Uno de los aspectos que se debe trabajar es el alarmante desconocimiento que existe sobre el papel crucial que desempeñan los artrópodos, especialmente los insectos y arácnidos, como prestadores de servicios ecosistémicos.
Diversos informes y evidencia científica han mostrado la urgente necesidad de tomar medidas concretas para abordar la pérdida acelerada de biodiversidad que enfrentamos actualmente. Y en dicho contexto, uno de los aspectos que se debe trabajar es el alarmante desconocimiento que existe sobre el papel crucial que desempeñan los artrópodos, especialmente los insectos y arácnidos, como prestadores de servicios ecosistémicos.
Estos invertebrados, muchas veces pasados por alto, son fundamentales para el funcionamiento de los ecosistemas y para nuestra propia supervivencia, ya que los insectos y arácnidos desempeñan una diversidad de roles en los ecosistemas, incluyendo la polinización de cultivos, el control de plagas, la descomposición de materia orgánica, y la alimentación de numerosas especies en la cadena trófica. Sin embargo, el desconocimiento y la falta de comprensión sobre su importancia han llevado a una subestimación de su valor y a una falta de atención en los esfuerzos de conservación.
En dicho contexto, es crucial que tomemos medidas urgentes para abordar este vacío de conocimiento y para promover la investigación y la educación sobre los artrópodos y su papel en los servicios ecosistémicos. Esto incluye la sensibilización del público en general sobre la importancia de proteger y conservar estos organismos.
Justamente en el informe “30 medidas urgentes para la conservación de la biodiversidad”, dado a conocer hace algunas semanas se propone la protección de hábitats críticos, la implementación de estrategias de conservación adaptativas frente al cambio climático, el control de especies invasoras y la promoción de prácticas sostenibles en sectores clave como la agricultura.
Estas recomendaciones, basadas en la mejor evidencia científica disponible y la experiencia acumulada en conservación de la biodiversidad, requerirán la colaboración de diversos actores, desde gobiernos hasta organizaciones no gubernamentales, comunidades locales, el sector privado y la academia. Solo a través de un esfuerzo conjunto y una acción decidida, que incluya la inversión en taxonomía y formación de capital humano, podemos asegurar la preservación del componente más importante de la biodiversidad -los artrópodos-, y en última instancia, el bienestar de nuestro planeta y de las generaciones venideras..