
Eventos masivos y sostenibilidad: casi 3 toneladas de residuos reciclados en el Festival de Viña
El Festival de Viña 2025 no solo brilló por su música y artistas, también por un operativo de reciclaje que logró recuperar casi tres toneladas de residuos.
En un país donde los eventos masivos son parte de la cultura popular, el manejo de residuos se vuelve un desafío clave para avanzar hacia una sociedad más sostenible. La acumulación de basura en festivales, conciertos y espectáculos públicos representa un problema ambiental.
Pero en medio de los shows musicales, las luces y la televisión, el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 2025 dio un paso importante, logró reciclar casi tres toneladas de residuos, marcando un hito en la gestión sustentable de eventos en Chile.
2.808 kilos reciclados en siete días de festival
Según cifras entregadas por la organización, durante los siete días de festival se recuperaron 2.808 kilos de residuos reciclables, gracias a un sistema de recolección y separación de materiales instalado en puntos estratégicos de la Quinta Vergara y sus alrededores.
El plástico lideró la lista con 1.035 kilos reciclados, seguido por 521 kilos de metales, 461 de vidrio y 398 de cartón. También se recuperaron 243 kilos de otros materiales reciclables y 4 kilos multimateriales.
Los sectores de foodtrucks fueron los que concentraron la mayor cantidad de materiales reciclados, con 2.013 kilos recolectados, confirmando que los espacios de alimentación siguen siendo críticos en el volumen de residuos que generan.
Enfoque circular y colaboración ciudadana
El proyecto fue coordinado por ReSimple, el primer Gran Sistema de Gestión Colectivo de residuos de envases y embalajes, en colaboración con la Municipalidad de Viña del Mar, Mega y Bizarro. Además contó con la participación clave de recicladores de base organizados en la Cooperativa de Recicladores de Viña del Mar. El trabajo consistió en una logística que iba mucho más allá de poner basureros diferenciados.
Se implementaron puntos verdes, monitores ambientales que guiaban al público y se garantizó la trazabilidad de los residuos recolectados. Cada mañana, posterior al show, una empresa externa realizó una caracterización de residuos, para asegurar su correcta valorización e incorporación a la economía circular.
El gerente general de ReSimple, Javier Fuentes, mencionó que “lo relevante aquí no es solo la cantidad de material recuperado, sino el proceso detrás: separación, trazabilidad y valorización. Esto demuestra que, si existe una infraestructura adecuada y educación ambiental, es posible reducir significativamente el impacto de estos eventos”.
Un modelo para replicar
La jornada más exitosa en cuanto a reciclaje fue el viernes 28 de febrero, con 596 kilos recolectados, seguida del sábado 1 de marzo, con 565 kilos. Pero más allá de las cifras, el verdadero desafío ahora es la continuidad.
Al respecto, la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, valoró el trabajo colaborativo detrás del operativo de reciclaje, destacando que “la colaboración virtuosa entre Mega, Bizarro, Resimple y el Municipio ha demostrado que es posible integrar el reciclaje de manera efectiva en eventos masivos. Pero, más allá de eso, lo realmente importante es entender que este esfuerzo debe trascender los festivales. Se trata de un trabajo conjunto y una responsabilidad compartida para construir una cultura de reciclaje que sea permanente, no puntual. Esta visión la hemos venido impulsando a través de un plan de gestión de residuos en distintos sectores de la comuna, y queremos seguir avanzando con la convicción de que cada paso cuenta hacia una Viña del Mar más sostenible y comprometida con su entorno”.
Reciclaje con educación e interacción
Durante cada noche del festival, un stand interactivo atrajo a los asistentes con actividades educativas, juegos, y la presencia de corpóreos como Scar Lata y el Reci Clan, que invitaron a grandes y chicos a sumarse al reciclaje de forma lúdica. Una apuesta clave para que la participación ciudadana no sea solo informada, sino también motivada.
“El gran reto es que el reciclaje no dependa solo de iniciativas aisladas. Debemos fortalecer una cultura que trascienda festivales o campañas específicas, y que se convierta en una práctica habitual. La clave está en la corresponsabilidad: ciudadanos, empresas y sistemas de gestión de residuos trabajando juntos para generar un cambio estructural”, agregó Fuentes.
El caso del Festival de Viña 2025 demuestra que es posible conjugar masividad y sostenibilidad, siempre que exista planificación, colaboración público-privada, y sobre todo, educación ambiental. Porque cada envase reciclado no solo evita contaminar: abre espacio para un nuevo modelo de convivencia con el entorno.