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El simple acto de conversar en familia Opinión

El simple acto de conversar en familia

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Anne Traub
Por : Anne Traub Directora ejecutiva de la Fundación Niños Primero.
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En el tejido social de Chile, se revela una realidad preocupante: muchos niños y niñas provenientes de sectores vulnerables no experimentan el entorno lingüístico adecuado en sus hogares, lo cual obstaculiza su desarrollo cerebral durante los años preescolares.

La interacción verbal, en particular el diálogo bidireccional, ha sido identificada como un elemento esencial para el crecimiento del cerebro y el lenguaje en la primera infancia, incluso desempeñando un papel pronóstico en las trayectorias educativas venideras.

Esta problemática encuentra respaldo en influyentes informes que revelan una disparidad significativa: las y los niños criados en entornos socioeconómicos desfavorecidos han sido expuestos a treinta millones de palabras menos que sus contrapartes con mayores recursos. Además, se ha demostrado que la exposición temprana al lenguaje moldea directamente la capacidad lingüística en etapas posteriores de la vida.

Es en este contexto, es importante que todos los miembros de la familia otorguemos prioridad a las y los niños, reconociéndolos no solo en una jornada que comercialmente se celebra la niñez. Y parte de aquello tiene que ver con fomentar los momentos familiares, en los cuales la reunión en torno a una mesa se erija como un epicentro de la comunicación y la unidad.

La Platografía, una iniciativa que ha beneficiado a cerca de dos mil familias y que hemos implementado en colaboración con la empresa Caleta Bay, apunta justamente a ese objetivo. En simples platos de cartón se promueve el aprendizaje y la creatividad de niños y niñas, escribiendo y pintando mensajes sostenibles sobre la promoción de la infancia y la educación. Luego, se celebra una cena familiar para descubrir y conversar sobre cada mensaje contenido en los platos.

En la era de las pantallas y las conexiones virtuales, hacemos un llamado a extender esta iniciativa a nivel nacional. Con un plato a la vez, un mensaje a la vez, una conversación a la vez, podemos marcar la diferencia, construir un futuro en el que cada niño y niña de Chile tenga acceso a un entorno lingüístico enriquecedor y a mejores oportunidades para desarrollar todo su potencial con el que llegó a la vida.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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