El 60% de los estudiantes de 2° básico en la Región Metropolitana están por debajo de los niveles de comprensión lectora esperados para esta etapa, según “Radiografía de la Lectura en segundo básico: Resultados de Evaluación Muestral de la Región Metropolitana 1er Semestre 2023”.
La capacidad de leer es crucial para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños, ya que no solo les abre las puertas al amplio universo del conocimiento e información, sino que también les habilita para comunicarse de manera efectiva, articulando sus ideas y entendiendo el entorno que los rodea.
Además, el hábito de la lectura nutre la imaginación, impulsa la creatividad y agudiza el pensamiento crítico, todas habilidades indispensables para navegar los retos diarios y fomentar un aprendizaje constante.
Mónica Lepín, educadora de párvulos y autora en Caligrafix, explica que “es crucial reconocer que cada niño y niña es único, con características individuales que influyen en su proceso de aprendizaje, incluyendo el inicio de la lectura. Al trabajar con grupos diversos, es necesario adaptar nuestras estrategias para satisfacer las necesidades individuales de cada estudiante, especialmente aquellos que enfrentan dificultades en el proceso de lectura”.
Para lograrlo, la experta enfatiza que tanto desde y fuera del aula es fundamental tener en cuenta lo siguiente:
Diversificar los materiales para abordar diferentes estilos de aprendizaje.
Incorporar enfoques multisensoriales que involucren varios sentidos en el aprendizaje de la lectura.
Personalizar el aprendizaje según las necesidades específicas de cada estudiante, adaptando el material y la planificación.
Centrarse en el desarrollo de habilidades lingüísticas básicas que son fundamentales para la lectura.
Colaborar con profesionales especializados, como fonoaudiólogos, educadores diferenciales, psicopedagogos, etc, para proporcionar apoyo adicional cuando sea necesario.
“Al implementar estas estrategias, podemos asegurar que todos los estudiantes tengan la oportunidad de desarrollar habilidades de lectura de manera efectiva, independientemente de sus capacidades individuales”, agrega Mónica.
Iniciar el camino hacia la lectoescritura a una edad temprana es esencial para el desarrollo lingüístico y cognitivo de los niños. Un aspecto crucial en este proceso es la estimulación de la conciencia fonológica, la cual, como describe la experta, consiste en “la capacidad para identificar, reflexionar y manipular conscientemente los sonidos del habla. Esta habilidad es piedra angular en el aprendizaje de la lectura y la escritura”. Para fomentarla eficazmente, se recomienda comenzar con actividades dirigidas a niños desde los 3 años de edad.
Para esto, la especialista entrega algunas recomendaciones:
Juegos de discriminación auditiva: Organiza actividades donde los niños y niñas identifiquen sonidos en las palabras.
Rimas y canciones: Cantar rimas y canciones ayuda a los niños a reconocer patrones de sonidos.
Segmentación y fusión de palabras: Práctica separar y unir sonidos para formar palabras, por ejemplo ¿Qué pasa si a la palabra PALA le cambiamos la última A?, ¿en qué palabra se transforma? PALO
Juegos de rimas y aliteraciones: Fomenta la creación de rimas y palabras que empiecen con el mismo sonido.
Manipulación de sílabas: Usa materiales concretos, como tarjetas con sílabas simples, para que los niños construyan y cambien palabras.
Cuentos y libros rimados: Lee libros rimados en voz alta para resaltar sonidos y estructuras de palabras.
“Además de la amplia variedad de materiales educativos disponibles, los recursos tecnológicos también ofrecen una experiencia de aprendizaje más interactiva y atractiva para los niños”, explica la profesional.
“Las aplicaciones y juegos educativos, por ejemplo, pueden presentar la lectura de una manera lúdica y divertida, lo que motiva a los niños a participar activamente en el proceso de aprendizaje”, agrega.
Este tipo de recursos también permite personalizar el aprendizaje según las necesidades individuales de cada niño. Muchas plataformas digitales ofrecen actividades y ejercicios adaptativos que se ajustan al nivel de habilidad de cada estudiante, proporcionando un entorno de aprendizaje más personalizado y efectivo.