Las calorías contenidas en el alcohol son ciertamente un problema: una copa de vino contiene una cantidad de calorías equivalente a una rebanada de torta y medio litro de sidra, igual a una dona azucarada.
Seguro que ya sabías que mucho alcohol te hace engordar pero ¿sabías que también puede hacer que luzcas mucho más viejo?
Las calorías contenidas en el alcohol son ciertamente un problema: una copa de vino contiene una cantidad de calorías equivalente a una rebanada de torta y medio litro de sidra, igual a una dona azucarada.
Pero hay otros factores, además de las calorías, que hacen que el alcohol te hagan lucir envejecido.
Lo crucial es disfrutar de un trago con moderación, evitando al mismo tiempo este efecto negativo.
El alcohol deshidrata la piel y la despoja de nutrientes, haciendo que te veas más cansado y sin brillo.
También dilata las venas y las arterias y eso hace que sean aparentes ramificaciones de venas en color rojo.
La deshidratación afecta también tu pelo.
Beber con regularidad puede resecar el pelo y dejarlo quebradizo.
Si tomas mucho, tus niveles de hierro pueden desgastarse y eso puede llevar a la pérdida de pelo.
Beber en las horas previas a irte a la cama puede afectar tu ciclo normal de sueño.
Y además, es probable que tengas que levantarte a orinar.
Todo ello puede llevar a que te sientas más cansado al día siguiente.
Unas uñas saludables son el resultado de una ingesta regular de nutrientes y agua.
Si tus uñas son quebradizas puede ser un indicio de que estás tomando más de lo debido.
El alcohol está por supuesto cargado de calorías que no tienen ningún valor nutricional.
De hecho, el alcohol carece de nutrientes esenciales y puede llevar a una caída de los niveles de glucosa.
Y con ello, te sentirás más hambriento y corres mayor riesgo de comer más de lo debido.
La mejor manera de contrarrestar los efectos es reduciendo la cantidad de alcohol que consumes.
Come bien antes de tomar y fija un límite de lo que vas a beber antes de comenzar.
Puedes incluso separar de antemano una cantidad de dinero para gastar en alcohol.
No tomes en casa antes de irte al bar. Puede que pienses que te va a salir más barato, pero al final es probable que termines tomando más.
No tomes alcohol para calmar la sed. El alcohol es un diurético, lo que significa que te hará sentir peor.
Alternar entre alcohol y una bebida no alcohólica puede ayudarte a reducir la ingesta de alcohol y a la vez mantenerte hidratado.
O compra una copa pequeña de vino en vez de una grande, con lo cual consumes 100 calorías menos.
También es recomendable que compres botellas de cerveza más pequeñas en vez de una jarra de medio litro.
Opta por tragos simples y no dobles.
Si andas con amigos, no te sientas presionado de tomar al mismo ritmo que los otros. Toma tu tiempo. Apunta a ser quien bebe más lentamente en vez de más rápido.
Trata de no comer papitas fritas saladas o nueces u otra picadera. Éstas pueden darte más sed y además contienen muchas calorías.