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Cambio climático: ¿qué tan lejos estamos de lograr la meta del IPCC? Opinión

Cambio climático: ¿qué tan lejos estamos de lograr la meta del IPCC?

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Cristián Marcelo Muñoz
Por : Cristián Marcelo Muñoz Director de BdE y profesor de Economía de la Energía y Medio Ambiente en el Departamento de Ingeniería Eléctrica, Universidad Católica de Chile.
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La temperatura promedio del planeta continúa aumentando y se estima que con alta probabilidad en los próximos años la anomalía excederá de 1,5°C.


La temperatura promedio del planeta ya ha aumentado en promedio 1,1°C respecto de los niveles preindustriales y la Organización Meteorológica Mundial estima que esta anomalía, con alta probabilidad, excederá de 1,5°C en los próximos cinco años.

La causa de la anomalía en la temperatura estaría en el aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera, la que, a partir de la Revolución Industrial, se ha duplicado por el uso de combustibles de origen fósil. De esta forma, al menos por todo este siglo, se ha afectado irreversiblemente la temperatura y el clima del planeta. Es así que combatir el cambio en el clima, no es más que estabilizar la anomalía a un nivel tal que sus impactos aún puedan ser manejables.

Según W. Nordhaus, Premio Nobel de Economía en 2018, la meta de 2,0°C recomendada por el IPCC, ya es inalcanzable y una meta de 2,5°C sólo podría lograrse con inmediatas y drásticas tasas anuales de mitigación de CO2, superiores al 15% y lideradas por China, los Estados Unidos, Europa e India, que juntos suman más del 60% de las emisiones mundiales. Sin embargo, en los hechos, en 2022, las emisiones se duplicaron respecto de 1990, año de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, en donde se acordaron las bases para enfrentar el cambio en el clima.

En un contexto de temperaturas y emisiones mundiales en aumento, la prioridad debe estar en adaptar el país al cambio en el clima con medidas rápidas y económicas. La flora y los bosques son sumideros naturales de CO2 que permiten la captura de casi el 50% del total de las emisiones del país, sin embargo, están descuidados y cada vez más expuestos a incendios intencionales o provocados por el mismo cambio en el clima. Por ejemplo, en el verano de 2017 se quemaron alrededor de 600.000 hectáreas de bosques en el centro y sur de Chile, 7 u 8 veces la superficie urbanizada de Santiago, poco menos del 3,5% de la superficie cubierta por bosques del país; la catástrofe también implicó perder la totalidad de la captura de CO2 de ese año.

También se debe asegurar la oferta de agua, aumentando la capacidad de embalsarla para consumo, lo que también permitirá controlar la crecida y desborde de ríos, inundaciones y de paso, se puede aprovechar para generar electricidad sin emisiones. Los últimos grandes embalses para generación se construyeron hace más de veinte años y su capacidad llegó a representar cerca del 30% del total de la generación anual del país, hoy no supera el 20%.

Incluso más, a pesar de la abundancia de las lluvias del segundo semestre de este año, la energía que logró ser embalsada no superó el 5% del total de la generación anual del país, con importantes vertimientos en casi todos los embalses; en palabras simples, una buena parte del agua precipitada se perdió y el próximo año nuevamente estaremos dependiendo de la llegada de las lluvias.

Es evidente que la adaptación debe ser la prioridad en donde deben enfocarse los recursos de nuestro país; mientras que la mitigación de emisiones, es más bien, una bienvenida consecuencia. Sin embargo, en la última década, las Autoridades han preferido enfocarse en la mitigación de emisiones, impulsando un cambio tecnológico en la generación de electricidad, la cual representa sólo el 28% de las emisiones del país. Esta transición tecnológica, si bien, reduce en algo las emisiones del país, lamentablemente, tendrá un nulo impacto en la meta de estabilizar la temperatura del planeta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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