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Oficios Creativos, algunas reflexiones a dos años de la creación de la carrera Opinión

Oficios Creativos, algunas reflexiones a dos años de la creación de la carrera

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Sybille Von Baer
Por : Sybille Von Baer Jefa de Carrera de Oficios Creativos UC Temuco
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Creo que los hombres despertarán pasado un tiempo, y mirarán a su alrededor y percibirán la mediocridad insoportable, y empezarán de nuevo a crear, a imaginar como en los días de antaño.

W. Morris

¿Qué secreto albergan una mesa, una banca, unos platos, un púlpito, un pendón y un florero? 

A simple vista, estos objetos utilitarios, expuestos en la sala de Oficios Creativos de la Universidad Católica de Temuco, podrían parecer una mera colección de piezas funcionales, el resultado de un examen de fin de año sin mayores implicancias. Sin embargo, para el observador atento, y para los docentes que tuvimos la oportunidad de participar en la exposición de las y los estudiantes, estas creaciones revelan una narrativa mucho más profunda. Cada pieza se convierte en un testimonio tangible del viaje formativo emprendido por nuestra primera generación de estudiantes de la carrera de Oficios Creativos. Son el reflejo de un proceso de descubrimiento, esfuerzo y evolución, de la cristalización de competencias adquiridas, de desafíos superados y de visiones personales plasmadas.

Estas creaciones también son el reflejo de un esfuerzo colectivo que va más allá de las paredes del aula. Son el fruto de la sinergia entre estudiantes, profesores, apoderados y la comunidad UCT, quienes han sido tanto partícipes como observadores de esta innovadora propuesta formativa en el ámbito académico. Por ello, considero pertinente aprovechar esta ventana objetual y narrativa, guiada por las docentes Magdalena Aguirre y Camila Cesani, junto a los profesores de técnica Martín Puppe, Piedad Aguilar y Gina Negroni, para reflexionar sobre estos dos años de nuestra carrera de Oficios Creativos: las búsquedas, los aprendizajes y los logros alcanzados.

El desafío: Evaluando al Homo Faber en Oficios Creativos

El concepto de Homo Faber, “el hombre que hace”, encapsula la esencia de nuestra carrera de Oficios Creativos. Esta noción va más allá del ser humano como pensador, abrazando su faceta de creador: un ser capaz de materializar ideas y comunicarlas eficazmente. Estos pilares fundamentales se entrelazan en nuestro currículo, formando un tejido educativo holístico donde cada habilidad se nutre y fortalece mutuamente.

Nuestro examen reciente se propuso evaluar este tríptico de competencias: técnica, creatividad y comunicación. Buscábamos observar cómo nuestros estudiantes integraban estas habilidades en la realización de sus proyectos, aplicando de manera práctica lo aprendido en el aula.

Las docentes, Camila y Maida, con gran acierto, propusieron como tema “La Bienvenida de los estudiantes de la tercera generación de Oficios”. Esta elección no solo proporcionó el marco integral que buscábamos, sino que también invitó a nuestros alumnos a reflexionar sobre los cimientos de su carrera, conectándolos con sus propias vivencias.

Fue revelador observar cómo los estudiantes de segundo año, inicialmente tímidos y orientados a lo digital, se enfrentaron con confianza a la comisión evaluadora. Presentaron sus proyectos con una narrativa que entrelazaba hábilmente el proceso creativo y técnico, demostrando una comprensión profunda de la naturaleza holística del Profesional en Oficios Creativos. 

Esta integración de habilidades, que podría ser vista como algo obvio, es en realidad una capacidad poco común en nuestra sociedad actual. La sobre industrialización nos ha llevado a tener visiones fragmentadas y lineales de los problemas, limitando nuestra capacidad para entrelazar conceptos y observar de manera holística un problema para de esta forma poder abordar desafíos desde múltiples perspectivas y generar soluciones contextualizadas.

Del hacer, al bien hacer

Al observar los proyectos de nuestros estudiantes, incluso en esta etapa temprana, se evidencia su búsqueda del “bien hacer”, tanto en lo creativo como en lo técnico. Su atención al detalle y el respeto por los materiales demuestran que están internalizando los principios del “bien hacer” adoptados por la Carrera de Oficios Creativos, valores que, en tiempos de inmediatez, son difíciles de transmitir y poco seductores en el aula.

Esta ética de trabajo se cultiva con tiempo y contrasta con la tendencia actual hacia el diseño rápido y descuidado, que ha fomentado la proliferación de productos desechables. En un mundo de producción en masa, esperamos que nuestros estudiantes aprendan a nadar contra la corriente, generando, a través del conocimiento material, técnico y creativo, objetos de mayor calidad y durabilidad. Este enfoque no solo fortalece la relación entre el creador y su obra, sino también entre el usuario y el objeto. Es un paso hacia un futuro más sostenible, donde la creación y el consumo se basan en el respeto, la apreciación y la responsabilidad.

El trabajo en equipo, el trabajo en el taller

El desafío propuesto por las docentes Maida y Camila fue una buena estrategia para fomentar el trabajo colaborativo, un elemento esencial en el mundo de los oficios. Al diseñar el examen como una Oficina Colectiva, en la que los estudiantes debían tomar decisiones consensuadas, y al requerir el uso de dos materiales distintos en muchos de los proyectos, las profesoras crearon un escenario que emula la realidad del taller profesional, brindando a los estudiantes una experiencia práctica y significativ Este enfoque no solo exigió habilidades técnicas, sino que también demandó una comprensión profunda del trabajo en equipo. Los estudiantes se enfrentaron al reto de escuchar activamente, comprender perspectivas diversas y respetar las ideas y habilidades de sus compañeros. Esta dinámica refleja la naturaleza intrínseca de los oficios, donde cada creación es el resultado de un encadenamiento de actividades menores que requieren cooperación y sinergia.

