Especialistas en recursos hídricos y sostenibilidad propusieron estrategias para enfrentar la escasez de agua y el cambio climático. Enfocaron en la gestión responsable del agua en entornos urbanos y la reducción del desperdicio alimentario para mitigar el impacto ambiental.
Durante la jornada del miércoles se realizó la tercera jornada de Congreso Futuro, evento de divulgación de la ciencia y conocimientos más importante de Latinoamérica. En el último bloque de exposiciones se conversó acerca del desarrollo de herramientas de inteligencia artificial y del internet de las cosas (IoT) para avanzar hacia smart cities más verdes y con un uso sustentable del agua disponible así como también tener una buena gestión de los alimentos que son desechados diariamente en el mundo entero.
Durante el primer bloque, Leonor Rodríguez, ingeniera y académica española, especializada en hidrología y gestión de recursos hídricos, sostuvo que se debe pensar en el futuro de una manera sostenible, entender el contexto del consumo del agua en entornos como los parques y jardines del mundo y de nuestro país. Para la experta, el agua es un recurso natural que debe ser cuidado y entendido como un recurso que, en algún momento, se puede agotar si no es bien utilizado. Así mismo la experta explica que si no hay agua, hay conflicto.
Rodríguez basó su charla en la tecnología y la sostenibilidad en el manejo del agua para que se pueda entender que los efectos del cambio climático poco a poco pueden comenzar a verse. “Tenemos unos efectos, cambio climático, que ya lo vamos viendo, pero en todos los países y más en el área de clima mediterráneo, como es este, como es mi país, que ya no llueve cuando tiene que llover, las precipitaciones no son lo que era, la temperatura está cambiando, no sé si cambiarme de ropa, guardarlo o no, es así. Y también estamos en la época de la tecnología, de la inteligencia artificial, de la computación, hay modelos predictivos de clima que nos están diciendo que en estas regiones áridas va a haber, en 2050, 2070 escenarios, vamos a tener un 10, 20% menos de precipitación y vamos a tener también unas temperaturas que van a seguir aumentando”, explica la ingeniera.
Para la experta es importante entender cómo se usa el agua en espacios como los jardines, veredas y parques de las ciudades y para eso propone tener un programa de riego que sea adecuado para cada entorno. “Tenemos que conocer cuáles son los recursos hídricos que tenemos en cada zona. Y luego viene la segunda parte. ¿Quiénes son los usuarios? Uso doméstico, uso de agrícola, uso de áreas ajardinadas, industria. Y con una gobernaza del agua, con una ley de aguas claramente establecida, llegará un compromiso entre todos para poder distribuir los recursos entre los diferentes usuarios. ¿Qué ocurre? Esto es decirlo, es muy bonito, la realidad no es así. Y cuando hay escasez de agua, hay conflictos”, finaliza Rodríguez.
Por otro lado, el ingeniero en Recursos Naturales por la Universidad de Chile, Christian Valenzuela, abordó al gestión de los recursos hídricos entiendo aspectos como la alianza que se debe generar con áreas como el mercado y no culparlo con responsable de la falta de agua en Chile y en el mundo. “Es irónico que una herramienta se ha apuntada como el culpable de todos los males y nos olvidemos de la mala gestión, nos olvidemos de la falta de financiamiento y nos olvidemos también, que el mismo mercado se puede ocupar positivamente porque entendemos que el mercado por sí mismo siempre va a estar asignando los recursos de una manera economicista y a los usos que le den mayor valor y eso obviamente puede tener algunas críticas, pero el Estado chileno por ejemplo siempre se ha podido meter también a los mercados y lo ha hecho en muy poca ocasión”, explica el experto.
En Chile, por ejemplo, han habido ajustes legislativos que han tenido numerosas tipologías de aprovechamiento del agua que generan trabas al momento de querer ser más conscientes de los recursos hídricos del país. Valenzuela detalla que “la complejidad de los ajustes legales que ha tenido la legislación chilena de agua en los últimos años es que tenemos esto que es la patente por no uso mientras en todo el mundo lo que predomina es el cobro por tenencia o uso de un derecho de un permiso de una concesión de agua. En Chile tenemos un cobro por patente que es un criterio de abundancia en el fondo te están diciendo usa el agua porque si no la usas te voy a cobrar cuando lo que predomina en todo el mundo es un enfoque de escasez y aquí es un ejemplo de los creativos que nos pusimos, tan creativos con algo que en realidad nadie no ha cobrado nadie en el mundo cobra por el no uso”.
Un tercer expositor de este bloque enfocado en los recursos hídricos y alimentarios fue Atte Virtanen, vicepresidente del área de Procesamiento y Productos de Biomateriales en VTT, centro de investigación estatal finlandés, quien expresó la importancia de tomar en serio la sustentabilidad por parte de las grandes empresas. Para él, el fundamental que las industrias sean conscientes de los elementos que utilizan para producir así como también que trabajen en conjunto con las comunidades científicas para comenzar a generar los cambios de futuro.
“Desde mi punto de vista este es un cambio muy positivo que ha ocurrido durante los últimos 10 años donde las empresas están tomando a la sustentabilidad de manera muy seria y no solamente se enfocan en cuanto generan en cuanto a emisiones sino que ven realmente cómo fabricar productos que generan el bien para toda la sociedad”, detalló el experto finlandés.
Además, explica que los consumidores también son importantes en este cambio hacia una sociedad más sustentable y conciente de los recursos naturales. Virtanen sostiene que “también es importante no seguir con la mentalidad de lo que se necesita o sino que tenemos que preguntarnos cómo va a ser el comportamiento de los consumidores de aquí a 10 años. Cuando empezamos a desarrollar algo nuevo, el momento hasta la implementación de los resultados científicos son entre 10 a 14 años por lo tanto no deberíamos restringirnos a lo que se necesita hoy sino que tenemos que ver hacia el futuro”.
La última expositora de la jornada fue Dana Gunders, activista y experta estadounidense en sostenibilidad, conocida por su trabajo en la reducción del desperdicio de alimentos, quien basó su exposición en la importante de no desperdiciar comida por los impactos ambientales que esto genera.
¿Por qué la comida desperdiciada tiene un impacto ambiental tan grande? Es la pregunta que realiza la activista. Existen tres razones. En primer y segundo lugar están los basurales, la comida desperdiciada va a estos lugares en donde comienza un proceso de descomposición en el que se genera metano, la tercera fuente más grande de gases en el mundo. “Esto significa que desperdiciar comida sea una solución climática muy inmediata”, explica Gunders.
Por último, es el uso del terreno. La experta explica que, mirando hacia el futuro, se predice que se va a necesitar un 50% más de alimentos en el 2030 comparado con lo que se utilizó en 2010. “¿A dónde va ir este alimento? ¿Vamos a tener que destruir más partes de la selva amazónica para construir más plantaciones? Los expertos estiman que podríamos cumplir el 20% de nuestras necesidades alimentarias al botar menos comida”. Así mismo, la experta entre tres consejos para cuidar más los alimentos: prevenir el tirar la comida, es decir, establecer planes en caso de que la comida sobre, donar la comida a quien más lo necesite y buscar maneras sustentables de reciclar la comida.