Sostenibilidad
Se inicia así la operación comercial del PFV Las Salinas etapas 1, 2 y 3 que, con una potencia neta instalada de 205 MW, funcionará de manera conjunta con el parque eólico Sierra Gorda Este (112 MW), convirtiéndose en el centro de generación renovable en formato hibrido más grande del país.
Aproximadamente a 60 kilómetros de la ciudad de Calama, una nueva central de generación renovable de Enel Chile inicia su operación comercial. Hablamos del parque fotovoltaico Las Salinas, que luego de haber dado cumplimiento a todas las pruebas y estándares que garantizan su correcta operación tanto en términos de performance y seguridad para quienes trabajan en ella, como también las requeridas por el Coordinador Eléctrico Nacional y demás autoridades competentes, quedó habilitada para captar la potente radiación solar disponible en el norte grande del país y así, convertirla en energía 100% limpia.
Las Salinas está compuesta por un total de 458.044 paneles del tipo bifacial, tecnología de punta para el desarrollo de centrales solares, que consigue mayor eficiencia en la generación, debido a que permite la captación de la radiación solar tanto por la parte superior como también por la inferior de cada panel.
“Siguiendo nuestra estrategia de hibridación de proyectos renovables, esta nueva unidad fotovoltaica fue construida en el mismo espacio del parque eólico Sierra Gorda Este de 112 MW de potencia neta instalada, generando eficiencias en términos de utilización del terreno e instalaciones existentes para su interconexión con el Sistema Eléctrico Nacional”, señaló Giuseppe Turchiarelli, gerente general de Enel Chile.
De esta forma ambas unidades operarán de manera conjunta, convirtiéndolas en el centro de generación renovable en formato híbrido a escala industrial más grande del país, capaz de generar anualmente del orden de 910 GWh, energía suficiente para alimentar a más de 415 mil hogares chilenos.
Durante el peak de construcción de esta nueva unidad renovable trabajaron cerca de 900 personas, entre las cuales se consideró la contratación de mano de obra local, compuesta por mujeres y hombres provenientes de las comunas de Calama y Sierra Gorda ascendiente a un 30% del total de los trabajadores que participaron del proceso de desarrollo.
