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Artritis Idiopática Juvenil: la enfermedad silenciosa que afecta a 1.500 niños y adolescentes chilenos

Artritis Idiopática Juvenil: la enfermedad silenciosa que afecta a 1.500 niños y adolescentes chilenos

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Los síntomas son variados y pueden manifestarse a través de dolores y dificultad para hacer movimientos hasta fiebre, manchas en la piel, inflamación de ganglios, anorexia y fatiga. La clave, dicen los expertos, es el diagnóstico precoz.


La Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) es una enfermedad aún relativamente desconocida en nuestro país. Esto pese a que en Chile afecta a cerca de 1.500 niños y adolescentes. Suele aparecer antes de los 16 años y su causa no es conocida. Sus manifestaciones son diversas pero en todos los casos el diagnóstico precoz y tratamiento temprano son claves para mejorar su pronóstico.

“El pronóstico ha mejorado mucho en los últimos años, pero aún así hay que hacer todo el esfuerzo para alcanzar un diagnóstico temprano, que el pequeño sea referido a un especialista y que obtenga tratamiento precoz para mejorar sus opciones y reducir las posibilidades de que llegue a sufrir de discapacidad física”, destaca la doctora Graciela Espada, Jefa del Servicio de Reumatología Infantil del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, Argentina, quien dictó recientemente en Chile una charla a médicos especialistas, auspiciada por el laboratorio AbbVie. 

Para alcanzar este diagnóstico temprano es necesario que los padres estén atentos a una serie de signos que pueden indicar la presencia de esta enfermedad. “Un grupo de síntomas está relacionado con articulaciones o coyunturas hinchadas o limitadas en su movimiento, si se observa que el niño no camina bien o que tiene una cojera. O si los padres detectan que al cambiarle de ropa reporta algún dolor o si observan que no utiliza alguna de sus articulaciones de la misma manera aunque no refiera dolor. Es importante tener en cuenta que el síntoma dolor no siempre está presente. El grado de inflamación tampoco puede ser muy visible en ocasiones, por lo que los padres podrían pasarlo por alto”, destaca la experta.

Y añade: “otro grupo de síntomas a veces no tiene que ver estrictamente con lo articular sino que con las sistematicidades de esta enfermedad. Por ejemplo, la fiebre, hay un grupo de estos pacientes que debutan con fiebre, como si tuvieran infecciones, eso se llama fiebre prolongada, algunos tienen manchas en la piel como si fuera sarampión, otros presentan inflamación de ganglios, también existen casos de anorexia, fatiga, niños que se cansan con facilidad y algunos tienen trastornos de crecimiento general o de crecimiento localizado, donde, por ejemplo, una pierna crece más que la otra porque han tenido inflamación de una articulación”.

Ante una sintomatología tan diversa, Espada llama a la calma, destacando que el pediatra debe ser siempre la primera fuente que realice una evaluación rápida y asegura que “Si el pediatra considera que estos signos tienen que ver con una enfermedad reumática debe referirlo inmediatamente a un reumatólogo infantil, ya que el diagnóstico temprano implica un tratamiento precoz y éxito a largo plazo”.

“Los papás tienen que entender que la AIJ es un grupo de enfermedades bien heterogéneo. El concepto AIJ es un paraguas, donde hay un montón de niños cuya manifestación en común es la artritis, pero no tienen exactamente la misma enfermedad. Esto más que poner mal a los papás tiene que tranquilizarlos, ya que deben saber que el reumatólogo al que están viendo tiene conocimiento de esto y va a saber de qué se trata la categoría de enfermedad de su niño”, añade la doctora.

“La llegada de las terapias biológicas, que estimamos se deben usar en un tercio de los pacientes que no responden a Metrotrexato, sin duda ha cambiado el tratamiento de estos pacientes que antes, cuando no respondían a esta droga, no tenían demasiadas opciones. Esto ha cambiado su calidad de vida completamente”, concluye Espalda.

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