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Cómo resguardar la salud mental de niños, niñas y adolescentes en situaciones de emergencia Niñez

Cómo resguardar la salud mental de niños, niñas y adolescentes en situaciones de emergencia

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Organización social enfocada a promover los derechos de la niñez impulsó la creación de un Protocolo de Salud Mental para contener a niños, niñas y adolescentes frente a catástrofes inesperadas.


Personas de todas las edades han sido afectadas por el megaincendio vivido en la región de Valparaíso. Sin embargo, uno de los grupos más vulnerables en esta situación son niños, niñas y adolescentes que se ven expuestos a situaciones catastróficas, en donde muchas veces no logran entender que está ocurriendo.

En este contexto, la Fundación San Carlos de Maipo, en un trabajo preventivo orientado a resguardar la salud mental de la niñez frente a este tipo de circunstancias, desarrolló un Protocolo para Resguardar la Salud Mental de Niños, Niñas y Adolescentes.

A través de este instrumento se busca disminuir el impacto que tienen diversas situaciones de crisis en los niños, niñas y adolescentes, específicamente aquellas que dependen de otros factores.

El equipo de la Fundación recomienda identificar cuáles son los momentos de crisis en los niños y niñas:

– Irritabilidad, agresividad o retraimiento
– Dolores de estómago u otras dolencias
– Apego excesivo a los adultos
– Pesadillas o dificultad para dormir
– Sobresaltos
– Conductas regresivas (chuparse el dedo, orinarse, hablar como bebé, etc.)
– Sentimiento de culpa
– Llanto sin motivo aparente
– Recuerdos frecuentes de la emergencia
– Pasividad y miedos

Frente a estos síntomas, los expertos indican que la persona responsable de apoyar y contener debe considerar lo siguiente:

– Sentido de escucha empática: hacer sentir al niño que se entiende y comprende lo que le está sintiendo.
– Transmitir la necesidad de aceptar lo ocurrido, enfatizando que los sentimientos como la tristeza, inseguridad, impotencia, enojo y/o rabia son parte de aquellos procesos donde no podemos modificar lo ocurrido.
– Proveer información y orientación pertinente a las necesidades, y siempre en un lenguaje acorde a la etapa del desarrollo del niño/a.
– Crear una atmósfera cálida, amorosa y contenedora alrededor del menor, otorgando espacios donde el niño exprese sus sentimientos y pensamientos sin miedo a ser juzgado, a través de la expresión verbal, gráfica y/o lúdica..
– Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del niño afectado.
– Ser realista y objetivo, no realizar promesas o acuerdos que no podremos cumplir.
– Si el comportamiento es grave o se prolonga por más de 6 semanas se debe buscar siempre apoyo profesional.

“Es importante no pasar por alto lo que sufre la niñez frente a la exposición a la tragedia y también a quienes se han visto afectados directamente por la pérdida de algún familiar, mascota o su hogar. Es una prioridad que no debe ser obviada, la salud
mental de niños en medio de la tragedia requiere de cuidados especiales tanto de padres y cuidadores como de la autoridad”, señala Marcelo Sánchez, gerente general de la organización.

Además, el gobierno ha dado recomendaciones para apoyar a la niñez que ha se ha visto afectada. En ese sentido, entre las más relevantes se encuentran:

– Mantenerlos en un lugar seguro
–  Hablarle con voz tranquila y suave
– Protegerlos de la exposición continua a imágenes o información alarmante
– Recuérdales que están a salvo
– En lo posible mantenerlos con sus horarios y rutina

 

 

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