Opinión
La protección y el bienestar de los niños y adolescentes deberían estar en el centro de cualquier agenda gubernamental, ya que son ellos quienes representan el futuro del país.
En la reciente Cuenta Pública del presidente Gabriel Boric, se abordaron múltiples temas de gran relevancia para elpaís, desde reformas económicas hasta la agenda medioambiental. Sin embargo, uno de los temas más críticos y urgentes quedó notablemente ausente: la crisis residencial del servicio de protección especializada a la niñez y adolescencia. Este silencio resulta alarmante y preocupante, dado que estamos hablando de uno de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad.
La omisión de esta crisis en el discurso presidencial es preocupante por varias razones. En primer lugar, refleja unafalta de prioridad política hacia la niñez y adolescencia vulnerable. La protección y el bienestar de los niños y adolescentes deberían estar en el centro de cualquier agenda gubernamental, ya que son ellos quienes representan el futuro del país. Ignorar esta crisis es postergar el futuro de miles de niños, niñas y adolescentes que dependen del Estado para su protección y desarrollo.
En segundo lugar, la ausencia de este tema en la Cuenta Pública envía un mensaje desalentador a las organizaciones y personas que trabajan incansablemente para mejorar las condiciones de vida de estos niños. Losorganismos colaboradores acreditados trabajan con recursos limitados y enfrentan múltiples desafíos y necesitanel respaldo y el reconocimiento del gobierno para continuar su labor.
Los niños y adolescentes que viven en estas residencias han sido víctimas de graves vulneraciones de derechos, ingresando a un sistema colapsado que perpetúa estas vulneraciones. Necesitan un entorno seguro y estable que les permita sanar, crecer y desarrollarse plenamente. Sin embargo, los cierres y constantes licitaciones distanmucho de esta estabilidad.
El presidente Boric ha manifestado en varias ocasiones su compromiso con los derechos humanos y la justicia social. Sin embargo, es fundamental que este compromiso se traduzca en acciones concretas que aborden las necesidades de los sectores más vulnerables. La omisión de la crisis residencial en su discurso no solo es un paso en la dirección equivocada, sino también una oportunidad perdida para reafirmar su compromiso con la niñez yadolescencia de Chile.
Es fundamental que el gobierno reconozca y aborde de manera prioritaria la crisis residencial del servicio de protección especializada a la niñez y adolescencia, asumiendo el fracaso de este nuevo sistema, rediseñando los programas con mayor conciencia de la realidad e territorial, y entregando reales apoyos a las fundaciones y corporaciones que son la primera línea, acogiendo a los niños, niñas y adolescente, brindándoles cuidados diarios, afecto y compañía, los mismos niños que el Servicio de Protección sólo conoce, por medio de un papel.
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