libres de contaminación”.

“Lo ideal es prevenirla, pero cuando los ambientes han sido contaminados se debe actuar rápidamente aplicando tecnologías que permitan su recuperación sin causar un mayor daño”, agrega.

Sobre el futuro de la biorremediación, Benjamín Pinilla, estudiante de Biología Marina en la Universidad Andrés Bello, tiene una clara visión. Actualmente se encuentra realizando la tesis sobre la utilización de biocarbón a partir de una macroalga para absorber contaminantes de las aguas potables, es decir, una forma de depurar.

“A pesar de que en Chile se habla muy poco sobre el tema, hoy en día debido principalmente a la saturación de la contaminación ambiental, se está tomando fuerza en temas de biorremediación “, plantea.

“Los avances tecnológicos que se desarrollan año a año para biorremediar los ecosistemas y proteger los servicios ecosistémicos que estos nos brindan debieran ser un bien público, ya que de esta forma se aseguraría una mejor calidad de vida de la población. Es importante que el gobierno y aquellas instituciones que se encargan de investigar nuevas formas de biorremediar trabajen en conjunto”, añade.

De Chile para el mundo y viceversa

Si bien no todos los días se escucha hablar sobre la biorremediación, a lo largo de Chile, en varias universidades han realizado proyectos en base a esa tecnología como “Influencia de Relaves en Aguas del Chelenko, Propuesta de Biorremediación” en Caleta Tortel de la Universidad Austral de Chile, o bien, proyectos para descontaminar agua y lodos mediante el uso de bacterias de la Dra. Yeber y otros de la Universidad de Los Lagos.

En esa misma línea, en Viña del Mar, las universidades Federico Santa María y Pontificia Universidad Católica de Valparaíso trabajan hoy en llevar adelante el mayor proyecto de biorremediación en el país, que se desarrolla en el sector de Las Salinas, donde se está completando el saneamiento de 16 hectáreas insertas en la ciudad y ubicadas en la zona costera, que una vez remediados, podrán ser nuevamente incorporados a la vida urbana de la ciudad.

Chile va así sumando experiencia relevante en biorremediación, como comenta María Cristina Yeber que, en conjunto con su par, Carolina Soto, desarrollaron una investigación que contó con el apoyo de la Dirección de Innovación de la UCSC, gracias a la cual “se realizó la solicitud de patentamiento en el año 2016 en varios países, siendo Estados Unidos el primer país donde fue concedida en el 2021. Luego en el mismo año fue concedida en España, Francia, Reino Unido y Alemania, y en Chile en 2022”, cuenta.

La patente de biorremediación consiste en tratar agua contaminada con compuestos orgánicos principalmente, utilizando una sola cepa bacteriana. “En Chile se ha usado en tratar lodos contaminados con petróleo y metales pesados”, explica la directora ejecutiva.

De hecho, Pinilla comenta que en Chile “se han desarrollado diversas formas de biorremediar los ambientes y descontaminar las aguas. Por ejemplo, la utilización de una macroalga parda en sistemas de cultivo long line para que esta atrape metales pesados. Está comprobado que esta macroalga es capaz de absorberlos”, relacionado al estudio de su tesis.

Para Cornejo las experiencias internacionales -que algunas les tocó ver de cerca- pueden ser un gran ejemplo para aplicarlas en el país. Explica que “mientras realizaba mi doctorado en España, en la Estación Experimental del Zaidín de Granada, ocurrió uno de los mayores desastres ambientales de España el año 2002; el hundimiento de un barco petrolero frente a las costas de Galicia”.

“Dentro de uno de los grupos importantes en microbiología se abocaron a desarrollar herramientas de biorremediación, junto con otros grupos de investigación en España, encontrándose una serie de bacterias que eran muy eficientes en la biooxidación de esos hidrocarburos, y hoy se reconoce ese avance como una de las grandes lecciones, experiencias y evidencias de lo útil de este tipo de alternativas”, detalla.

Agrega que en Chile ésta es la base de los procesos de biorremediación que se pretenden ejecutar. “La experiencia internacional nos demuestra que replicar programas de biorremediación es muy factible, y considerando las ventajas socioambientales que representa, es ilógico que no estén siendo ya implementadas de forma extensiva”.

Para el futuro hay un mundo de posibilidades en el campo de la investigación sobre biorremediación, ya que, gracias a las características geográficas propias del país, climas y diversidad de ecosistemas, se requiere un desarrollo particular aplicando los conocimientos locales, lo que entrega la posta para que más científicas y científicos sean los protagonistas en la tarea de recuperar nuestro planeta y mitigar la contaminación.

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