Esta celebración ha crecido en popularidad en Chile, pero también genera preocupaciones ambientales debido al uso de disfraces desechables y envoltorios plásticos, que en su mayoría no se reciclan. Se estima que las ventas de dulces alcanzan más de 600 millones de dólares, contribuyendo a un aumento del 25% en residuos plásticos y textiles.
Halloween o “Noche de brujas”, se ha vuelto popular en Chile, pero también genera preocupaciones ambientales debido al uso de disfraces desechables y envoltorios plásticos. De acuerdo con datos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, se estima que en Halloween se venden más de 600 millones de dólares en dulces, lo que equivale a una producción masiva de envoltorios plásticos que, en su mayoría, no son reciclados y terminan en vertederos o, peor aún, en los océanos.
En Chile, las ventas de productos asociados a Halloween han aumentado un 15% entre 2020 y 2023, según el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), lo que ha incrementado el volumen de residuos. Sin embargo, hay buenas noticias. Podemos disfrutar de Halloween sin perjudicar al planeta.
La eco periodista Cata Droguett nos comparte algunos consejos para vivir un Halloween más amigable con el medio ambiente:
Crea tus propias decoraciones: Utiliza materiales reutilizados como cartón o papel para hacer decoraciones únicas y personalizadas. Esto no solo reduce residuos, sino que también fomenta la creatividad.
Elige dulces a granel o snacks caseros: Busca opciones a granel o con envoltorios reciclables. Compartir golosinas caseras o frutas puede ser una alternativa deliciosa y más saludable.
Reduce el uso de plásticos: En tus fiestas, opta por vajilla reutilizable o compostable en lugar de plásticos desechables. Así, disfrutarás sin dejar una huella negativa.
Utiliza maquillaje ecológico y biodegradable: Escoge productos que sean amigables con el medio ambiente, garantizando que tu look de Halloween sea divertido y responsable.
Involucra a los niños en prácticas ecológicas: Enseñar a los más pequeños sobre la importancia de cuidar el planeta puede ser una actividad enriquecedora. Invítalos a participar en la creación de sus disfraces y decoraciones, promoviendo así el aprendizaje sobre la sostenibilidad.
Droguett enfatiza que “Halloween no tiene por qué ser una pesadilla para el planeta. Con pequeñas acciones y decisiones conscientes, podemos disfrutar de esta festividad de manera divertida y creativa, sin comprometer el bienestar del medio ambiente”.
Además, el uso de disfraces desechables representa otro problema importante. Según la Asociación de Textiles Sostenibles, en promedio, cada niño utiliza un disfraz nuevo cada año, lo que genera toneladas de ropa que se desecha después de una única noche. Esta ropa, fabricada mayoritariamente con materiales de baja calidad y sintéticos como el poliéster, tarda cientos de años en descomponerse, contaminando suelos y agua.
Las decoraciones de Halloween, muchas de las cuales están hechas de plásticos no reciclables o productos de un sólo uso, generan toneladas de residuos que contribuyen a la crisis ambiental global. A nivel mundial, cada año se utilizan aproximadamente 2.000 toneladas de decoraciones plásticas durante esta celebración, muchas de las cuales se desechan una vez que termina la fiesta.
En Chile, Halloween ha ganado mucha popularidad, especialmente entre los jóvenes y niños, quienes adoptan cada vez más la costumbre de disfrazarse y decorar sus casas. Sin embargo, esto ha traído como consecuencia un aumento considerable de residuos. Según un estudio del Ministerio del Medio Ambiente, en octubre de 2023, los residuos plásticos y textiles relacionados con Halloween en el país se incrementaron en un 25% respecto al mismo período del año anterior. Esto se traduce en aproximadamente 500 toneladas adicionales de basura no reciclada en tan sólo una semana de celebraciones.
Repensar nuestras celebraciones y optar por alternativas más amigables es una forma de disfrutar de Halloween y contribuir al cuidado de nuestro planeta. Este año, hagamos de Halloween una celebración que no sólo sea divertida, sino que también respete la salud del mundo que compartimos. ¡A disfrutar con creatividad y conciencia!