Potenciando la colaboración entre academia e industria con un Doctorado en Ingeniería y Ciencias

La educación superior y los posgrados -como los magíster y doctorados- juegan un papel clave en el desarrollo personal, profesional y social. Es por eso que diferentes universidades de nuestro país cada vez potencian más el desarrollo profesionales de cientos de estudiantes.

Camila Sánchez (24) es oriunda de Bolivia y en agosto del año pasado llegó a nuestro país para estudiar el Doctorado en Ingeniería y Ciencias con la Industria de la Universidad Católica. Este programa académico, junto con la formación académica y científica, busca trabajar desde el primer momento en un servicio público o en una empresa desarrollando su proyecto de investigación.

Camila es ingeniera química y, en su país, se desempeñó en la industria de los alimentos. Es por eso que ahora trabaja en el Centro de Investigación y Desarrollo de Nestlé. La profesional explica que “me guían la alineación de mi proyecto con las necesidades y desafíos actuales de la industria, de manera que pueda desarrollar una visión más estratégica y aplicada”.

La línea de investigación de la ingeniera en química son las nuevas fuentes de proteína no animal, específicamente los polvos alimenticios de origen vegetal.

Además de Camila, otros tres estudiantes del doctorado se encuentran desarrollando investigaciones en Nestlé ya que, la empresa financia sus costos de manutención, aranceles, viajes y gastos de operación.

Diego Cosmelli, director de la Escuela de Graduados de la vicerrectoría de Investigación de la UC, explica que este programa busca que se genere ” una co-formación entre la academia y la industria, que mantenga el estándar de formación doctoral UC. Queremos que nuestros egresados impacten en los diferentes ámbitos de producción y desarrollo de nuestra sociedad”.

La academia y la industria juntas impulsan el crecimiento del país

Tender puentes entre la academia y la industria es una necesidad fundamental para el crecimiento de Chile. A pesar de los avances, el país aún invierte solo un 0,39% de su Producto Interno Bruto (PIB) en investigación y desarrollo (I+D). De esta cifra, aproximadamente un 65% proviene del Estado, mientras que el 35% restante es aportado por el sector privado.

En contraste, los países miembros de la OCDE destinan, en promedio, un 2,1% de su PIB a I+D, con un enfoque completamente opuesto: la mayor parte de los recursos proviene de la industria.

Ante este panorama, surge una pregunta crucial: ¿cómo convencer al sector privado de la relevancia de la I+D para el futuro del país? La respuesta es un proceso que se ha ido forjando lentamente, paso a paso, mediante la colaboración y el entendimiento mutuo entre ambos sectores.

Este tipo de colaboración resulta esencial para fortalecer la innovación, mejorar la competitividad y asegurar un futuro económico sostenible para Chile.

Aline Mor, directora del Centro de Investigación y Desarrollo de Nestlé para Latinoamérica, explica que “la vinculación temprana de los estudiantes (de este programa) con la industria favorece un enfoque práctico de la investigación científica, potencializando la transferencia de conocimientos y tecnologías hacia productos con un impacto tangible que respondan a desafíos relevantes como la sostenibilidad, la salud y el bienestar de las personas”.

Este centro de investigación tiene su base en Santiago y fue inaugurado en 2022. Mor destaca que la incorporación de doctorados a los proyectos de la empresa ha sido una experiencia “muy positiva y enriquecedora”.

Además de esta empresa, participan en el doctorado instituciones como la Superintendencia de Medio Ambiente, Codelco, Sura, Entel, Concha y Toro, Dirección de Aeropuertos (MOP), Kaweskar Construcción, Agrosuper, SimbiOX Inc., Profit Mining Services, Carey Abogados y la Superintendencia de Servicios Sanitarios, entre otras.

El doctorado de Ingeniería y Ciencias en la Industria es el primer de su tipo acreditado en nuestro país. La primera generación ingresó en 2020 al programa, que en ese momento se impartía bajo el nombre de Doctorado en Ingeniería Tecnología, y que a partir del 2023 pasó a tener su nombre actual.

Actualmente, el programa cuenta con 46 estudiantes, un grupo selecto considerando que la UC tiene más de 1,400 estudiantes de doctorado en sus 39 programas. Además, un 25% de ellos son extranjeros, como Camila.

Más especialistas en el sector público

Tradicionalmente, la mayoría de los doctores en nuestro país trabajan para la academia. Otro de los desafíos en la formación es vincularlos con el sector público. Como es el caso de Rodrigo Farías, quien lleva 16 trabajando en la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) -institución que vela por el acceso a agua potable en calidad, cantidad y continuidad- y decidió cursar el doctorado en Ingeniería y Ciencias con la Industria.

“He corroborado la importancia que tiene la evidencia científica para facilitar los acuerdos en un sector complejo como es el agua, debido a los grupos de interés. El poder contribuir con afirmaciones respaldadas por estudios, artículos o literatura científica va en la línea del origen de nuestro doctorado”, comenta Farías, quien ha representado a la SISS en mesas nacionales e internacionales.

Su investigación aborda la asimetría de información en los sectores regulados del país, donde las empresas pueden proporcionar información errónea al regulador o ser ineficientes para maximizar sus rentabilidades, lo que perjudica a los usuarios al generar precios más altos, explica Farías. En este contexto, su tesis busca cuantificar el impacto en los precios cuando el regulador reduce la asimetría de información al validar masivamente los datos de las empresas reguladas.

Pedro Bouchon, vicerrector de Investigación UC, explica que “el Doctorado en Ingeniería y Ciencias con la Industria es una respuesta de nuestra Universidad a una serie de desafíos que tenemos como país en el ámbito de la I+D, y que son clave para transformarnos en una sociedad del conocimiento. Esto necesariamente incluye generar puentes entre la academia y diversos sectores, como el público y el privado, para así también poder diversificar nuestras fuentes de financiamiento. Este doctorado contribuye a ese círculo virtuoso”.