
De la casa al aula: cómo ayudar a los niños en el proceso de adaptación
El inicio del año escolar puede ser un reto para los más pequeños, especialmente para quienes enfrentan su primer día de clases. Expertos explican cómo manejar el desapego, evitar la ansiedad y fomentar la confianza en este proceso clave para su desarrollo.
El primer día de clases puede ser una etapa difícil para algunas familias, situación definida por los especialistas en educación como el llamado proceso de “desapego” que se inicia cuando los niños dejan su casa para comenzar la etapa escolar, ya sea por primera vez o tras el período de vacaciones de verano. Los niños deben aprender a enfrentar nuevas rutinas, interactuar con sus compañeros y adaptarse a los requerimientos del colegio, este proceso puede generar ansiedad y temor, es un desafío tanto para ellos como para sus familias.
Para la psicopedagoga, Andrea Correa, esta problemática se reconoce como un hecho significativo en el desarrollo infantil, por lo que, si se presenta, debe enfrentarse con atención.
Las emociones de los niños en su primer día
La especialista explica que este proceso se puede dividir en dos fases: una de “protesta”, donde el niño experimenta ansiedad y llanto al separarse de sus padres. Sin embargo, minutos más tarde lo olvida y comienza a integrarse a las actividades. Otra fase es la de “abandono”, caracterizada por inseguridad y llanto intermitente.
En algunos casos, también podrían surgir rasgos de negativismo y oposicionismo, debido a la labilidad emocional de esta etapa. Sin embargo, “a medida que los niños se adaptan a la rutina, comienzan a generar vínculos de confianza y a perder la sensación de ser indefensos, se disipan mucho esos temores y comienzan a disfrutar las actividades en el colegio, lo que, además de estimularlos en su aprendizaje, favorece el desarrollo social y su independencia”, agrega la profesional.
La directora de la Escuela de Educación de Iplacex, Ana María Tello, explica que en niños menores de 2 años, el apego con los padres es muy fuerte, la separación puede generar angustia, llanto y resistencia en los pequeños. Por otro lado, los niños entre 2 y 4 años, aunque ya han desarrollado mayor independencia, algunos siguen experimentando ansiedad ante la separación de sus padres o cuidadores. Entre los 4 y 6 años, los niños comprenden mejor la rutina escolar, pero aún pueden sentirse inseguros. El miedo a lo desconocido, la adaptación a nuevas normas y la interacción con compañeros que conocen por primera vez puede generar ansiedad o estrés.

¿Cómo ayudar a los niños en esta transición?
Para que está experiencia sea más llevadera, los expertos recomiendan:
- Transmitir seguridad: Los niños perciben las emociones de sus padres. Si los adultos están tranquilos, ellos también lo estarán.
- Fomentar la autonomía: Practicar rutinas como guardar la mochila o comer solos les ayuda a ganar confianza.
- Hacer despedidas breves y cariñosas: Prolongar la separación puede generar más ansiedad en el niño.
- Permitir la adaptación progresiva: En algunos colegios, se permite que los padres permanezcan algunos minutos al inicio.
- Mantener una comunicación fluida con los docentes: Saber cómo se está adaptando el niño permite reforzar estrategias en casa y en el colegio.
“Es fundamental transmitir tranquilidad y confianza, explicar con cariño lo que sucederá en el colegio, siempre desde la vivencia de una experiencia positiva. Validar sus emociones, permitir que el niño exprese su miedo o tristeza sin minimizar sus sentimientos. Frases como ‘es normal que te sientas así, a mí me ocurrió lo mismo a tu edad, es un lugar nuevo donde conocerás muchos amigos’, pueden ayudar”, indicó la académica.
Un proceso natural de crecimiento
El ingreso al colegio es un paso natural en la vida de los niños y aunque al principio pueda parecer desafiante, con el apoyo adecuado se convierte en una oportunidad para fomentar su independencia, socialización y desarrollo emocional. Acompañarlos en este proceso con empatía y paciencia será clave para que comiencen esta nueva etapa con confianza y entusiasmo.