Si bien los controles pediátricos son esenciales para detectar alteraciones de salud entre niños, niñas y adolescentes, hay una serie de indicios y ejercicios que madres, padres y cuidadores pueden realizar para identificar problemas de estatura.
Una significativa diferencia es la que se podría generar en el tratamiento de niños y niñas con problemas de crecimiento, si las y los padres o cuidadores acudieran oportunamente a un especialista. Así lo sugiere Merck, compañía alemana de ciencia y tecnología, en el marco del Día Internacional de la Concientización sobre el Crecimiento Infantil.
La fecha que se conmemora cada 20 de septiembre busca sensibilizar a la población sobre las condiciones vinculadas a dicho proceso y la importancia de monitorear el desarrollo de los menores desde su nacimiento hasta la adolescencia, periodo clave para detectar y manejar las alteraciones asociadas a la estatura. Las mismas que podrían afectar a cerca de 127 mil personas entre 0 y 17 años en Chile, según datos recogidos por Unicef.
Si bien las consultas pediátricas son fundamentales para identificar estas complicaciones, la misma organización reveló que los controles integrales realizados en el grupo de 0 a 24 años experimentaron una disminución del 57,2% entre 2019 y 2020, y un 51% entre menores de 6 años, de acuerdo con un informe del Departamento de Estadísticas e Información (DEIS) del Ministerio de Salud (Minsal).
Por este motivo, es importante que padres y cuidadores conozcan los principales indicios a los que prestar atención, pues estos les permitirán actuar con premura para brindarles el tratamiento adecuado oportunamente y contribuir de manera positiva a su desarrollo.
Existen varios factores que podrían influir en el crecimiento, pero los más comunes son el genético, por afecciones hereditarias; el endocrino, vinculado a la producción de la hormona del crecimiento; y el nutricional, producido por falta de nutrientes. Y si bien las manifestaciones podrían ser diversas, algunas se pueden identificar a simple vista.
“Los controles pediátricos son fundamentales para detectar cualquier alteración en la salud de niños, niñas y adolescentes, y por eso es esencial que padres y cuidadores mantengan los chequeos periódicos. No obstante, hay algunos trucos que pueden aplicar para saber si algo anda mal”, asegura Cinthia Chareca, medical manager de Merck Group.
“Lo más fácil es utilizar su ropa como estándar de medida, y fijarse en cada cuánto tiempo cambia de talla. En los menores de tres años, esto suele suceder con más frecuencia que en otras etapas, pero si observamos que en este u otros periodos avanza muy rápido o demasiado lento, se deberá consultar con un especialista”, explica.
Otras señales que podrían indicar una ralentización del crecimiento son:
En relación con la efectividad del tratamiento, depende del momento en que se inicie, por lo que es importante prestar atención al desarrollo de los menores para comenzar lo más pronto posible el proceso que más se adecúe a sus necesidades.
“Mientras antes se inicie el tratamiento, mayor será su efectividad. En Merck contamos con tratamiento para los desórdenes de crecimiento con diferentes dispositivos de administración a elección del paciente según sus necesidades y preferencias”, señala Cinthia Chareca.