La llegada de la primavera y las agradables temperaturas son la excusa perfecta para desempolvar el equipo de camping y lanzarse a uno de los panoramas más entretenidos de todos: ser testigo de los curiosos fenómenos que ocurren en los cielos de la cordillera chilena.
Inevitablemente es algo que asusta, pero atrae infinitamente. Cualquiera que se instale bajo el cielo en una noche despejada espera ver algo, aunque sea una estrella fugaz. Pero, ¿y si ese «algo» fuera una extraño objeto que se mueve irregularmente, emitiendo luces de colores sin sentido alguno?
Chile es uno de los lugares más privilegiados del mundo para ver OVNIS, teniendo incluso algunas “zonas calientes” que han sido el escenario de fenómenos inexplicables.
En una cruzada ufológica, Faro, la comunidad de viajeros chilenos, descubrió los tres mejores lugares de la cordillera nacional para tener un encuentro cercano.
1 Cajón del Maipo
Una vez que se investigan los mejores puntos del Cajón del Maipo para ver ovnis, es imposible no meterse hasta el fondo en las investigaciones relacionadas con el caso de Claudio Pastén.
En 1997, este montañista estaba acampando en la orilla de la laguna El Morado cuando de una enorme luz que se posó sobre el agua salieron supuestamente dos extraños seres que llamaban la atención por su enorme estatura. El programa Ovni de TVN le hizo varias regresiones, de las que se dedujo que su encuentro cercano habría sido real.
Pero lo que más llama la atención del Cajón del Maipo es una laguna triangular que se encuentra detrás de las montañas que rodean el Embalse el Yeso, cerca de la cual, dicen algunos entendidos del tema, habría una pista de aterrizaje de ovnis.
2 San Clemente
Reconocida a nivel mundial, esta comuna cordillerana de la Séptima Región está adquiriendo fama entre los chilenos por los repetidos fenómenos de objetos voladores no identificados que en ella se viven. No hay persona local que no haya visto luces en el cielo, e incluso abundan las historias sobre «extraños humanoides» caminando por ahí.
También cuentan que en las montañas que bordean la Reserva Nacional Altos de Lircay se han visto fenómenos que los ufólogos chilenos no han logrado explicar. Allí se puede acampar y tirarse en el pasto toda la noche a mirar el cielo en busca de objetos que, casi siempre, se dejan ver.
Desde ese lugar hay que caminar hasta El Enladrillado, una extensa superficie de piedras perfectamente situadas una junto a la otra que, según dicen, funciona como pista de aterrizaje de naves extraterrestres. Mientras algunos aseguran que esta particularidad obedece a que se trata del final del Camino del Inca, otros afirman que los ovnis llegan atraídos por la energía de las centrales hidroeléctricas del lugar.
La caminata hasta El Enladrillado dura cinco horas, pero conviene subir temprano para evitar el calor y que se oscurezca mientras vas bajando porque, quién sabe, quizás te encuentres con algo.
3 Valle del Elqui
Se dicen muchas cosas acerca de esta zona. Que es un centro espiritual –y que atrajo a monjes tibetanos a mediados del siglo pasado–, que es un sitio para renacer y sanarse, que entre sus montañas se esconde un portal a otra dimensión y, lógico, que es también uno de los mejores sectores para ver ovnis en Chile.
El lugar y sus alrededores han sido testigos de curiosos sucesos, como el extraño objeto caído en los cerros de Vicuña en 2013, que decenas de personas aseguraron haber visto zigzaguear en el cielo antes de terminar sobre una montaña.
A ello se le suma el caso Paihuano. En mayo de 2008, la Presidenta Michelle Bachelet pronunciaba un discurso en el liceo del lugar, cuando un objeto plateado apareció en el cielo. Una persona del municipio habría sacado una foto en la que inmortalizó al ovni.
Sin embargo, esta zona del Valle del Elqui se hizo famosa mucho antes por haber sido el escenario del denominado “Roswell chileno”. Según contaron muchísimos testigos, una tarde de octubre de 1998 un ovni se partió en dos tras chocar contra el cerro Las Mollacas.
Este último suceso es aún más especial que todos los demás, pues movilizó a militares –que trataron de pasar inadvertidos, pero no lo lograron– e incluso a la Nasa, que habría llamado a la municipalidad de Paihuano para pedir que no entregara antecedentes del caso.