Todo empezó con una tarea de historia de un niño de 14 años que vive en Dinamarca. Una broma de su padre y un detector de metales llevaron a un extraordinario descubrimiento de una aeronave de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando Klaus Kristiansen animó a su hijo a que retratara vívidamente su tarea de la asignatura historia, nunca pensó que el niño desenterraría un avión de la Segunda Guerra Mundial.
Ni que entusiasmados equipos de televisión, miembros de la policía forense y expertos en explosivos llegarían hasta la granja de su familia en Birkelse, Dinamarca.
Pero eso es exactamente lo que ocurrió cuando Daniel Rom Kristiansen, de 14 años, encontró los restos de un avión alemán Messerschmitt, y de su piloto en un campo común y corriente.
Según Kristiansen, su abuelo una vez le dijo que un avión se había estrellado allí en noviembre de 1944.
Esto es lo que le explicó el padre a la cadena de noticias danesa DR P4 Nordjylland: «Cuando a mi hijo Daniel le dieron una tarea recientemente sobre la Segunda Guerra Mundial, bromeando le dije que saliera y encontrara el avión que se suponía se había estrellado en el campo».
Hallazgo
El padre y el hijo unieron fuerzas con un detector de metales para hallar la aeronave, pero nunca esperaron encontrar nada.
Kristiansen, agricultor de profesión, pensaba que los restos del avión habían sido retirados hacía años.
Pero entonces, escucharon un pitido del detector sobre un terreno cenagoso.
Los dos comenzaron a excavar, pero se dieron cuenta de que necesitaban llegar a más profundidad
Pidieron prestada una excavadora a su vecino y a entre cuatro o seis metros de la superficie, comenzó a aparecer el fuselaje del avión.
Un motor y huesos
El hallazgo incluía un motor de un avión Messerschmitt ME 109, municiones de la Luftwaffe, la fuerza aérea nazi, y los huesos del miembro de la tripulación que murió en el accidente.
«A primera vista no parecía un avión», le dijo Kristiansen a la BBC.
«Eran quizás entre 2.000 y 5.000 pedazos de un avión. Y encontramos un motor… después encontramos partes de huesos y piezas de la ropa (del piloto)».
«Y después hallamos algunos objetos personales, libros, una cartera con dinero… un libro en su bolsillo».
Y agrega: «No lo tocamos, sólo lo cubrimos con bolsas. Un museo ahora se ha hecho cargo de ello. Creo que hay mucha información en esos papeles».
Al darse cuenta de que habían encontrado algo extraordinario, el agricultor contactó a historiadores de la Segunda Guerra Mundial y a las autoridades danesas.
Campo de pasto
Kristiansen afirma que el campo donde se hizo el hallazgo se utiliza «para pasto o ganado».
Su familia ha trabajado en la tierra donde el avión estuvo oculto durante décadas.
Él mismo ha vivido allí durante 40 años.
«Nunca habíamos visto nada en la superficie», dice. «Ni un pedazo de metal».
«Mi abuelo contaba muchas historias. Algunas no eran ciertas y otras sí. Pero esta resultó cierta. ¡Quizás tuve que haberlo escuchado más cuando estaba vivo!», afirma.
La policía acordonó el lugar del accidente para llevar a cabo una investigación.
Debido a que se encontraron municiones en el avión, se llamó a expertos en desactivación de bombas para que pudieran retirarlas con seguridad.
La policía forense está trabajando para recuperar los restos del piloto muerto y esperan identificarlo pronto.
«Probablemente es un piloto que ahora será enterrado en Alemania», afirma Kristiansen. «Así lo espero».
Y Daniel… ya entregó su tarea de historia.
Ahora espera actualizarla cuando se conozcan los detalles del avión accidentado y del hombre que cayó con él.