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Un legado de conservación para la Región Metropolitana Opinión

Un legado de conservación para la Región Metropolitana

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Marcela Bocchetto
Por : Marcela Bocchetto Gerenta de Cambio Climático e Integración de la Sustentabilidad de Anglo American
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A casi 12.000 kilómetros de distancia, en Kenia, se desarrolla la VI Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente, una instancia fundamental para hacer frente a lo que se ha llamado “la triple crisis planetaria”: cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad.

Como seres humanos no hemos sido capaces de actuar de forma efectiva, no obstante, tengo la convicción de que aún estamos a tiempo de enmendar el rumbo y así dejar un planeta saludable para las futuras generaciones. En esta tarea todo esfuerzo es valioso. En el caso de las empresas, es nuestro deber mejorar la huella de nuestras operaciones, sin afectar los ecosistemas, y dirigiendo nuestros esfuerzos hacia la entrega de resultados ambientales positivos y duraderos para la naturaleza y las comunidades aledañas.

Para la industria minera, este tema es primordial. El Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM, por sus siglas en inglés) ha declarado que nuestra actividad depende totalmente del funcionamiento saludable de ecosistemas, por lo cual, tenemos la responsabilidad de comprender su huella, mitigar su impacto y desplegar todos los esfuerzos para promover la conservación y restauración de la naturaleza, mediante una gestión sostenible de la tierra y el agua.

Siguiendo estos lineamientos, los miembros del ICMM nos hemos comprometido en una agenda de cinco puntos, que considera proteger y conservar áreas prístinas de nuestro entorno natural, detener la pérdida de biodiversidad en nuestras operaciones, colaborar a través de las cadenas de valor, restaurar y mejorar los paisajes y actuar como catalizadores de un cambio más amplio.

Para asegurar la conservación de los ecosistemas, se estima que se debe proteger, al menos, entre el 10% y el 18% de la superficie de estos. En Chile, esto se cumple a nivel agregado, pero, si nos remitimos a la Región Metropolitana, el escenario es distinto, pues el Estado solo protege en torno al 1,5% de dicho territorio, cifra que aumenta al 5% si se incorporan los sitios de protección privada, conocidos como santuarios de la naturaleza, que son todos aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuya conservación sea de interés para la ciencia o para el Estado.

Aumentar esta cifra es un desafío que nos debe importar a todos los actores de la Región Metropolitana, más aún considerando que en ella vivimos más del 40% de la población del país. Sin embargo, el desafío de la conservación es algo que debe ser abordado desde la colaboración y acción conjunta con otros actores de la sociedad civil, universidades, organizaciones locales, el Estado y el sector privado.

Es en este contexto que en Anglo American recientemente anunciamos la adquisición de la totalidad de la propiedad del Santuario de la Naturaleza Los Nogales, un predio de aproximadamente 11.000 hectáreas que colinda con nuestra operación Los Bronces, en la comuna de Lo Barnechea. Se trata de un sector muy representativo de los ecosistemas de alta montaña de la zona central, donde destinaremos el 63,8% de su superficie a la conservación y un 35,1% a preservación, además de un 0,3% a uso público, en tanto que un 0,8% ya está intervenido para transporte y caminos de emergencia.

El Santuario es un enclave de protección de biodiversidad en la Región Metropolitana. Actualmente, contribuye a la mantención de diversos ecosistemas, tales como vegas altoandinas y bosques de quebrada con vegetación hidrófila. Además, brinda numerosos servicios ecosistémicos como provisión de agua, regulación de la calidad del aire, captura de CO2 y mantención de la cultura arriera.

Nuestra visión es que esta área contribuya a la conservación de la precordillera de Santiago, ofreciendo un gran y diverso espacio que promueva la conexión de las personas con la naturaleza, a través del turismo sustentable.

Para lograr este objetivo, desarrollamos un Plan de Manejo con el apoyo de Wildlife Conservation Society (WCS), con un horizonte de implementación de 10 años, a partir de lo cual se espera que los resultados perduren por mucho tiempo.

Tenemos la convicción de que implementar estas medidas en el santuario será una enorme contribución, no sólo a la conservación de las vegas, arroyos, quebradas, bosques del santuario, sino también a los habitantes de la Región Metropolitana de Santiago, donde la superficie de áreas protegidas por habitantes es la más baja del país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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