La franqueza y el apoyo son vistos como medios para ayudar al bienestar psicológico de los empleados (y también la productividad).
Por Emma Jacobs
Daniel Pearson volvió a su trabajo en EY, la firma de servicios profesionales, después de haberse tomado un tiempo para lidiar con problemas de salud mental, y se sintió «absolutamente aterrorizado» de las posibles reacciones de sus colegas frente a su enfermedad, y la incertidumbre acerca de cómo lidiar con las preguntas sobre su ausencia. Sin embargo, hubo una persona que marcó una diferencia, cooperando en «facilitar» su regreso: era un «amigo».
Este era un colega que había experimentado algo similar. «Vino a mí con una gran sonrisa», recuerda Pearson. «Fue masivamente poderoso no sentirme solo al pasar por esto». Esta persona estuvo como parte de un programa de EY, que permitía una conversación informal y la transmisión de consejos. Por consiguiente, Pearson ha actuado, también, como amigo para otras personas que han luchado con problemas de salud mental.
«Estoy feliz», dice. «El mundo ha mejorado bastante. Las actitudes están cambiando».
En los años recientes, los empleados han adquirido un rol más grande con el fin de dar a conocer esta problemática. Así fue el caso de la salud física -con descuentos para membresías para el gimnasio, comida saludable y chequeos médicos- los empleados se han dado cuenta que al poner el ojo de la mirada en la salud mental, se puede aumentar la productividad.
La propietaria de un grupo de medios, Arianna Huggington, por ejemplo, describe la razón fundamental del negocio en su libro, Prosperar: «La reducción del estrés y la atención plena no solamente nos hacen más felices y saludables, sino que está comprobado que son una ventaja competitiva para cualquier negocio». Will Davies, un conferencista en políticas de la Universidad de Londrés y autor de «La felicidad de la industria: cómo gobierno y los grandes negocios nos vendieron bienestar», observa que la felicidad económica, que se ha desarrollado desde el siglo 20, ha ayudado a cuantificar los beneficios comprobados que resultan del bienestar de los empleadores.
Poppy Jaman, director del programa Alianza de la Ciudad para la Salud Mental, una red de las organizaciones de la ciudad de Londres que están generando consciencia con respecto a la salud mental, dice: «El lado económico con respecto a fomentar la consciencia de la salud mental y el bienestar ha sido establecido y ahora es parte de la agenda de muchos otros lugares». Los miembros de la red -que incluye bancos y firmas- están innovando, explorando e implementando cambios para crear lugares de trabajo que sean saludables en términos psicológicos. Este es un gran cambio, dice ella.
Las compañias están incrementando su apoyo a los empleados que están experimentando dificultades con su salud mental y quieren disminuir el estrés y la ansiedad.
Nick Baber, director de un equipo de consultores y miembro de la firma profesional «Mentalmente pleno», que entrega apoyo relativo a la salud mental, cree que tener gente mayor que sean modelos que puedan mostrar que se puede ser exitoso y, al mismo tiempo, manejar correctamente la salud mental, es algo muy importante. «En los últimos años hemos visto que los individuos se están sintiendo más cómodos con respecto a hablar sobre sus propia salud mental, en los lugares de trabajo, lo cual favorece que otros se sinceren y busquen ayuda de forma proactiva, en vez de esperar a que su salud se deteriore».
Kate Richardson-Moore, jefe global de Linklaters, dice que la firma ha hecho grandes esfuerzos por «aumentar la importancia de la salud mental…Queremos levantar la tapa y permitir que la gente abra la conversación. A la gente no le gusta admitir que necesitan ayuda, así que intentamos hacerlo de manera normal, esto de tener estas conversaciones». La clave de esto ha sido tener gente con más experiencia que se dedican a atender los problemas, compartiendo sus vivencias, de modo que los empleados no se sienten solos, y saben que no afectará en sus carreras. «Mantenemos un mensaje consistente para que la gente sepa que es tan importante que como ir al gimnasio».
Otro bufete de abogados, Hogan Lovells, tiene un consejo individual, con quien los individuos pueden reservar horas sin tener que pasar por recursos humanos. Este año, Beth Taylor tomó un rol como lider de salud mental en PwC, la firma de servicio profesional, después que la junta decidiera que un empleador con experiencia lo hiciera. «Estábamos al tanto que el tema de la salud mental se estaba convirtiendo en un problema. Nadie es inmune. Hacemos muchas cosas buenas, son adecuadas». La mayoría del trabajo ha consistido en educar a la gente en todos los niveles. Un empleado habló en un video hecho por el staff acerca de los ataques de pánico y cómo significaba que, en ocasiones, él se veía forzado a abandonar reuniones. «La gente es ignorante». dice Taylor. «Si no has experimentando una emergencia de salud mental, no sabes cómo manejarla».
El alcance del problema es alarmante. En el Reino Unido, el reporte más reciente del jefe de la oficina médica de Inglaterra, publicado en 2014, estima que el número de días perdidos por «estrés», depresión y ansiedad» incrementaron en un 24% entre el 2009 y el 2013.
La última encuesta indicó que el 73% de los empleados testeados tienen al menos una sensación de estrés relacionada con el trabajo; 41% tienen más de una; 20% tienen al menos 3 o más. Mientras tanto, un reporte de la escuela de Rotman en Toronto, publicado el año pasado, muestra que el 41% de los empleados de las industrias reportaban altos niveles de ansiedad.
