La atención, aunque se ve bastante personal, le falta ser más atenta. Es de los lugares en donde uno tiene que estar pendiente de quién atiende y no él de uno, como debiese de ser. Los tiempos de la cocina nada que decir, cumplieron en su totalidad.
Zuki vuelve a lo grande, con un local muy distinto a los que acostumbraban tener y con un concepto rejuvenecido. El local tiene una gran barra a la vista, música a un alto nivel, y una moderna y colorida decoración. Si va a la hora de almuerzo, como lo hice yo, es como si se escondiera el sol y sea de noche, producto de su iluminación y acústica.
La atención, aunque se ve bastante personal, le falta ser más atenta. Es de los lugares en donde uno tiene que estar pendiente de quién atiende y no él de uno, como debiese de ser. Los tiempos de la cocina nada que decir, cumplieron en su totalidad.
¿Qué probamos? Para la espera una bien preparada Limonada ($2.700). Luego, un Tiradito Limeño ($7.840), con una cantidad muy generosa. Venía atún, pulpo, camarones y pescado apanado, con una salsa de un toque agrio que no sobresalía y le faltaba picor.
Después, Nikkei Maki ($7.840), camarón furay envuelto en pescado del día, bañado en una sabrosa crema de tigre, miel de camote y chifle. Un roll con sabores marcados y que, a pesar de tanto ingrediente que hacen olvidar una fresca materia prima, hacían un conjunto increíble. Para terminar, Kaory Rolls ($4.480), camarón furay, queso de crema con nueces, cubierto con palta y un salseado de maracuyá. Otro roll bien ejecutado.
La apuesta de Zuki es a lo grande y, mejorando un par de detalles, sobre todo en la atención, debiese de ser un éxito. Los precios son bastante aterrizados y eso se agradece.
Av. Vitacura 7580, Vitacura.
Servicio: Regular (68%)
Comida: Bueno (70%)
Ambiente: Bueno (75%)
Precio: De los $ 13.000 a $ 17.000