No se trata solo de áreas verdes, jardines y árboles. Las ciudades con buena gestión medioambiental mejoran la calidad de vida de sus habitantes. Acá les contamos cómo está nuestra región.
Parques, zonas de esparcimiento, plazas y grandes extensiones de áreas naturales son elementos esenciales en toda ciudad que se precie de tal. No se trata solo de tener un espacio de césped donde descansar en las tardes de ocio, sino que de salud mental, física y de posibilidades de recreación. Y si bien la ubicación geográfica juega un papel preponderante en ello (no es lo mismo una urbe en medio del desierto que otra en una zona tropical), la mano humana tiene un papel que jugar.
Pablo Pérez Leiva, CEO de la startup chilena de tecnología verde INNSPATIAL, explica a DW que “una ciudad verde no es solo una que tiene más parques, sino una que cuida la salud y el medio ambiente urbano. Entre mayor sea la cobertura vegetacional de una ciudad, mientras más jardines, pasto y verdor haya disponible, habrá también un mejor manejo de la transformación del CO2 y mejor control de las temperaturas”. El especialista señala que las ciudades con pocas áreas verdes suelen ser más calurosas y contaminadas, lo que afecta directamente a la población.
Si bien son muchos los factores que determinan qué tan vinculada con la naturaleza está una ciudad, hemos seleccionado algunos elementos que pueden ser determinantes para mejorar la calidad de vida de los habitantes de una zona urbana.
Los parques naturales son pulmones verdes que se convierten en remansos de paz en medio de ciudades más bien caóticas. En América Latina hay varios ejemplos.
El Parque Metropolitano de Santiago de Chile, con sus 735 hectáreas, es uno de los más llamativos. Cuenta con un jardín botánico, alberga al Zoológico Nacional y al Jardín japonés, además de piscinas y el teleférico. Otro es el Bosque de Chapultepec, en Ciudad de México, que en sus 678 hectáreas tiene lagos, espacios deportivos, el Museo Nacional de Antropología y el Castillo de Chapultepec. Un tercer ejemplo lo encontramos en Buenos Aires, donde las 370 hectáreas del Parque 3 de Febrero ofrece al visitante el planetario, el Jardín Japonés y el Rosedal, entre otras atracciones.
El Índice de Ciudades Verdes de América Latina realizado por la Economist Intelligence Unit, destaca que ciudades como Belo Horizonte, Bogotá, Ciudad de México, Río de Janeiro y São Paulo están por sobre el promedio internacional en protección de áreas verdes, planificación de nuevas urbanizaciones y normas para incentivar la edificación de construcciones ecológicamente responsables. Se trata de un tema sensible, porque al ser zonas urbanas en constante crecimiento, es central el buen manejo de los asentamientos ilegales, que suelen afectar áreas verdes urbanas.
Otra manera de medir el verdor de una ciudad es por medio de la agricultura urbana, que, simplemente, es el uso de zonas de la ciudad para cultivar todo tipo de plantaciones. En este apartado, según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), La Habana ocupa el primer puesto gracias a los cultivos organopónicos, una creación local que busca optimizar el uso de suelos para producir alimentos. En 2018 en toda Cuba este sistema produjo más de un millón de toneladas de hortalizas. En el listado de ciudades con producción urbana de alimentos también figuran Ciudad de México, Tegucigalpa, Rosario, El Alto y Lima.
Una ciudad sostenible es aquella que identifica y combate los impactos del cambio climático y reduce las vulnerabilidades de su población, aumentando la capacidad de adaptación de la urbe a nuevos escenarios. En 2023, el Índice de Ciudades Sostenibles de Arcadis incluyó entre las 100 primeras del mundo a siete urbes latinoamericanas, siendo Bogotá la mejor de todas. Ciudad de México, Santiago de Chile, Lima, Buenos Aires, São Paulo y Río de Janeiro también estaban en ese listado, todas entre el puesto 78 y 87. Bogotá alcanzó un valioso lugar 20 en uno de los apartados de la lista, el de calidad del entorno natural de la ciudad.
En el Índice de Ciudades Verdes de América Latina se destaca especialmente la situación de Curitiba, en Brasil. Tiene una gestión de los desechos sobresaliente, una calidad del aire envidiable y proyectos para reubicar a personas que habitan en asentamientos informales. Es una ciudad que históricamente se ha preocupado por su relación con el entorno, el respeto a la naturaleza y la conservación de las áreas verdes. Incluso miden cuánto gas y CO2 emiten y los ciudadanos se identifican con esa política verde desde hace décadas.