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Preparar a los más pequeños para el regreso a clases: claves para una transición exitosa Educación

Preparar a los más pequeños para el regreso a clases: claves para una transición exitosa

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El primer día de clases es un gran desafío para los más pequeños. Prepararlos emocionalmente con paciencia, rutinas y apoyo familiar es esencial para una transición exitosa. Visitar el colegio, crear historias y fortalecer la comunicación con los profesores son claves para una adaptación segura.


Las vacaciones ya terminan y el comienzo de las clases se acerca cada vez más rápido. Es por eso que, es fundamental preparar a los más pequeños que ingresar por primera vez a la educación parvularia o al sistema educativo.

Este momento es crucial para ciento de niños y niñas que deben enfrentarse a un momento en que dejan de estar con sus familiar durante todo el día. Este período de adaptación, aunque lleno de oportunidades para el crecimiento, puede estar cargado de emociones y desafíos tanto para los pequeños como para sus familias, quienes también enfrentan la incertidumbre de este nuevo comienzo.

Adela Gajardo, Coordinadora Psicoeducativa de la Dirección y Gestión Educativa Transversal de la Red Cognita Chile, explica que en esta nueva etapa los padres y cuidadores deben acompañar a los más pequeños de una manera efectiva, promoviendo promoviendo confianza, seguridad y bienestar emocional.

Prepararse emocionalmente: paciencia, empatía y anticipación

Es completamente natural y normal que los niños experimenten ansiedad y nerviosismo al enfrentarse a un entorno desconocido, especialmente al inicio del ciclo escolar. Este primer día puede ser emocionante, pero también desafiante para los más pequeños.

Gajardo explica que las familias deben ser conscientes de estas emociones y mostrar mucha paciencia, estando presentes y disponibles para acompañar a los niños durante este proceso de adaptación. “Visitar el colegio antes de que comiencen las clases es una excelente estrategia para reducir la ansiedad. Conocer la sala de clases, a los profesores y los espacios comunes genera confianza y permite que los niños visualicen su nuevo entorno”, agrega la experta.

La especialista también sugiere una estrategia muy eficaz para acompañar la adaptación de los niños: la creación de historias o cuentos personalizados que expliquen de manera sencilla lo que sucederá en el colegio.

Además, agrega que “esta actividad no solo permite a los niños comprender lo que les espera, sino que los convierte en protagonistas de su propio proceso, otorgándoles una mayor sensación de seguridad y preparación”, recalcando la importancia de que los padres se mantengan atentos a cualquier cambio en el comportamiento de sus hijos, observando su temperamento y emociones, para así aplicar estrategias específicas que, “se adapten a sus necesidades individuales y les proporcionen el apoyo adecuado en cada etapa de la transición”.

La importancia de las rutinas y la comunicación

Durante los primeros días de clases, es común que los niños enfrenten expectativas y preocupaciones que muchas veces no saben cómo expresar. Por ello, Gajardo sugiere que las familias dediquen momentos de calma para conectar a través de actividades como pintar, jugar o simplemente conversar. 

Estas dinámicas permiten que los pequeños exploren, expresen sus ideas y temores de manera espontánea. La especialista explica que “es fundamental crear estos espacios para que los niños puedan verbalizar sus emociones y sentirse escuchados. A través de estas actividades, los padres no solo comprenden mejor lo que sienten sus hijos, sino que también los ayudan a gestionar sus emociones de forma adecuada y saludable”. Es importante generar estos momentos ya que, además de fortalecer el vínculo familiar, son clave para que los niños y niñas se enfrenten con mayor seguridad y tranquilidad a este nuevo desafío en sus vidas.

El ajuste a la rutina escolar en casa sería otro aspecto esencial para un inicio de clases exitoso. Según explica la especialista, “establecer horarios similares a los del colegio, especialmente en relación con las horas de sueño y alimentación, genera una estructura que ayuda a los niños a adaptarse gradualmente”.

Lo anterior implica generar hábitos saludables en los niños, como comenzar a acostarse más temprano unos días antes del inicio de clases y establecer horarios fijos para las comidas, imitando la dinámica que se vive dentro del espacio escolar. Además, es importante contribuir a una mayor regulación emocional, esta rutina cotidiana ayudaría a evitar problemas comunes como el sueño excesivo en las mañanas o la irritabilidad por falta de descanso. Preparar con antelación otros aspectos, como la organización de útiles escolares o la elección de la ropa, también puede reducir el estrés tanto para los niños como para los padres, haciendo que la transición sea mucho más fluida y armoniosa.

Fortaleciendo la relación familia-escuela

La relación entre las familias y los profesores también sería un aspecto fundamental para garantizar una integración escolar exitosa. Este vínculo debe basarse en el apoyo mutuo y una comunicación respetuosa y constante. “Una comunicación respetuosa y oportuna no solo promueve el bienestar integral de los niños, sino que también contribuye a construir una comunidad escolar sólida y colaborativa”, afirma la experta.

Además, resulta muy valioso que los padres establezcan vínculos con otros apoderados. “Estas conexiones amplían las redes de confianza y muestran a los niños que pueden convivir, colaborar y aprender de otras realidades”.

Por su parte, los profesores también deben asumir un rol activo como aliados de las familias durante esta etapa de adaptación. “Cuando se fomenta una relación cercana entre familia y la escuela, se crea un entorno colaborativo que beneficia a todos, favoreciendo el bienestar emocional y social del niño”, enfatiza Gajardo. 

El inicio de clases no solo marca el regreso a la rutina escolar, sino también una oportunidad crucial para que los niños desarrollen habilidades sociales y refuercen sus vínculos con sus compañeros y compañeras.

El rol de los padres en esta nueva etapa es fundamental para tener un proceso de adaptación seguro. Asimismo, también son los encargados de generar espacios de encuentros sociales en entornos seguros y relajados, como picnics familiares o tardes de juegos supervisados. La experta explica que “Estas actividades no solo facilitan que los niños hagan nuevos amigos, sino que también refuerzan habilidades esenciales como la empatía, la colaboración y la resolución pacífica de conflictos”.

El regreso a clases no solo implica un desafío académico, sino también una oportunidad única para potenciar el desarrollo emocional y social de los niños. A través del apoyo familiar, la comunicación cercana y la creación de espacios seguros para interactuar, los pequeños pueden enfrentar esta etapa con mayor confianza y seguridad. Transformar los desafíos de la adaptación en aprendizajes significativos no solo enriquece su experiencia escolar, sino que también fortalece los lazos familiares y fomenta habilidades que los acompañarán a lo largo de su vida.

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