Si alguna vez viajas a Nepal, más te vale que cuando te bañes tus labios jamás toquen el agua.
Incluso en el alojamiento más lujoso de Katmandú, tus vacaciones pueden tener un giro inesperado, pasando en cuestión de minutos de una inolvidable caminata en el Himalaya a una dolorosa diarrea en un baño de hotel.
¿El motivo? El agua en Nepal está contaminada con un diminuto parásito llamado Giardia intestinalis. Si se ingiere causa diarrea, vómitos, nausea, calambres, inflamación abdominal y fiebre.
Según Ian Branam, del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, «la diarrea es una de las enfermedades más comunes durante los viajes».
Pero, ¿cómo protegernos?
Cada año, entre tres y siete de cada 10 visitantes sufren de diarrea sólo en Estados Unidos. La cifra varía dependiendo de la temporada y del destino del viaje.
Según el doctor Richard Dawood, de la Clínica de Fleet Street, en Londres, más de 50 millones de turistas provenientes de Occidente padecen esta afección, y casi 40% requiere de atención médica.
«Cuando tienes un viaje en avión, pasas por distintos lugares, como el transporte público que te llevó hasta el terminal; los puestos de control, donde además debes quitarte los zapatos; los pasamanos de las escaleras, hasta llegar al avión», dice.
«Todos esos lugares representan situaciones de riesgo. Especialmente si comes sin lavarte las manos».
El norovirus es uno de los virus más populares causantes de intoxicaciones alimentarias en Estados Unidos. Sin embargo, no es el peor enemigo.
En las zonas de alto riesgo solo 10% de los agentes infecciosos en la comida son norovirus. Esto es menos que lo que ocasionan parásitos como la giardia o la ameba.
Para Robert Steffen, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Zúrich, en Suiza, las bacterias son las responsables de cuatro quintas partes de los trastornos digestivos y demás males.
En palabras de Branam, el principal generador de diarrea es la poca higiene en los restaurantes de los sitios que visitamos.
«En general, son los jóvenes los que se enferman más, pero puede deberse a que son más aventureros a la hora de comer, y no tanto a la edad o la biología», dice Branam.
Steffen también coincide en el problema de la higiene del lugar donde comes. Sin tapujos aconseja «no probar sashimi en Katmandú, ni helados en las calles o playas de Goa».
Por su parte, Kurt Hanevik, médico de la Universidad de Bergen, en Noruega, advierte que aun cuando quienes viven en esa zona pueden comer en el mismo sitio y no enfermarse, los turistas sí están expuestos porque nunca han estado en contacto con esos patógenos intestinales, a los que no son inmunes.
Glenn Gibson, de la Universidad de Reading en Reino Unido, también asoma otra causa: comer apurado, lo que a menudo es precedido por una preparación de comida rápida y descuidada.
Y también es importante diferenciar si tiene diarrea o una intoxicación, que frecuentemente es producto de la ingesta de toxinas que ya se habían formado en la comida, y que pasa en unas 12 horas.
Steffen comenta que, aunque muchas veces se desconoce la causa la diarrea en el turista, hay una forma típica de atacar esta contingencia.
El individuo ya estaba tomando un antidiarreico. Pero, pensando en el futuro inmediato, Steffen le recomendó beber mucha agua y una solución rehidratante.
Dado que el británico viajaría su país dentro de las siguientes 24 horas, Steffen le recomendó que tomara un antibiótico. Afortunadamente, cuenta después, «se sintió mejor a la mañana siguiente y pudo tomar sus vuelos de regreso, como estaba previsto».
¿Qué hay de la prevención? Puedes disminuir el riesgo de enfermedad lavándote las manos regularmente con algún desinfectante que tenga más de 60% de alcohol y colocando gotas de yodo en el agua (si es que no hay filtros o agua embotellada).
Glen Gibson, de la Universidad de Reading, aconseja consumir probióticos y prebióticos a modo de de tratamiento profilático.
Los probióticos o «bacterias amigables» son microorganismos vivos, que al ingerirse ayudan a la digestión y mejoran tus defensas contra posibles infecciones.
Generalmente se encuentran en alimentos fermentados como yogures y quesos, pan de masa fermentada y chucrut. Igualmente, se les puede conseguir en suplementos digestivos, pastillas y bebidas que contienen este tipo de bacteria.
«Son inofensivasy pueden inhibir o suprimir los microbios que originan la gastroenteritis», comentó Gibson.
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta receta. Recientes estudios, advierten que el probiótico Lactobacillus no tuvo mucho efecto cortando la diarrea en turistas.
Por otra parte, los prebióticos son sustancias usualmente basadas en fibras, que promueven el crecimiento de microorganismos en el aparato digestivo.
Al respecto, un estudio reseña que al seguir un tratamiento de tomar una dosis diaria de una mezcla de galacto-oligosacárido se reduce en 36% la aparición de diarrea en los viajeros.
A los probióticos y prebióticos se les suman antibióticos como parte del tratamiento. No obstante, los especialistas advierten que los antibióticos no funcionarán contra una infección viral o parasitaria.
Tampoco se recomiendan tomar muchos antibióticos, debido a que pudieran generar que la bacteria desarrolle una resistencia al medicamento.
Tradicionalmente, si te enfermas deberías hacerte un examen de heces para identificar las causas.
Los parásitos, los virus y las bacterias pueden producir los mismos síntomas, pero demandan un tratamiento diferente.
Sin embargo, los exámenes de laboratorio no siempre son exactos, ni están siempre al alcance de la mano del turista, por lo que pudiera retrasarse el tratamiento apropiado.
Cabe mencionar que esto no es una buena idea. Una investigación revela que las personas que sufren de infecciones por giardia son más propensas a desarrollar síndrome del intestino irritable o fatiga crónica luego de seis años de sufrir la diarrea.
Ahora bien, si el paciente tiene suficiente tiempo para esperar por los resultados, se recomienda hidratarse mucho y tomar antidiarreicos.
Un método más moderno para detectar las causas de la diarrea es la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés), que se aplica al examen de heces.
La PCR permite detectar material genético de los virus, bacterias y parásitos que causan la infección.
Por ejemplo, en la Clínica Fleet Street les entregan a los pacientes un envase del tamaño de la cabeza de un hisopo como parte de su kit médico antes de salir de viaje.
De esta forma pueden enviar muestras de heces a sus países de origen por medio del correo.
Este sistema puede detectar cualquiera de los 22 patógenos más comunes que causan la diarrea, desde el norovirus al rotavirus, pasando por la bacteria E. coli, la salmonella, y parásitos como giardia.
Quizás la recomendación más importante para la próxima vez que viajes es investigar si tu destino es una zona de frecuentes casos de diarrea en turistas.
No es necesario perderse las coloridas, maravillosas y repletas calles de Katmandú, o los impresionantes paisajes del Himalaya, solo por el miedo a contraer una infección.