Sociedad
Samuel Santa Cruz, economista de la Universidad de Chile y escalador de Puerto Varas, destaca este año entre la selección de los 100 Jóvenes Líderes de Chile, quienes con sus proyectos invitan a la comunidad a imaginar un futuro esperanzador y lleno de oportunidades.
El prestigioso reconocimiento “100 Jóvenes Líderes”, con 25 años de historia, destacó a Samuel Santa Cruz, economista de la Universidad de Chile y escalador de Puerto Varas, por su contribución a la conservación de la naturaleza para las futuras generaciones.
Esta distinción reconoce a jóvenes que transforman sus comunidades con innovaciones sociales, tecnológicas y medioambientales. Este año incluyó a servidores públicos, artistas, ambientalistas, deportistas y líderes en diversas disciplinas de todo el país. En este contexto, sobresale el trabajo del puertovarino, para que el valle de Cochamó quede protegido para siempre en la figura de un Parque Nacional para el disfrute de las futuras generaciones.
Samuel Santa Cruz, comentó que recibir este reconocimiento “es una señal clara de que el sueño Parque Cochamó ha transcendido fronteras locales para convertirse en un proyecto de relevancia nacional. Este hito nos desafía a soñar aún más grande: avanzar con determinación hacia la creación del Parque Nacional Cochamó”.
La premiación es una celebración al talento y liderazgo de quienes están transformando nuestra sociedad. Este reconocimiento es prueba del impacto que la creatividad, el compromiso y la innovación tienen en el desarrollo de nuestro país.
Francisco Covarrubias, rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, expresó “el premio 100 Jóvenes Líderes es una buena muestra de cómo el liderazgo se puede ejercer en múltiples actividades y de diversas formas. Como Universidad Adolfo Ibáñez queremos poner en valor a estos jóvenes que están impactando la sociedad de manera positiva, haciendo, finalmente, de Chile un mejor país”.
En 2021 creó la Fundación Parque Cochamó con la intención de conservar el valle para las futuras generaciones ante la amenaza de proyectos hidroeléctricos e inmobiliarios, turismo desregulado y deforestación del bosque nativo.
En 2022 un equipo de escaladores y voluntarios de la Patagonia liderados por Samuel Santa Cruz impulsaron una campaña internacional que reunió más de 100 mil firmas. Fue la petición más firmada ese año en Chile, cuyo objetivo fue la declaración del Valle de Cochamó como Santuario de la Naturaleza. Acción que dio frutos en 2023 luego de ser ratificado el 29 de enero de 2024 en el Diario Oficial.
El trabajo de la fundación fue reconocido también por National Geographic y actualmente están diseñando un juego de cartas colaborativo, estilo Mitos y Leyendas, que busca educar a niños sobre la conservación de la naturaleza.
El Valle Cochamó es una de las áreas protegidas de mayor extensión del país, comprende un tercio de la cuenca hidrográfica del río Cochamó y se emplaza dentro de los límites de la Reserva de la Biosfera denominada “Bosques Templados Lluviosos de los Andes Australes” con un total de 11 mil 400 hectáreas protegidas.
El Santuario destaca por sus imponentes paredes de granito, bosques, glaciares y rocas milenarias. Es una de las reservas de agua más importantes del mundo. Habitan más de 50 especies de animales, entre aves, mamíferos y anfibios. Por sus centenarios bosques, es una zona que contiene seis de los 12 tipos forestales que posee Chile. Además es refugio climático con servicios ecosistémicos.
El valle de Cochamó es reconocido internacionalmente por su atractivo paisajístico, actividades turísticas y la práctica de actividades deportivas como la escalada en rocas de granito. Está ubicado en la provincia de Llanquihue, entre la cordillera de Los Andes y el estuario de Reloncaví. Tiene una superficie total de 300 kilómetros cuadrados y alberga bosque nativo templado lluvioso, con alta biodiversidad y endemismo.
La Junta, ubicada en el valle, todos los años recibe unos 16 mil visitantes. Entre las especies nativas más destacadas está el alerce de más de 3 mil años que fue brutalmente explotado. Mamíferos como el pudú, que se encuentra en peligro de extinción y aves como el cóndor, martín pescador, carpintero negro, choroy, picaflor, zorzal y rayadito.
