Amy Jade Winehouse, nació el 14 de Septiembre de 1983 en Londres y hoy habría cumplido 33 años si no hubiese encontrado la muerte a los 27 años, en 2011, a causa de un fallo respiratorio tras caer en coma etílico. En esta nota, revivimos el comentario a su polémico documental del año 2015, un material infaltable para entender la vida y obra de la joven artista.
En el original estilo documental de Asif Kapadia, el mismo que retratara a la leyenda de Ayrton Senna (Senna, 2010), presenta en 128 minutos, la historia de una de las cantantes más talentosas de las últimas décadas, tanto en su estilo vocal como en sus composiciones.
En un relato que recorre desde las trivialidades de la vida familiar, pasando por los archivos de prensa de la época, hasta registros personales en sus momentos más dolorosos, el director y su equipo de realizadores, hacen del espectador un testigo directo de los hechos que se están relatando, logrando que la audiencia experimente, de algún modo, lo mismo que están sintiendo los personajes que narran los hechos.
Una historia llena de abandono, aprovechamiento y depresión, en donde Amy tiene una relación ambivalente con su entorno más cercano, en donde quienes más ama, son quienes fallan consciente o inconscientemente en ayudarla a detener el vertiginoso tren de la fama, que comienza lentamente a destruirla.
La película está contada desde el punto de vista de sus amigos más cercanos, quienes fueron testigos privilegiados de como una joven cantante de jazz es descubierta por un sello e invitada a grabar. De cómo esa inocencia registrada en los primeros minutos, en grabaciones caseras, de una mujer alegre, directa y auténtica va quedando relegada, tras las presiones e inseguridades de mantener el éxito, atender un incansable calendario de gira, la soledad de los hoteles y un padre gravitante en sus decisiones artísticas.
Una de las mayores ventajas con las que cuenta la narrativa fílmica actual, y que se hace presente en Amy, es la contemporaneidad de la artista, ya que las fuentes de grabaciones de video caseras de Amy Winehouse son variadas y de excelente calidad, lo que estructura un producto final muy realista y que amplifica en la pantalla gigante, lo que no se puede apreciar en toda su grandiosidad en la pantalla de televisión o en internet.
Tal como sucede en “Senna”, los realizadores dejan su sello con un relato que no es imparcial, y que tiene un juicio de valor implícito respecto a los personajes que rodean a la protagonista y como influyeron en su éxito y caída. Sin embargo también están presentes los relatos en primera persona de quienes motivaron la espiral autodestructiva de la artista.
Amy Winehouse fue una impresionante cantante de jazz, artista pop, compositora de profundas letras y melodías, destinada a la fama, cuya leyenda trasciende la caricatura que durante años los medios hicieron eco, la de una persona que no podía superar sus adicciones y se descubre a esa mujer nacida para triunfar, pero que al igual como le dijera Tony Bennett, le faltó tiempo, ya que “la vida te enseña a vivir, si vives lo suficiente”.