Fijar metas mensuales nos ayudará a darle foco a nuestros tiempos y nuestro quehacer y no pensar que en marzo hay que hacer todo, y luego durante el año ir desinflando nuestra energía y no llegar a donde realmente queremos.
Tal como nos ocurre cada año, llega el momento de retomar nuestras labores en el trabajo, la escuela y la universidad, y parece ser que todo debe volver al orden propio de la rutina del año. Poner fin a las vacaciones nos genera varias emociones que muchas veces pueden promover cierto grado de estrés, o simplemente la complicación de volver a tomar un ritmo que parece estar al acecho, con responsabilidades y deberes.
A pesar de ser algo que nos ha ocurrido muchas veces en la vida –generalmente cada año–, nos volvemos a ver en la situación en que no sabemos bien cómo regresar a nuestras labores sin «morir» en el intento. Debido a esto quiero compartir algunas recomendaciones muy útiles desde la gestión de personas y el coaching integrativo.
Para lograr una buena reincorporación es muy importante prepararse con antelación, volviendo a la «normalidad» de manera pausada. Por eso una de las principales recomendaciones es recuperar los horarios para ir a dormir y el despertar en la mañana, no solo los adultos, sino también deben realizarlo los pequeños del hogar. Esto ayudará a que el volver al trabajo no sea un agotamiento intenso en nuestros horarios de sueño y vigilia. Esta medida no solo sirve para cuidar los tiempos de descanso, sino que también a bajar la irritabilidad que genera en adultos y niños esta situación de cambios en los horarios.
Una segunda recomendación importante, es preparar el regreso al trabajo y priorizar los quehaceres de al menos las primeras dos semanas. Muchas veces, al volver de las vacaciones encontramos un cerro de trabajo pendiente esperando por nosotros, y es importante poder priorizar para no sobrecargarnos con cosas que pueden esperar o hacer esperar cosas que son realmente urgentes. Para ello es fundamental separar entre las cosas que son más importantes, y que deben ser atendidas de inmediato, aquellas que son inaplazables, pero no tan importantes y que podemos derivar a alguien de nuestro equipo; y dejar para después aquellas cosas que no son ni importantes ni urgentes que muchas veces suelen ser más sencillas de resolver y por eso las elegimos para empezar, pero no suman labor a nuestro trabajo real.
Finalmente, otra recomendación que podemos seguir dice relación con clarificar nuestras metas mensuales. Muchas veces al iniciar el año nos ponemos metas para los doce meses que inician, y nos suele pasar que terminamos el año y muchos de esos objetivos no los hemos conseguido aún.
Para mejorar nuestro desempeño es importante que nuestras metas no solo sean realmente claras y medibles, sino que también sean desafiantes para que nos motiven y sean realistas para poder alcanzarlas en un tiempo determinado. Por esa razón, fijar metas mensuales nos ayudará a darle foco a nuestros tiempos y nuestro quehacer y no pensar que en marzo hay que hacer todo, y luego durante el año ir desinflando nuestra energía y no llegar a donde realmente queremos.
Volver de las vacaciones es la oportunidad de utilizar nuestras energías renovadas, experiencias e ideas frescas para seguir avanzando en nuestros desafíos profesionales y lograr lo que realmente queremos para nosotros, nuestros equipos, familia y entorno en general. ¡Muy buen regreso!