El desarrollo de las habilidades sociales progresa tal cual el desarrollo físico. De la misma manera que las guaguas aprenden primero a sostener sus cabezas, a sentarse, a empujar, a gatear y luego caminar, un proceso semejante de paso-a-paso ocurre para los niños que están aprendiendo a ser más maduros socialmente.
Niños con menos de tres años son egocéntricos, juegan solos, realizan pocas actividades con pares y tienen pocas habilidades sociales. Cuando entran a la preescuela, sus intentos iniciales son básicamente egoístas. Preescolares raramente comparten, esperan o cambian turnos. Más adelante, los preescolares avanzan del juego suelo y empiezan a interactuar con los demás, pero muchos no tienen habilidades prosociales para iniciar o sostener una interacción positiva y cooperativa por mucho tiempo. Uno de los desafíos más grandes de los niños en esta edad es aprender a interactuar de manera adecuada.
Para ayudar tú niño, en este proceso sugerimos que pongas atención en las interacciones que tú tienes con el/ella.
Modelando las habilidades:
Modelar significa servir de modelo para el otro. Cuando los padres interactúan con sus hijos y respetan sus ideas, comparten de sus sentimientos positivos, sonríen, ofrecen sugerencias amistosas, felicitan, ayudan con una actividad difícil, cumplen con sus peticiones, o cooperan con ellos, están modelando todas estas importantes habilidades sociales. De esta manera, proponemos que separes un tiempo de juego con su niño/a para modelar habilidades sociales. Vea el siguiente ejemplo para que lo pongas en práctica:
La madre le propone a la niña dibujar. Cuando la niña hace un dibujo de una mariposa en su cuaderno la madre le dice: «Tu hiciste una mariposa bonita,» (modelando un elogio) y la niña contesta «gracias, ahora estoy haciendo un monstruo», a lo que la madre responde: “Esa es una idea creativa. Me gustaría ver a tu monstruo. «(Muestra interés en su idea). En seguida empiezan a jugar con plastilina y la madre se da cuenta que le falta un poco a la niña «Puedo ver que necesitas más plastilina, seré tu amiga y compartiré la mía contigo” (se da cuenta de la necesidad del otro y ofrece ayuda). Luego la niña dice: «Gracias. Ahora necesito un poco de azul». La madre le dice: «Qué buena manera de pedir lo que necesitas. Aquí está” (elogia la habilidad social apropiada y genera una respuesta positiva).
Sugerimos que implementes estas habilidades en tus interacciones con tus niños y pronto aprenderán a hacer parecido.
Referencia: Webster-Stratton, C. (2012) Incredible Teachers: Nurturing Children’s Social, Emotional, and Academic Competence. The Incredible Years.