El taller, en este contexto, se transforma en un microcosmos social donde el intercambio de ideas y el apoyo mutuo son la base del éxito creativo. Este ambiente colaborativo no solo enriquece los proyectos individuales, sino que también fortalece los lazos entre los estudiantes futuros profesionales.

El error como parte del aprendizaje y el manejo del tiempo

El desafío de enseñar un oficio en el entorno universitario actual radica en la discrepancia entre los tiempos requeridos para el “bien hacer” y la capacidad de enfoque de los estudiantes modernos. El aprendizaje de un oficio demanda esfuerzo constante, dedicación prolongada y una comprensión profunda del encadenamiento de labores necesarias para completar un proyecto.

 Para abordar este desafío, las docentes de la carrera de Procesos Creativos implementaron una estrategia distinta : dedicar la segunda mitad del semestre exclusivamente al proyecto final.  Al disponer de más tiempo, los estudiantes pueden perfeccionar sus habilidades prácticas, aprender de sus errores sin la presión de plazos cortos, y desarrollar una cultura de esfuerzo constante y atención al detalle. Además, este método les enseña a gestionar eficazmente su tiempo en proyectos extensos, reduciendo la frustración y creando un ambiente más propicio para el aprendizaje en el taller.

Lo funcional-lo bello

En la carrera de Oficios Creativos, se cultiva una visión que trasciende las divisiones artificiales entre arte y artesanía, entre lo bello y lo útil. Este enfoque holístico reconoce que la verdadera maestría en los oficios radica en la capacidad de crear objetos que sean simultáneamente funcionales y estéticamente cautivadores. Los estudiantes son guiados para entender que la belleza no es un lujo añadido, sino una parte integral de la función misma del objeto. En este sentido, la carrera recupera una sabiduría ancestral donde lo útil y lo hermoso coexistían naturalmente, antes de que la industrialización los separara. A diferencia del objeto industrial, que tiende a desvanecerse en su función, o de la obra de arte pura, las creaciones de los oficios creativos ocupan un espacio único de mediación. En ellas, la forma no está dictada únicamente por la economía de la función, sino también por el placer del creador y del usuario, un placer que trasciende las reglas utilitariasAsí, cada objeto creado se convierte en un testimonio tangible de que la utilidad y la belleza no son conceptos opuestos, sino complementarios, capaces de enriquecer nuestra experiencia cotidiana con cada interacción.

El pensamiento critico-la propuesta material

Uno de los pilares fundamentales de nuestra Carrera de Oficios Creativos es el énfasis en el desarrollo del pensamiento crítico y la comprensión profunda del patrimonio cultural de nuestro entorno. Este enfoque permite a los estudiantes tejer su propio relato personal, arraigado en un contexto específico y significativo. Cada experiencia vivida, incluyendo las salidas a terreno, se convierte en una oportunidad de aprendizaje reflexivo. Después de estas actividades, se fomenta un espacio de diálogo y cuestionamiento, donde los estudiantes pueden procesar y analizar lo vivido, conectando la experiencia práctica con conceptos teóricos y su propia visión creativa.Esta metodología ha propiciado en nuestros estudiantes una forma más profunda y rica de entender el hacer. No se trata solo de adquirir habilidades técnicas, sino de comprender el contexto cultural, histórico y social en el que se desarrolla su práctica creativa. Así, cada proyecto se convierte en una expresión no solo de destreza manual, sino también de reflexión crítica y conexión con el entorno.

Conclusiones

El latido del tiempo humano concepto de Octavio Paz, resuena profundamente en la esencia de la carrera de Oficios Creativos y en la entrega de segundo año que hemos presenciado. Esta frase captura la conexión íntima entre el creador, su obra y el flujo temporal que los envuelve, reflejando el enfoque holístico que caracteriza a nuestra carrera. A lo largo de estos dos años, hemos cultivado conceptos que, aunque puedan parecer a destiempo en la era digital actual, reviven en nosotros un sentido profundo del hacer humano, con consciencia y significado actual. A su vez la formación en Oficios Creativos, fomenta una visión que trasciende las divisiones artificiales entre arte y artesanía, entre lo bello y lo útil. Los estudiantes son guiados para entender que la belleza no es un lujo añadido, sino una parte integral de la función misma del objeto. 

El pensamiento crítico y la conexión con nuestro patrimonio cultural se entrelazan con la habilidad manual, generando una comprensión holística del acto creativo. Cada experiencia vivida, incluyendo las salidas a terreno, se convierte en una oportunidad de aprendizaje reflexivo. Así, cada proyecto se convierte en una narrativa personal arraigada en un contexto más amplio, en palabras de Goethe, lo particular se ve como una manifestación viviente de lo Universal.

En esencia, Oficios Creativos no solo forma técnicos hábiles, sino guardianes del tiempo humano. Sus creaciones son recordatorios tangibles de nuestra capacidad para infundir significado y belleza en lo cotidiano, para crear con respeto hacia los materiales y el entorno, y para recuperar el placer del bien hacer en un mundo que a menudo lo olvida

…y habrá que ser cuidadosos y mantenerse vigilantes para no construir los muros antes de no haber asentado correctamente los cimientos y siempre y en todo será necesario un gran dosis de humildad, para no desanimarse fácilmente para el fracaso y mantener vivo de forma permanente el esfuerzo de aprender.

W. Morris

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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