Un proyecto científico intenta entender si la conducta antisocial de los asesinos tiene bases biológicas vinculadas a su estructura cerebral o si se trata, como se ha pensado durante siglos, de seres malvados.
Cuando Brian Dugan se declaró culpable de la violación y asesinato de una niña de siete años, Jeanine Nicarico, muchos pensaron que el individuo era la viva imagen de un brutal asesino en serie.
Aunque la niña fue asesinada en 1983, Dugan confesó su culpabilidad hasta 2009. Para entonces, ya había sido convicto repetidamente por violación y por el asesinato de otras dos personas, otra niña de siete años y una enfermera de 27 a quien también violó y mató.
Si la pena de muerte no hubiera sido retirada en Illinois, Dugan habría sido ejecutado.
Sin embargo, lo más extraordinario de su caso es que nunca mostró ningún remordimiento por alguno de sus asesinatos o crímenes.
Ahora los científicos piensan que esta falta de empatía pudo de hecho estar vinculada a la razón por la que cometió esos actos.
El doctor Kent Kiehl, neurocientífico de la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, pudo escanear el cerebro de Dugan como parte de un proyecto único para entender si la conducta antisocial está vinculada a la estructura y funciones cerebrales.
«Le costaba trabajo entender porqué había gente interesada en lo que él había hecho» dijo a la BBC el doctor Kiehl, recordando la época en que entrevistó a Dugan.
«Clínicamente era algo fascinante».
El doctor Kiehl es considerado un pionero en el campo de la neurociencia conductal. Está intentando entender las funciones cerebrales de los psicópatas y utilizar ese conocimiento en el desarrollo de tratamientos para estos individuos.
Es un área controvertida porque durante miles de años los sujetos como Dugan no han sido catalogados como enfermos sino como malvados.
En la cultura popular el término «psicópata» no describe un diagnóstico por el que se tenga compasión sino es algo que inspira terror.
Kiehl tiene una opinión diferente: «tiendo a ver a los psicópatas como alguien que sufre un trastorno así que no utilizo la palabra malvado para describirlos».
Entonces, ¿qué es un psicópata?
«Clínicamente lo definimos como alguien que obtiene una puntuación alta en características como falta de empatía, de culpabilidad y de remordimiento», dice el doctor Kiehl.
«Son individuos muy impulsivos, no suelen planear o pensar antes de actuar. Tienden a meterse en problemas a edades muy tempranas» dice el científico.
Durante mucho tiempo se ha sabido que muchas personas en las prisiones presentan síntomas de psicopatía, pero hasta ahora no se ha podido obtener suficiente información sobre este trastorno.
El laboratorio del doctor Kiehl diseñó un singular escáner cerebral portátil. Está equipado con la más avanzada tecnología de imágenes computarizadas pero puede transportarse en una camioneta y llevarse a las prisiones de alta seguridad.
El científico utilizó el dispositivo para llevar a cabo dos tipos de análisis en el cerebro de Dugan: observar su densidad y su función.
«El cerebro de Brian (Dugan) tiene niveles muy bajos de densidad en el llamado sistema paralímbico» explicó a la BBC el científico.
Este sistema es el «circuito de la conducta» en el cerebro e incluye regiones conocidas como la amígdala y la corteza prefrontal.
Los científicos saben desde hace tiempo que estas áreas están asociadas al procesamiento de las emociones.
A lo largo del siglo se ha estudiado a gente con daño cerebral en esas áreas porque se ha observado que su conducta cambia súbitamente y se vuelve antisocial.
«Creemos que estos sistemas no se desarrollaron de forma normal en Brian», dice el doctor Kiehl.
La psicopatía parece estar vinculada a la falta de desarrollo en esas regiones, lo cual podría estar determinado genéticamente.
El doctor Kiehl llevó a cabo escáneres de tiempo real en el cerebro de Dugan para ver su reacción a imágenes inquietantes, como el rostro de personas sufriendo.
El objetivo era probar el funcionamiento de su cerebro.
Los escáneres mostraron muy poca actividad en el sistema paralímbico de Dugan durante el procesamiento de emociones.
«Brian salía de esas sesiones de escaneo y decía: ‘¡guau! me costó mucho tratar de entender lo que usted quería que yo hiciera'» recuerda Kiehl.
«Y tuvo más errores en la prueba que otros individuos».
Según el investigador esto prueba que los psicópatas carecen de una capacidad emocional, de la misma forma que otras personas carecen de una capacidad intelectual.
Y dice que ha obtenido resultados similares en un número alto de sujetos en prisiones en todo Estados Unidos.
Dugan, dice el investigador, simplemente no tiene un concepto del daño que ha causado.
«Cuando habla sobre sus crímenes es como si le estuvieras preguntando lo que comió en el desayuno» dice el doctor Kiehl.
Y agrega que en cierto sentido no sorprende que el cerebro del alguien tan diferente y tan antisocial también se vea en los escáneres tan diferente de otros cerebros.
«Pero sólo hasta ahora que hemos sido capaces de observar las diferencias tan drásticas en estos cerebros la gente está comenzando a prestar atención», agrega el científico.
«Y esto tiene un impacto muy poderoso en el sistema legal».
El científico no espera que su trabajo conduzca a cambios en las sentencias de los psicópatas violentos como Brian Dugan.
Lo que argumenta es que el entendimiento de la psicopatía nos puede llevar a distitnos tipos de sentencias, en particular a poner fin a la pena de muerte para estos individuos.
«Lo que espero es que la neurociencia ayude al sistema legal a entender que estos individuos tienen una enfermedad que es tratable» señala Kiehl.
Y estos tratamientos deben comenzar en momentos claves de la vida.
«Brian empezó a sufrir desde sus primeros años de vida» dice el neurocientífico.
«Cometía los actos clásicos como encender fuegos, lesionar a animales, herir a sus hermanos y hermanas».
Aunque fue referido a los servicios especializados en infancia, éstos carecían de un entendimiento de su trastorno. De hecho, los niños que tienen síntomas vinculados a la psicopatía a menudo responden mal al tipo de técnica que se utiliza con otros niños que se comportan mal.
Debido a que carecen de capacidad emocional, cuando los maestros intentan hacerlos sentirse arrepentidos esto sólo los condfunde más y hace más probable que hieran a más gente.
Lo que se intenta ahora es desarrollar diagnósticos específicos para estos niños y establecer programas y tratamientos especialmente dirigidos a su trastorno.
En esencia, se debe enseñar laboriosamente a estos niños a tener reacciones que en el resto de los seres humanos surgen automáticamente.