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En el gigante asiático La población está envejeciendo rápidamente, lo que acarrea una reducción de trabajadores jóvenes y amenaza con una posible crisis del sistema de pensiones.
Por Yuan Yang y Hudson Lockett*
Los esfuerzos para revigorizar la tasa de natalidad en China, la más baja del mundo según cálculos oficiales que se publicaron este mes, se enfrentan a un gran obstáculo, puesto que la calidad del semen donado por los jóvenes ha disminuido dramáticamente.
El año pasado, menos del 20% de los jóvenes que donaron esperma en la provincia central de Hunan contaba con un semen lo suficientemente sano para cumplir con los requisitos para ser donante. Así lo afirma un estudio que se llevó a cabo durante 15 años, con más de 30 mil candidatos. En 2001, más de la mitad cumplía los requisitos.
Los medios locales indican que Hunan no es la única región afectada por la escasez de donantes aptos. Hace poco, la emisora estatal China Radio International informó que en Henan -ubicada 800 kilómetros al sur-, en un intento por resarcir su propio déficit, un banco de esperma redujo la altura mínima y los requisitos educacionales de los donantes. También les ofreció almacenar gratuitamente el esperma durante tres décadas.
«Al parecer, cada vez existe más evidencia de que la infertilidad masculina se está convirtiendo en un serio problema para todo el país», afirma Huang Yanzhong, investigador principal del área de salud global del Consejo de Relaciones Exteriores, en Nueva York. Si esta tendencia aumenta, el problema demográfico del gigante asiático se agravaría aún más.
[cita tipo=»destaque»]No es un problema nuevo. Tras alcanzar su punto más alto en 1965, con 6,4 hijos por mujer, la tasa de fertilidad bajó bruscamente a 2,8 en 1979, año en el que se introdujo la política del hijo único, en medio de la preocupación frente a un posible crecimiento poblacional descontrolado. Este régimen produjo una gran cantidad de abortos en función de la selección del sexo del niño, teniendo como resultado un índice de masculinidad sumamente distorsionado.[/cita]
En China la tasa de fertilidad, número promedio que indica la cantidad de hijos que tiene una mujer durante sus años fértiles, era de 1.05 el año pasado, de acuerdo a los datos del censo del gobierno que se realiza cada año con 17 millones de ciudadanos.
En una encuesta del año 2014, elaborada por el Banco Mundial, los territorios con las cifras más bajas, como Portugal, Corea del Sur, Hong Kong y Macao, arrojaron una tasa de fertilidad de 1,2 en contraste acon el promedio global de 2,5. La encuesta estimaba que la fertilidad de China llegaba a 1,6, aún muy por debajo de los 2,1 hijos por mujer que son necesarios para evitar que la población de un país disminuya.
La población china está envejeciendo rápidamente, lo que acarrea una reducción de trabajadores jóvenes y amenaza con una posible crisis del sistema de pensiones.
No es un problema nuevo. Tras alcanzar su punto más alto en 1965, con 6,4 hijos por mujer, la tasa de fertilidad bajó bruscamente a 2,8 en 1979, año en el que se introdujo la política del hijo único, en medio de la preocupación frente a un posible crecimiento poblacional descontrolado. Este régimen produjo una gran cantidad de abortos en función de la selección del sexo del niño, teniendo como resultado un índice de masculinidad sumamente distorsionado.
A fines del año pasado se cambió la política general de uno a dos hijos por familia. No obstante, los intentos previos de flexibilizar las antiguas leyes no cumplieron con las esperanzas de los legisladores, que intentan aumentar la tasa de natalidad, ya que, al parecer, no son pocas las parejas chinas que no están dispuestas a tener un segundo hijo.
«La situación probablemente es peor de loque pensábamos», dijo Yanzhong, resaltando también que los resultados de un estudio gubernamental sobre la infertilidad en China, programado a fines del 2011, aún nose han publicado. Es más, algunos investigadores explican que en censos previos, los resultados fueron alterados por funcionarios de planificación familiar en las regiones que respaldan las políticas pro-natales, donde se aumenta la tasa de natalidad para que las normas luzcan más efectivas.
Los investigadores que trabajaron en el estudio sobre esperma de Henan, publicado en el diario online Fertility and Sterility, no se explican cómo la salud reproductiva de los donantes pudo caer de manera tan abrupta. Sin embargo, indican como explicación viable la «alta contaminación ambiental, incluyendo la del agua, aire y comida».
Por otra parte, el vocero de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jasarvic, explicó que aún no es posible determinar con seguridad los factores responsables del deterioro en un país o varios, dado que en la mayoría de los casos los métodos de análisis de esperma difieren entre los estudios. Además, advirtió que la calidad del esperma no estaba necesariamente conectada a la fertilidad masculina.
«Hay que destacar que la salud reproductiva de los hombres se puede ver afectada por una serie de factores complejos», como el estilo de vida, el medio ambiente y enfermedades vinculadas, indicó Jasarvic. Por ello considera que «es necesario contar con más investigación en el área para poder brindar una guía adecuada y un asesoramiento normativo respecto del empeoramiento de la calidad del esperma».
* Traducido por Simón Carvajal. Traducción Inglés- Español, Universidad Arturo Prat (UNAP).