Uno de los problemas es la gente que va a trabajar a pesar de los problemas de salud mental . En Australia, un reporte de Medibank, el asegurador de salud, estimó que el presentismo, incluyendo todos los problemas médicos y de salud mental, tomó al menos un 2.7% del producto doméstico del país en 2010. Algunos atribuyen esas estadísticas a que los individuos son más propensos a revelar detalles de su salud mental y que las compañias están incrementando su apoyo a medirlas. Sin embargo, otros dicen que los números realmente apuntan a ascensos de los problemas de salud mental debido a trabajos precarios y difíciles, al igual como la tecnología, que demanda que los trabajadores estén siempre disponibles, haciendo imposible desconectarse del trabajo.
El trabajo de lugar más saludable de Gran Bretaña encontró que la mitad de los empleados encuestados dijeron que el estrés era causa de una expectativa ilógica para cumplir con los plazos; el 31% dijo que el hecho que no se consultaran los cambios aumentaba el estrés, mientras que un 27% dijo que la falta de control sobre el trabajo que hacían era la razón. En suma, 5% de los empleados dijeron que han sido molestados frecuentemente y el 15% dijeron que fueron molestados al menos una vez durante los últimos 12 meses.
Jamie True, ejecutivo de LifeWorks, un proveedor de servicios para promover el empoderamiento de los empleadores, cree que la clave para aliviar el estrés de los trabajadores se encuentra en el reconocimiento la labor que realizan. «Típicamente, los empleadores que se sienten valorados por sus jefes, serán más productivos y sufrirán de menos estrés».
Para todo el proceso de generar consciencia y buenas políticas, está siempre la cultura corporativa y el enfoque poco amable, que siempre pueden causar grandes problemas a los empleados, ya sea en incrementar su estrés o en impedir que consigan ayuda, o incluso ser
estigmatizados. Will Meyerhofer, un abogado que se convirtió en terapista y en autor de «Peor que ser dentista», es escéptico sobre el valor de los seminarios. «Algo funcionan, pero no solucionan el problema». Hay un muy buen argumento de que el gesto de ir en la dirección de hacer algo es peor que no hacer nada «ya que se da la ilusión de hacer haciendo algo cuando lo problemas graves no se están evaluando».
Es importante que los empleadores no hagan sentir a sus empleados como una simple unidad de productividad. Laura Putnam jefa ejecutiva de Motion Infusion, una consultora de San Francisco que promueve el bienestar en el trabajo, dice que las iniciativas para promover la salud mental pueden «sufrir de una calidad de la transacción» y hacer que las políticas parezcan como algo que se hace porque sí, pero no por ellos.
Los empleadores deben prepararse para responder a los cambios en el escenario político y económico. Linklaters, por ejemplo, ha encontrado a un psicólogo para comenzar un seminario sobre la incertidumbre y cómo hacer frente al Brexit.
En suma, sería incorrecto exagerar las iniciativas de los empleadores. El Instituto de Desarrollo Personal del Reino Unido encontró que el año pasado alrededor de un 40% de las organizaciones en el Reino Unido estaban haciendo ningún esfuerzo para hacer frente al estrés en el trabajo. Incluso, el académico Will Davies está preocupado que la tecnología y la medición serán todavía más intrusivas. Estamos, apunta, viviendo en tiempos de una supuesta «exuberancia científico-racional, donde te puedes meter en problemas en el trabajo a través de información objetiva. La tecnología es torpe por el momento, pero será más normal». Mientras las compañías buscan detener la enfermedad, están experimentando con tecnología medible los pasos de sus trabajadores, haciendo un seguimiento de su salud mental, ¿cómo reaccionaremos a que nuestros estados de humor se analicen?
Amy McKeown, asesora de salud mental, inició una firma de salud mental, con un programa. Ella es optimista, y observa que aquellas compañías que aciertan en sus estrategias de salud mental, pueden fomentar que los empleadores busquen ayuda tempranamente.
«La gente está haciendo más uso de estos programas», dice.
Andre Spicer, profesor de organización de conducta en la escuela de negocios Cass, dice que la incertidumbre en el clima laboral es la primera causa de la ansiedad.
Este es el caso de quienes sienten que no tienen control sobre sus trabajos y de quienes tienen contratos precarios.
«Mucho del control del trabajo se pierde durante la reestructuración y el cambio, al igual que los contratos cortos», apunta.
Esto no sorprenderá a nadie que hay aleido «Guy’s Standing’s The Precariat: The New Dangerous Class, una crónica de las experiencias de trabajadores con salarios volátiles e inseguridades.
Un estudio publicado en Junio por la asociación de ciencia y medicina evaluó a 2.7 millones de empleados en Italia entre el 2007 y el 2011.
Descubrió que aquellos con contratos temporales eran más propensos a tomar medicamentos sicotrópicos.
«Más días de trabajo, bajo contratos temporales, como cambios constantes de contratos, significativamente incrementan las probabilidades de desarrollar enfermedades de salud mental que necesitarán tratamiento médico», decía el reporte.
Se sugiere que las políticas que pretenden incrementar la flexibilidad en el mercado laboral a través de contratos temporales, deberían considerar, también, el costo en términos del bienestar de los empleados.