Sustentabilidad
Reciclaje urbano, empoderamiento de los equipos internos, avances en equidad de género, incorporación de tecnología y medición de datos para impulsar mejoras en su estrategia de sostenibilidad corporativa, son algunas de las acciones que están impulsando algunas Empresas B.
Hoy cada vez más empresas y startups buscan hacer la diferencia en los ámbitos social, ambiental y económico con su operación. Y es que avanzar en estas prácticas no sólo aporta a su reputación e imagen corporativa, sino que también les ayuda a identificar brechas, diseñar estrategias de mejora continua y detectar oportunidades para potenciar el triple impacto dentro de sus organizaciones.
Recientemente, Sistema B Chile reunió en un workshop informativo a algunas empresas certificadas para que compartieran buenas prácticas e iniciativas destacadas en términos de sostenibilidad.
Desde la industria de rentas inmobiliarias industriales, Megacentro, desarrollador de soluciones de infraestructura de almacenaje presente en Chile, Perú y Estados Unidos, destacó como la única Empresa B del sector, que, además, obtuvo su recertificación por tres años más.
Al compartir sus mejores prácticas, la subgerente de sostenibilidad de Megacentro, Bárbara del Valle, explicó que la capacidad de la empresa de “dar espacio” es su principal activo: “La operación de nuestros centros tiene dimensiones ambientales, sociales y de gobernanza que deben ser gestionadas, las que tienen que estar estrictamente vinculadas con todas las tomas de decisiones dentro de la compañía”, dijo en la instancia, agregando que una de sus prácticas más valiosas es el reciclaje urbano dentro de las comunas donde se emplaza.
“Somos una compañía que comprende muy bien el impacto que produce en el entorno el proceso de construcción de nuestros centros de logística y condominios de bodegaje, el que además muchas veces considera demolición. Es por ello que desde nuestros inicios hemos impulsado el reciclaje urbano, el cual nos permite recuperar infraestructura existente, muchas veces abandonada y/o con historia y significado para los barrios, al mismo tiempo que evita la generación de residuos y emisiones asociadas a nuestros procesos de instalación, así como importantes problemas de seguridad en estos espacios. Siempre involucramos a la comunidad en el diseño de estos proyectos, ya que en el caso de los condominios de bodegas y oficinas, a menudo están situados en sus territorios, por lo que intentamos atender sus necesidades incorporando locales comerciales, servicios, salas para actividades culturales, entre otros”, señaló.
En 2023, la superficie reciclada del total construido de Megacentro alcanzó el 26,13%, con 32 centros en comparación con los 30 del año 2022. Estos solían ser ex fábricas, almacenes que no se usaban o construcciones abandonadas, siendo uno de los más emblemáticos Megacentro Ochagavía, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.
Las instalaciones originales de este Megacentro datan de 1971 y prometían convertirse en el hospital público más grande y moderno de Sudamérica, con 84 mil m², 1.200 camas y la más avanzada tecnología hospitalaria. Sin embargo, su construcción se paralizó a los 30 meses, quedando la obra gruesa con dos tercios de avance.
Conocido por los vecinos como el “elefante blanco”, el edificio fue foco de delincuencia, violencia, fiestas clandestinas y drogadicción durante 40 años, hasta que fue adquirido por Megacentro el año 2013. En ese momento, la propiedad se transformó en un edificio de uso mixto que hoy alberga un centro de negocios, bodegas, oficinas, instituciones públicas, servicios básicos, centros médicos, espacios culturales y áreas verdes.
Por su parte, Manuel Rozas, fundador de Kura Biotech, empresa de Puerto Varas experta en toxicología y genética dedicada a producir reactivos enzimáticos para detección de drogas, destacó que su modelo de impacto sostenible fue definido internamente junto a su equipo y contempla 4 dimensiones: comunidad, medioambiente, equipo y ecosistema empresarial. A través de su Fundación Liquen destinan cada año un 2% de sus ventas a financiar proyectos propuestos por sus propios colaboradores que aborden desafíos sociales y medioambientales de la región de Los Lagos, empoderando a su equipo interno.
En paralelo, Beatrice Lapeyre, directora de Finanzas y Sostenibilidad de la aseguradora Southbridge, destacó que recientemente definieron un nuevo propósito corporativo con la colaboración de todos los colaboradores. Para fortalecer su arraigo a esta nueva identidad, Southbridge creó grupos de trabajo enfocados en medioambiente, comunidad, pólizas de seguro transparente, productos inclusivos para apoyar a mujeres vulnerables, migrantes y microemprendedores, entre otros, e invitó a sus equipos a proponer proyectos en estos ámbitos. Algunos de ellos ya se han concretado, como la vinculación con liceos técnicos de zonas vulnerables para generar futuras oportunidades de empleo en el rubro de los seguros.
Además, Lapeyre destacó que Southbridge es de las pocas aseguradoras que cuentan con equidad total de género, cuentan con una gerente general y un comité ejecutivo compuesto en partes iguales por mujeres y hombres.
Por último, Largio Romero, vicepresidente de Estrategia y Tecnología de EClass, señaló que existen cuatro directrices que guían sus buenas prácticas. Primero, generar visibilidad hacia dentro, es decir, ver qué está pasando dentro de la operación de la empresa y cómo se están tomando las decisiones. Segundo, invertir en tecnología e incorporarla en los procesos, algo estrechamente relacionado con lo anterior: con tecnología se pueden establecer parámetros internos y medirlos, ayudando a la empresa a mejorar. Tercero, diseñar un proceso de mejora para la organización, y en cuarto lugar, potenciar al equipo interno. Respecto a esto último, Romero señala que en EClass realizan procesos de reflexión contínuos para mejorar procesos como empresa.
