Con la creación de esta sede se transformó el acceso a la educación médica en el centro sur del país. Hoy, tras 20 años, celebra sus logros en investigación, formación y contribución a la salud pública, mirando hacia nuevos desafíos.
Este año, la Escuela de Medicina de la Universidad Católica del Maule (UCM) cumplió 20 años, y su historia refleja un esfuerzo continuo por mejorar la salud de la región del Maule y del país. Desde su fundación en 2004, ha formado a la fecha a un grupo de 721 médicos correspondiente a 15 generaciones de titulado, muchos de los cuales siguen ejerciendo en la región.
En 2004, cuando recién abrió sus puertas, Chile enfrentaba importantes desafíos en términos de equidad en salud. La pobreza rural y la centralización de las oportunidades educativas dificultaban el acceso a carreras de alta demanda como Medicina. En
este contexto, la apertura de la carrera en una universidad regional fue un acto de justicia social, una respuesta a las necesidades de una población que hasta ese momento tenía pocas opciones.
El decano de la Facultad, Iván Castillo Montecinos, destacó este hito como un punto de inflexión para la región del Maule. “Hace veinte años, iniciar la carrera de Medicina en una universidad regional no solo fue un paso académico, sino una oportunidad de cambiar el acceso a la formación profesional y corregir la desigual distribución de médicos en el país”, reflexionó.
Desde sus primeras generaciones de egresados, el propósito ha sido formar profesionales con un fuerte arraigo en su región. Aproximadamente el 80% de los médicos que estudiaron en esta institución se han quedado a ejercer en el Maule, contribuyendo a mejorar el acceso a la salud y a la calidad de vida de los habitantes.
Este impacto directo ha sido un motor de cambio en una zona que históricamente ha enfrentado dificultades en la atención sanitaria. Uno de los egresados destacados, es César Wilson Bravo, especialista en Traumatología y Ortopedia, quien ha dedicado su carrera a mejorar la calidad de vida de sus pacientes en el Hospital Regional de Talca. “Decidí estudiar Medicina porque sentía que desde esta profesión podía ayudar a las personas de distintas maneras”, comenta Wilson.
Con los años, lo que comenzó como una Escuela de Medicina ha crecido hasta convertirse en una Facultad de Medicina con múltiples carreras del área de la salud, como Química y Farmacia, Bioingeniería Médica y un bachillerato en Ciencias Biomédicas. Además, el establecimiento de una Escuela de Postgrado y Especialidades Médicas ha permitido formar especialistas de alto nivel,
muchos de los cuales están desde hace años fortaleciendo el sistema de salud.
La investigación ha sido también un eje fundamental en el desarrollo de la Facultad. Proyectos pioneros en oncología, como los estudios sobre cáncer gástrico y cáncer de mama hereditario, en colaboración con el Hospital Regional de Talca, han contribuido al avance del conocimiento y a mejorar la atención de pacientes en una de las patologías más prevalentes de la región.
Además, la Facultad de Medicina ha forjado alianzas nacionales e internacionales que enriquecen la experiencia académica y abren puertas a nuevas oportunidades investigativas.
El compromiso con la educación de calidad ha llevado a la Universidad a adoptar nuevas metodologías y tecnologías educativas.
La simulación clínica, el uso de herramientas digitales y el enfoque interdisciplinario son parte de las innovaciones que la Facultad ha implementado para asegurar que sus estudiantes estén preparados para los retos del siglo XXI. “Hemos logrado posicionarnos como una facultad de referencia, con un plan de estudios moderno que combina la excelencia
científica con un fuerte enfoque en la humanización de la medicina”, afirmó Castillo.
“Formamos médicos técnicamente competentes, pero también profundamente conscientes de la importancia de la empatía y el respeto por la dignidad humana”, subrayó el decano.
El rector de la UCM, Claudio Rojas Miño, destacó la importancia de seguir innovando, especialmente en áreas como la inteligencia artificial, la medicina personalizada y las nuevas tecnologías aplicadas a la salud.
Uno de los proyectos es la creación de la Unidad de Innovación en Prevención y Oncología de Precisión, proyectado en el Centro de Investigaciones Oncológicas. Esta iniciativa, alineada con los desafíos globales en el tratamiento del cáncer, representa un paso decisivo en la consolidación de la Universidad como un referente en investigación biomédica en Chile.